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Historia
Entre las hojas

Entre las hojas

Autor: Deivi Roy
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Capítulo 1 El comienzo

Palabras:2856    |    Actualizado en: 26/02/2023

mayo

azónica

abía 2 carpas, una fogata, muchas cosas y objetos tanto de excursión como científicos. A la i

ombre era Roberts Linares, era un hombre como de veintitantos , castaño, piel

ntinúa— Mira Jaire (suspiro pesadamente) tenemos tiempo aquí y no hemos encontrado nada aún, además extraño a mi

mando un sorbo de su negro y tibio café— Solo que me decepciona de no haber encontrado nada, hici

mundo pueda decir o hacer — dijo Roberts en un intento de subirle el ánimo a Jaire— Mira, podemos partir mañana y luego yo iré a Ciu

ecerle, pero las palabras quedaron a medias cuando sus ojos notaron algo

ijo señalando al cielo detrá

se aproximaba rápidamente , dejo caer su taza, e

a?— fue lo único que sus nervios

irige justo hacia aquí, ¡maldic

que cerrar los ojos por que su luz era tal ,que era como ver al propio sol de frente, la luz los rebasó y ellos aún trataban de recuperar la vista cuando escucharon el impacto. Al recu

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nada. Sabían que era ahí por que había un rastro de plantas chamuscadas, pero todo fuera

sde el suelo ni la luz de la luna se filtraba para iluminar el terreno de batalla de las bestias noc

e fuese esfumado o desintegrado en el impacto ,se vieron a los ojos mutua

quello? ¿Dónde demonios se encontraba el asteroide?¿Y por qué todo pa

ojos al verlo. Pero había algo que si era cierto, era que conseguirlo era como buscar un aguja en un pajar. En la inmen

ieblas a los pobres hombres desprevenidos, el bosque estaba inundando de m

tar en la posición d

traban en medio de la jungla a plena madrugada sin protección y al libre acecho de los depredadores nocturnos que se escondían en las sombras. Un escalofrío recorrió el c

vieron los dejo aún más sorprendidos a ambos, ahora sí sus ca

da reposaba un niño que ellos calculaban que tenía como 4 o 5 años, era un niño de piel tan clara como la nieve como si nunca el sol hubiese osado tocar su

de ¿Qué mierda? Y Jaire

ERTO?—dijo Jaire con ciertas dudas

sque, desnudo y en peligro de ser la botana de un pum

ruscamente como quien despierta de una horrible pesadilla. Observó a los dos hombres como analizándolos como si nunca hubiese visto a un humano; los veía con sus pequeños y hermoso

ojos por un momento pero luego reaccionó

es aquí solo?— lo dijo en un t

mirando los ojos del niño y se dio vuelta para ver a su amigo y darle

lugar como este? ¿Y tus padres?—

ntas de los jóvenes, solo se les quedaba vi

algunas de las tribus indígenas del lugar, que s

bía puesto de pie —los indígenas no son tan blancos y no tienen los ojos de color ver

un tono seco y lleno de indiferencia, que helaba la piel, a cualquiera le sorp

ígena— dijo el chiquillo mirando a los hombres y l

ara, directa e indiferente forma de hablar. Luego s

dijo Roberts esperando con

ra de desconcierto por no poder ver el cielo por la

go dudó sí decirlo— Mmm

saron en que hacer, no podían solo irse

— y mañana pasamos por algunas de las tribus

n algo de compasión al niño por que de

osotros y luego buscaremos a t

,les pasó a un lado y caminó solo al frente ,como si conociera el camino solo al campam

o y algo incómodo, los jóvenes no sabían como

donde dormiría y yendo al sitio indicado se recostó y se echó a dormir,

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guntar nada, prepararon el desayuno y comieron, el niño en un principio dudó si comer o no, pero terminó por hacerle caso a su estóm

de la tribu. Al aparecer el shaman los vio con incertidumbre y luego pronunció una palabras en su idioma natal. Gracias

nuestra humilde aldea y ¿Qué se le

tribu— dijo Jaire explicando el motivo de su visita— lo encontramos sólo en

a; salió y se dejó ver por el shaman, este al ver los profundos ojos verdes del niño también se perdió en ese brill

lias, ni a ninguna tribu de la madre selva Amazónica

al niño y este tenia una expresión de indiferencia como siempre . El shaman le dijo algo a otro su

si es bueno que nos quedemos esta noche? ¿No es usted acaso el jefe?, n

rprendía la actitud del niño, por que ya sabían su forma de expresarse tan inusual para su edad,

l shaman?¿Pero cómo?—pregu

no que no te acordabas de nada— dijo

su parte el shaman no pareció sorprendido por la actitud de Álex. Y volvió

oscureciendo— dijo el traductor interpretando lo dicho

se al tal Waryo para que les mos

na, el pequeño se acostó sin cenar esa noche y no dio razón alguna para su falta de apetito. A las 8:43

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ar, humo y cenizas cubrían el pequeño espacio que estaba en penumbras, el olor a incienso y hierbas de a

o sentado en el suelo pero no se veía con quien habl

harán mucho daño— siguió aquel suje

algo vino a su mente de la nada. Se vio en un mar negro apunto de ahogarse y lo último que pudo oír

os vio y les regaló una sonrisa amable y sincera ,casi inocente sin ningún rastro de indiferencia ni sarcasmo. Los jóvenes se desconcertaron ante el ges

ieron el hospedaje por parte de los indígenas y se fue

bre que hacer con Álex. Llegaron y empezó las propuestas por ambas partes y el niño esta vez no tenía nada que

ría consigo a Ciudad Bolívar y lo llevaría a servicios infantiles, puesto que no podían quedarse así como así ,con un niño que consiguieron en plena

pidió amistosamente de su amigo y el niño se despidió con un abrazo fuerte y conmovedor que una vez más los dejaba atónitos por el

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