Ella con su ceño fruncido intenta opacar sus labios rosados, p

no le gusta que la interrumpan, siempre mueve su pie dere

mo su universo esta lleno de agua mi vo

arla, después de aquel día p

y media de esas montañas, pagaba su propio apartamento en plena ciudad. Un

algunas mascotas, como un gato perezoso que era más seco que ella y algún perro que la hacía mo

a a un equipo de la estación “Vital” ellos querían recuperar un bosque que quedaba al frente de dicho lugar y habían pedido mi ayuda. Yo esperaba el tren para irme y ella llegó. Traía un

ue llevaba la cicatriz de Harry Potter en su gorro. Yo sonreí y le dije que era el gorro de mi suerte. Le invité un café allí mismo y

ciudad y me habló de su gato

do a dejarte” y entonces resumí en mi mente, que quizás ella recién esta

zos nos fuimos. Pero yo era feliz, pues la mujer m