o — Explicaba a medida que iba bajando por su cuello hasta su escote, de
do su mano derecha hasta la cabeza de su esp
mbién húmeda, ni siquiera con el padre de su hija, ella sintió ese tipo
hasta su vientre, en el cual todavía podía adivinarse cierto abultamiento y a
n poco más de una semana para termina
era cierto que le faltaba un poco m
argo, había otra manera de poder estar juntos, una que en otras oc
o deseaba saber cómo se escuchaban sus gemidos. Acarició su sexo separando sus labios para encontrarse con ese punto sensible, ese botón que con solo est
que a ella le recorriera una fuerte descarga de placer que la hizo enredar aún más los dedos de su mano derecha sobre su
se por sus atenciones mientras descubría cómo era ella cuando se dejaba lle
ordió, los labios incapaz d
aba que era una
r, ni de desear sentirlo en
tú y yo podamos… bueno que
do muy bien porque no le atraía la idea de usarla, pero en ese
e refería y su polla saltó emocionada dentro del pantalón ante la expectativa
rculares haciendo que desistiera a esa idea, ya tendrían tiempo para eso más adelante, no sería un cabrón egoísta que
cadeza para luego agarrarlos un tanto más brusco y obligarle a abrir más las piernas para él
de sus palabras dejaron a la pobre de E
de ese hombre si era la
s, disfrutando de la forma que su lengua y labios, mimaban esa
, hasta las demás partes de su cuerpo, el cual se estremecía
us dos manos a la cabeza de su es
er
se encontraba Natasha la secretaria, quien se sorpren
erte erección entre las piernas y deseaba fervientemente poseerla, más no lo haría, no podía ni
sus miradas llenas de fuego se encontraron y él no pudo más que inclinarse hacia ella y buscar sus labios
a en un abrazo contra su cuerpo y la lleva
ue él tomara y saqueara su boca a cabalidad has
ante antes de apartarse solo un poco para seguir hablando.— me encanta tu estilo y todo de ti, pero en el círcul
lo que iba a decir pasando sus brazos alre
ones se había colado en su corazón, sin duda era una estupidez decir algo así. No cuando ella había firmado un co
lo había hecho. Tras pasar
nó luego de ese largo beso que ella se a
jar, es hora de que c
ca a tus padres y que ellos c
lidad de conocer a sus padres. Estaba claro que se darían cuenta
le gustaba todo de ella, no era lo mismo co
ría si es
rozando su nariz
a misma. Hacer lo necesario para que los padres