a: L
la
prometo que seré mejor hija, te lo prometo-intente tomar su brazo. Pero en ves de su protección, solo recibí un empujón de su parte, su mano derecha se elevo. Mis ojos se abrieron
dedo en sima. Te recuerdo que ya pague
la
ar nuevos países, y ahora me encontraba en un avión privado. Realmente lujoso, ah yo no sé dónde. Limpio mis lágrimas mie
h vivir por el resto de mi vida con un hombre, el cual pago por mi. Un pe
ah la familia Rinaldi, no volvería ah saber nada de las personas que amo. Y es que por pri
corazón se aceleró al ver que traspasa las cortinas azules que se encontraban en
no podía controlar, su manera imponente y serio, causaba qu
-la manera en la que hablaba me daba la impresión que era ruso, o por lo menos. Ese era su asentó-como quieras panda-el solo se levanta de su asiento y desaparece una vez más en lo que hay a través de esas co
a: H
or. Esta no es la vida que se merecía, Lise jamás tuvo que tener un padre tan cruel, como lo es Faddei. El eleva s
e le has ocultado ese secreto toda su vida-con mi mano derecha limpió la sangre que botaba mi lab
a: L
cinco minutos. Las calles eran elegantes, se notaba que era una ciudad por su brillo y número de edificios finos. El auto paro
e. Era como ver un parque de sueño, con fuentes y arbustos ah l
que sobre salían, volteo un poco y recuperó la postura, para verlo sonreír un poco. Los autos fueron estacionados en frente de la mansión, cinco autos que nos acompañaron todo el camino hasta llegar aquí, par
an perdida en mis pensamientos, que ni siquiera me percate al momento en que me abrieron la pu
ductor se agacha
me había sujetado con fuerza de mi mano derecha. Su personalidad era imponente y autoritaria, era algo arrogante y sin sentimientos. Al encontrarme dentro de la mansión. No lo podía creer, en la
n gran escritorio de metal se encontraba también, y en el habían documentos. Y una grande laptop. El mostró me suelta, para así quitarse su chaqueta negra y ponerla en un clóset que se hallaba ah lado izquierdo de lin mi consentimiento. No pude evitar soltar una sonrisa llena de dolor-Dormiras en el tercer piso. En la primera habitación-el llanto amenazaba con hacerse presente. Pero fuy yo justamente la que me contuve, no lo conocía. No sabía por cuánto
señorita Lombardo-¿Cómo e
su asiento y se para en frente de mi con los brazos cruzados-eres nueva. No espero que sepas las reglas de este luga
sentir algo por el. Era temor-¿Cómo es que ella sabe cuál es m
bitación-el se aleja de mi. Y una vez más se sienta en la silla en la cual estaba sentado hace unos minutos-date una ducha y descansa un poco. Mañana será un largo día, vendr
a que me sacó con amabilidad de la oficina del mostró. Ambas subimos las escaleras, la mansión se veía grande desde afuerran de color rosado claro, habían muebles ya en ella de color blanco. Y una preciosa alfombra de peluche color rosado claro, la cama era extre
ola. Me tiró al piso perfecto para así poder soltar todo lo que tenía dentro. Las lágrimas salían sin parar, una tras otra. O