img La prometida de mi hermano  /  Capítulo 2 Dos | 3.64%
Instalar App
Historia

Capítulo 2 Dos

Palabras:1265    |    Actualizado en: 21/02/2023

uza por mi mente es buscar el baño. Me siente mareada por las luces, la sofocación va en aumento y su coraz

localizar el cartel del baño. Camino en esa direcció

itios, me siento como un bicho raro. Es un ambiente

ra me abre paso entre las parejas que bailan y se b

ar al pequeño corredor de

nto, alguien me toma por el brazo y me lleva hacia la pared. No tengo

ra una voz masculina, tan sexy antes de

do su corazón y el tiempo. Esos labios jodidamente suaves y cálidos saborean los míos con gran pasión. Mi respiración

ando mis muslos con esa destreza y delicadeza que me hace temblar. Una excitación incontrolable se apodera

rme. Su perfume me hipnotiza cerrándome los ojos para disfrutar de un beso sensacional. Fl

un rodillazo en la entrepierna, como último r

la? — expresa doblándose un poco

go un poco sofocada y con los labios au

deslumbrándose por mi mirada. O po

anto me

… ¿Y por qué t

porta? —Trat

me del brazo haciéndome estremec

anzas a besarla? ¡Qué

gustó! —Sonríe volvién

a sacudida me liber

utaste mucho— vuelve a ponerme contra la pared — esa mirad

favor! He recibi

esto a segui

to — cuando tengas e

os, pero de un tirón vuelve

to ¿Quieres ser m

o —Tengo mejores cosas qu

ómo

año, por

compañía, mi bella gitana—. Se qu

que acelera mi

que hace crecer mi excitación. Esos labios probadores que t

respondo, intentando no do

cándolo. Entre tanta gente de clase d

voca suspiros involuntarios, pero también u

o del estúpido que hizo esta

año, su sonrisa de niño bobo desaparece por un

mpañante del gran Carlos Martinelli; una diosa, ya sabes, una de esa mujer

quieres

melones apetecibles, si trasero redondo —dice mir

con toda esa ira reprimida que lo h

eso s

—expreso en

labios, retornando a ese abismo de sensaciones placenteras que me condenan al sentir sus besos. Mi cuerpo se vuelve una gelatin

i qué es b

ceder de nuevo y aunque reacciono segundos después de volver a sa

—me sonríe mientras se limpia la sangre — ninguna otra se atrevió a tanto. De

que debo dart

ducación hacer

o, apro

la santa, que

riosa tapándose la c

alguien como tú. Eres

o entre dientes con

no importa, con limpiarse los oí

do, per

mal hu

Jo

taletas provocando las car

so, me agradas. ¿Cuántos años tienes

a y caminar de vuelta a la f

, fue un placer disfrutar de tus

pendejo— l

de ese bullicio infernal. Entonces puede distinguir a Amelia platicar muy a gusto con

modo ¡Sonríe Ale! Únicamente sonríe y acércate tranquila. Que aquí no pasó nada ¡Arranca esta pági

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY