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Cuentos Mágicos: Explora los Fascinantes Relatos Femeninos Completados

Sumérgete en el mundo de los cuentos mágicos a través de nuestra lista de relatos femeninos completados. Descubre historias que despiertan la imaginación y te transportan a mundos fantásticos y asombrosos. Nuestros talentosos escritores han tejido tramas cautivadoras llenas de personajes inolvidables y giros sorprendentes. Acompaña a nuestras protagonistas en sus emocionantes aventuras, donde enfrentarán desafíos, descubrirán secretos y conquistarán su destino. Entra en el encanto de estos cuentos ya finalizados y déjate seducir por su magia literaria.

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INCESTO: Dulce Pecado

INCESTO: Dulce Pecado

Willy
4.9

Cuentos de incesto para que fantasees y tengas un inmenso placer. Cuida tus bragas.. Disfruta con moderación y ten un buen disfraz, ten cuidado de no tener problemas con las manos. Nota: Si no te gustan los cuentos de incesto, te recomiendo que no los leas.

Precio Que Pago Para Libertad

Precio Que Pago Para Libertad

Gavin
5.0

Era el día de mi libertad. Acabábamos de pagar la última cuota de la mezcalería familiar, y al fin, después de años de soportar humillaciones insoportables, era libre. Entonces, la puerta se abrió de golpe y mi jefa, Luciana Salazar, me ordenó salir en medio de una tormenta infernal para conseguir una pomada especial para su amante, Iván, que solo tenía un rasguño. Mi vida se convirtió en un infierno de burlas, agresiones y desprecio; me quemaron, me hirieron, se rieron de mí, y me robaron lo único que me quedaba de mi abuela. Pero el golpe final llegó cuando Iván me apuñaló con un agitador de cócteles, y Luciana, sin dudarlo, me echó de su hacienda, creyendo su mentira y sin darme la oportunidad de explicarme. ¿Cómo era posible que mi dolor y mi sacrificio, todo lo que había aguantado por ella, no valiera nada frente a una mentira tan obvia? Mientras me desangraba, me juré que esta era la última vez que alguien me pisotearía, y que este dolor sería el precio justo por mi verdadera libertad.

El Costo de la Codicia: Una Segunda Oportunidad

El Costo de la Codicia: Una Segunda Oportunidad

Gavin
5.0

En mi vida pasada, morí apuñalada en el frío suelo de la bodega familiar. La cuchilla de podar se clavó en mi costado, y la sangre manchó las piedras, tan roja como el vino que tanto amaba. Mientras mi vida se escapaba, vi a mi prima Isabel susurrarle a Javier, mi prometido, con una sonrisa torcida. «Sofía, fue Javier quien les dijo que tu tratamiento era una estafa. Dijo que solo querías venderles productos caros», me confesó ella, antes de dejarme morir sola. El dolor era inmenso, pero la traición me helaba hasta los huesos: Javier, mi prometido, y mi propia prima. Me culparon, me empujaron, por haber salvado las viñas de los García con mi caro tratamiento orgánico, mientras Isabel prometía una solución barata y rápida con químicos. Pero esos químicos arrasaron las viñas, contaminaron la tierra y destruyeron todo. ¿Cómo pudimos ser tan ciegos? ¿Cómo mi propia familia y el hombre que amaba me entregarían a la muerte por avaricia y envidia? Ahora, abro los ojos, de vuelta en el mismo día, justo cuando los García suplican mi ayuda por la misma plaga. ¡Pero esta vez, no caeré en la misma trampa!

La Vida Mentirosa: No perdonaré Nunca

La Vida Mentirosa: No perdonaré Nunca

Gavin
5.0

Introducción Durante siete años, viví una farsa, creyendo ser la amada prometida de Máximo Castillo y la madre feliz de Leo. Mi rostro no era mío, mis recuerdos eran falsos; era la copia de una mujer muerta. Pero la mentira estalló en pedazos cuando la verdadera Sofía Salazar regresó en medio de una fiesta. Mi hijo, Leo, con la inocencia de sus siete años, la señaló y dijo: "Mamá, esa mujer no eres tú". El pánico se desató, Sofía cayó a la piscina, y Máximo, con una furia incomprensible, arrastró a nuestro hijo al borde. Él, que tenía un miedo terrible al agua, fue arrojado sin piedad al fondo. Lo saqué inerte, mientras Máximo consolaba a Sofía, y la televisión anunciaba que él celebraba su "séptimo aniversario" con ella. En ese instante, algo se rompió en mi cabeza y la verdad me golpeó como un aluvión: mi nombre era Lina Garcia, y Leo era el hijo de una violación atroz, no de un amor idílico. Máximo no solo me había engañado, sino que al enterarse de la muerte de Leo, se burló, arrojó sus cenizas al suelo y me mostró un informe falso de ADN, golpeándome brutalmente. ¿Cómo pude amar, o creer que amaba, a un monstruo capaz de tanto horror? Pero el destino tenía otros planes; los secretos finalmente salieron a la luz. Su tía Isabel reveló la verdad en su funeral: Leo era su hijo biológico, el ADN había sido falsificado por Sofía, y la misma Sofía había manipulado la medicación de su madre. Además, la herencia de Máximo, su imperio vinícola, ahora me pertenecía a mí. Con el dolor aún fresco, tomé mi lugar para desmantelar su imperio de mentiras y asegurar que cada uno pagara por sus crímenes. La sumisa "Sofía" había muerto con su hijo, y Lina Garcia, la verdadera Lina Garcia, se levantaría de las cenizas para reclamar justicia y su propia vida.

La millonaria Regresa A Proteger A su Hija

La millonaria Regresa A Proteger A su Hija

Gavin
5.0

El sol de México brillaba sobre mi último acuerdo millonario, un triunfo para "Vinos de Ultramar S.A.", el imperio secreto que nadie en España conocía. Saboreaba mi vino, un "Bodegas del Sol", el mismo que producía mi otra empresa en La Rioja, pensando en mi hija Sofía. Llevaba meses lejos, construyendo este legado, y planeaba regresar para la vendimia. Pero justo cuando revisaba fotos en redes sociales, una invitación digital con flores doradas me detuvo el corazón. "Nos complace invitarles a la boda de Sofía de la Torre y Ricardo Vargas". ¿Ricardo Vargas? ¿Ese empresario cincuentón, casi en quiebra y con fama dudosa? La copa se me resbaló, el vino tinto esparciéndose como sangre en el mármol. Un frío infernal me recorrió. Mi hija, mi única Sofía, ¿casándose con un buitre? Volé a Logroño, solo para encontrar el caserón en silencio, invadido por mis tres "protegidos" -Mateo, Javier, Adrián-, los huérfanos que crié como hijos. Pero no estaban solos; Lucía, la hija de mi capataz, se reía en mi sillón, mientras ellos la adoraban. "¿Qué haces aquí? Creíamos que estabas en México", me espetó Mateo, un tono de fastidio en su voz. Pregunté por Sofía, y ellos se encogieron de hombros, "Ella tiene gustos extraños. Ricardo Vargas es un buen partido... para la bodega". Luego la vi entrar: Sofía, mi dulce Sofía, pálida, con los hombros encorvados y un horrible sarpullido rojo en la piel. "¡Es la hierba mora!", grité, al reconocer esa alergia que la atormentaba desde niña. Pero ellos se rieron, "¡Solo quiere llamar la atención! ¡Está fingiendo para arruinar el compromiso!". Me di cuenta: la estaban maltratando, drogando, forzándola a casarse con él para quedarse con mi bodega. La traición era tan descarada, tan cruel, que me dejó sin aliento. ¿Cómo podían estos a quienes crié y amé convertirse en los verdugos de mi propia hija? No entendía cómo mis supuestos hijos me hablaban de herederos con la hija de mi empleado, mientras mi propia sangre era entregada a un depredador. Me tomaron por muerta, por débil, por una mujer del pasado. Pero lo que presencié en mi propia casa, el estado de mi hija, la malicia en sus ojos... Me prometí que la protegería con todo lo que tenía. Y lo que tenía, era mucho más de lo que jamás imaginaron. Tomé mi teléfono, con una calma que los descolocó por completo. "¿Estáis seguros de que ya no tengo poder aquí?". "Mamá", susurró Sofía aferrada a mi brazo, sus ojos anegados en terror. Sentí la chispa de esperanza en su mirada. Y supe lo que tenía que hacer. Mi venganza apenas comenzaba.

Mi Prima Venena, Ruina Todo

Mi Prima Venena, Ruina Todo

Gavin
5.0

El aire en la caseta de la Feria de Abril, que antes fue escenario de nuestro amor, ahora apestaba a humillación y vino derramado. Llevaba tres días encerrada, con un traje de flamenca andrajoso que era una cruel burla a la bailaora que una vez fui. Máximo, el hombre que me prometió amor eterno, la razón de mi vida, me había encarcelado por la mentira de mi propia prima, Sasha, a quien di casa y trabajo. Me acusaron de sabotear sus negocios y de liberar a Duende, el caballo regalado, una falsedad tejida con la frialdad de su voz, que antes susurraba poemas. Fui obligada a servir a la élite andaluza, mientras Máximo consolaba públicamente a Sasha, quien envenenó su mente con cada palabra, haciendo que la desconfianza fuera el epitafio de nuestro amor. Mi padre, Ricardo Garcia, presenció mi degradación, priorizando la alianza comercial sobre la dignidad de su hija, su silencio una bofetada más. Mis entrañas rugían de hambre, mis pies descalzos se helaban en el suelo de madera, y las risas y los susurros de los invitados me reducían a un grotesco espectáculo. Luego, Máximo se fue de viaje, dejándome a merced de Sasha, que, con una sonrisa triunfal, fabricó pruebas de mi supuesta codicia para asegurar mi eterna desgracia ante sus ojos. Mi carrera como bailaora se desvaneció con cada mentira, y en un último acto de crueldad, Máximo ordenó que me pusieran un collar de perro. Cuando mi instinto de supervivencia me hizo resistir, Sasha me empujó, y mi cabeza golpeó la mesa, dejándome aturdida y con los huesos de mis manos y pies rotos en mi huida desesperada. Pero en ese abismo de dolor y traición, no era el fin, sino el incierto comienzo de una batalla por la verdad y la justicia que resonaría en toda España.

Mi Alma Solo Te Pertenece

Mi Alma Solo Te Pertenece

Qi Jia Da Xiao Jie
4.9

Michelle se casó con Carlos solo para salvar a la compañía de su padre de la bancarrota. Él le dijo que amaba a otra mujer y que terminaría el matrimonio después de tres años. Sin embargo, gradualmente se enamoró de ella antes de darse cuenta y querer estar con ella todos los días. Pero ese no fue el final de su historia. La traición, la incomprensión y la desconfianza dominaron el matrimonio. Ella decidió terminar su vida suicidándose, pero falló y perdió la memoria. Su historia ha comenzado de nuevo y ¿cómo haría ella para ganar su corazón esta vez?

Encuentro con mi Novio en La Boda de Mi Amiga

Encuentro con mi Novio en La Boda de Mi Amiga

Gavin
5.0

El aire de Sevilla olía a azahar y a traición. Era el día de la boda de mi mejor amiga, Isabel. Y él era el novio. Javier, el hombre que desapareció hace tres años, llevándose mi vida con él, estaba allí, casándose con mi "mejor amiga". Mi copa de vino casi se cae; el mundo se detuvo. Isabel me lo presentó con una sonrisa radiante, mientras él me miraba como a una total extraña. Luego, soltó la bomba: "Lo rescaté de la quiebra. Tuvo que alejarse de todo, especialmente de una exnovia que lo acosaba sin piedad. Una obsesiva, pobre hombre. Esa era yo." La amiga que secó mis lágrimas, que me consoló durante tres años, era la misma que me había mentido y complotado a mis espaldas. Sentí que el suelo se abría, mientras Javier pasaba a mi lado con indiferencia, como si yo fuera un mueble. Detrás de una columna, lo escuché decir: "Sí, es ella. La loca. Sigue obsesionada. Rota. ¿Quién querría estar con alguien así?" La humillación me quemó por dentro. Mis muñecas, con las cicatrices de una noche de desesperación de hace un año, ardían. Un año, mientras yo luchaba por respirar, ellos planeaban su boda en España en secreto. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Cómo mi mejor amiga pudo traicionarme así, mientras yo llegaba al hospital por intentar apagar el dolor de su ausencia, de SU silencio? No pude más. Esa noche, marqué un número que no usaba en años. "Quiero volver a casa. Dile a papá que acepto el compromiso. Conoceré a ese hombre." Bloqueé a Javier y a cada falso amigo, dejé las llaves y tomé el último tren lejos de la tumba de mi amor. Se acabó la espera, se acabaron las mentiras.

Amnesia Fingida Me trae Novio Nuevo

Amnesia Fingida Me trae Novio Nuevo

Gavin
5.0

Mi mundo, el escenario, se volvió negro bajo mis pies. La siguiente vez que abrí los ojos, el hospital y el olor a desinfectante me confirmaron que algo andaba muy mal. Mi novio, Javier, que durante cinco años me profesó amor, estaba a mi lado, pero sus ojos estaban fijos en su teléfono, no en mí. Con una sonrisa forzada, me dijo que había sido una "mala caída" y una "conmoción cerebral leve". Pero algo se rompió en mí. Entonces, una idea, fría y afilada, se formó en mi mente. Con una calma aterradora, fingí no saber quién era. ¿Y qué hizo él? Sin dudarlo, me entregó a su mejor amigo, Mateo, el genio guitarrista que siempre pareció despreciarme, diciendo: "Él es Mateo. Tu novio." Me quedé helada. ¿En serio? ¿Me desecha tan fácilmente? Mi corazón se sentía hueco, pero ya no roto. No lloré. En cambio, sentí una calma gélida. Si Javier quería unas "vacaciones", le daría una jubilación anticipada de nuestra relación. El juego acababa de empezar. Y yo, Lucía, la "amnésica", no iba a perder.

Mi Amnesia, Mi Libertad

Mi Amnesia, Mi Libertad

Gavin
5.0

Desperté en la cama de un hospital, viva. Pero para mí, el hombre que mi familia y amigos decían que era el amor de mi vida, Máximo Castillo, era un completo desconocido. Incluso al verlo, solo sentí fastidio y alivio cuando lo sacaron. Mis seres queridos, sin embargo, se negaban a creer mi amnesia, insistiendo en que lo amaba y que mi estado era "por su culpa". Me miraban con preocupación, susurrando que había perdido la memoria por él, pero a mí, Máximo solo me generaba una extraña indiferencia. A cada intento de recordar, sentía un nudo en el estómago, como si mi mente luchara por protegerse de algo terrible del pasado. Máximo se negaba a desaparecer, persiguiéndome, recordándome un amor que no existía. Pero entonces, un encuentro inesperado con un viejo amigo de la infancia, León, quien me trajo un cuaderno de dibujo en lugar de flores, abrió una puerta. Un pequeño recordatorio, una cicatriz conocida en su ceja, encendió una chispa de una Luciana que yo había olvidado. ¿Era posible que esta amnesia, que ellos veían como una tragedia, fuera en realidad mi salvación?

Una Madre sin Nada que Perder

Una Madre sin Nada que Perder

Gavin
5.0

Durante diecisiete años, vendí frutas humildemente en Oaxaca, criando a mi talentosa hija Luciana con la medalla de mi esposo caído, un infante de marina, como único recuerdo. Pero un día, mi mundo se hizo pedazos cuando la escuela llamó: Luciana estaba en el hospital, víctima de una brutal agresión por parte de Sasha Salazar, la hija del hombre más rico y poderoso de la ciudad. El magnate Máximo Salazar llegó al hospital, arrojó dinero a mis pies como limosna por nuestra tragedia y me advirtió que guardara silencio; cuando exigí justicia, su guardaespaldas me golpeó brutalmente. Fui humillada, mi casa destrozada, mi sustento aniquilado, y la foto de mi esposo y su preciada medalla fueron pisoteadas, mientras la policía y la escuela, compradas por Salazar, me cerraban todas las puertas. Con el alma desgarrada, las cenizas de Luciana en mis brazos y la medalla intacta de mi esposo en el bolsillo, emprendí un viaje desesperado hacia Veracruz, a la base naval donde él sirvió, buscando un último destello de esperanza. Pero justo al llegar, Máximo Salazar volvió a aparecer, pateó las cenizas de mi hija por el suelo, y pisoteó la medalla de mi héroe una y otra vez, pulverizando lo poco que me quedaba, hasta que un joven centinela, testigo de la barbarie, activó la alarma. En ese instante, la base se convulsionó, y el Almirante Roy Lawrence, el mentor de mi esposo y quien le entregó aquella medalla, emergió de la oscuridad, con una furia fría que prometía una justicia devastadora.

Sí, Acepto Al Matrimonio Contratado

Sí, Acepto Al Matrimonio Contratado

Gavin
5.0

El sudor frío se pegaba a mi espalda mientras Víctor, mi novio de casi tres años, se apartaba de mí después de otro intento fallido de intimidad. Esa misma noche, lo encontré absorto en su tablet, susurrando el nombre de "Isabela", su ex, mientras su mano se movía bajo una manta con una intensidad que nunca me había dedicado a mí. Entonces, el teléfono sonó y escuché a Víctor confesar a su amigo: "Lina es increíble, pero para mí, siempre ha sido un consuelo. Si me dejara, sería una liberación". Mi corazón se hizo añicos al darme cuenta de que mi amor había sido solo un sacrificio unilateral para un hombre que seguía obsesionado con otra. Con el alma rota, tomé una decisión: él quería ser libre, y yo le daría esa libertad, encontrando la mía en un matrimonio arreglado con el enigmático Máximo Sullivan. Pero el destino, o la miseria, me alcanzó antes de poder escapar. Horas después, al ver a Víctor pujar cien mil euros por una cena con Isabela y luego presenciar su furioso reencuentro en la suite de un hotel, corrí sin mirar. El chirrido de los neumáticos fue lo último que oí antes de la oscuridad total. Desperté en un hospital con la pierna rota y, al intentar llamarle, Isabela contestó su teléfono con una voz cargada de satisfacción: "Está ocupado. No puede atenderte ahora...". De fondo, escuché a Víctor decir, gélido: "Cuelga. Esta noche es mía". Fue la prueba definitiva de que él nunca me elegiría, incluso después de un accidente casi fatal. ¿Cómo pude ser tan ciega? ¿Por qué esta humillación pública, este dolor insoportable, tenía que ser mi destino? No más consuelo, no más sacrificios. Me casaría con Máximo Sullivan, el temido y desfigurado empresario, para escapar de esta pesadilla y forjar mi propio futuro.

Mi Corazón de Piedra: Ni Una Mirada Atrás

Mi Corazón de Piedra: Ni Una Mirada Atrás

Gavin
5.0

El funeral de mi hija fue un espectáculo grotesco, empañado por el aire pesado de la hipocresía de la familia de mi marido. Mi esposo, Alejandro, ni siquiera me miraba; en cambio, consolaba a Carmen, la viuda de su hermano, que lloraba delicadamente sobre su hombro, visiblemente embarazada. Pero el horror no terminó ahí: en ese mismo santuario de luto, Alejandro anunció que el hijo de Carmen era la "nueva bendición" de la familia, mientras yo me ahogaba en el dolor. Lo sabía entonces: mi hija, muerta por un plato de setas venenosas que Carmen le había dado, era ahora solo un preludio para el hijo bastardo que crecía en su vientre. Sentí una fría desesperación: me había quitado el anillo de bodas, y el leve tintineo al caer fue un trueno solo para mí, mientras todos celebraban la atrocidad; mi mundo se detuvo, esperando el golpe final. Ese golpe llegó cuando, tras forzarme a cocinar para su amante, Alejandro exigió que le diera mi útero para un trasplante que salvaría a su hijo, revelando que había asesinado a nuestros gemelos conmigo. La humillación, el dolor y la absoluta malicia de sus acciones encendieron una llama oscura dentro de mí, una promesa silenciosa de venganza. Fui abandonada en una bodega en llamas, pero emergí de las cenizas sabiendo que mi plan apenas comenzaba, y que Alejandro pagaría cada lágrima y cada injusticia. Años después, se arrodilló ante mí, un hombre roto y arrepentido, ofreciéndome de nuevo el mundo; pero yo, Sofía, ya había encontrado mi verdadero amor y mi libertad. El anillo de diamantes voló por el aire, un pequeño destello que caía al mar y arrastraba consigo los últimos vestigios del hombre que había sido mi tormento.

Cuando el Recuerdo Regresa: Mi Guerra por el Divorcio

Cuando el Recuerdo Regresa: Mi Guerra por el Divorcio

Gavin
5.0

Desperté en un hospital, el olor a antiséptico y el pitido constante de las máquinas. No recordaba nada. La enfermera me dijo que había intentado suicidarme y que estaba casado. ¿Casado? Lo último que recordaba era tener veinte años, ser un genio culinario con el mundo por delante. Ahora, siete años de mi vida se habían desvanecido. Mi esposa, Luciana Salazar, ni siquiera se molestó en visitarme. Envió a su asistente, quien me despreció y me dijo que no avergonzara de nuevo a Luciana, como lo hice "suplicándole" por un tal Kieran. Ese no era yo. Me había convertido en un "marido trofeo", el hazmerreír de todos. Sentía una rabia helada por el hombre que Luciana había transformado. La humillación era insoportable. Entonces, su socio, Kieran, me provocó en público, retándome, y me empujó al agua helada. Mientras me ahogaba, vi a Luciana lanzarse al agua sin dudar. Pero no vino por mí. Nadaba hacia Kieran, ignorándome por completo. Allí, en esa agua gélida, la última pizca del hombre que una vez la amó, murió. Con mis fuerzas agotadas, me rescató una extraña. En ese muelle, empapado y temblando de rabia, la miré directamente a los ojos. "Quiero el divorcio", dije, fuerte y claro, ante todos los presentes. Su cara se transformó de incredulidad a furia. Ya no era su juguete. Ahora, la guerra apenas comenzaba.

El Último Baile del Engaño

El Último Baile del Engaño

Gavin
5.0

Faltaban solo tres días para mi boda con Isabela, el amor de mi vida, por quien había renunciado a mi carrera como primer bailarín en el Ballet Nacional, un pequeño precio por una vida a su lado. Pero un "accidente" de caballo me dejó postrado en el hospital, y fue allí donde el velo de mi perfecta vida se rasgó: oí a Isabela, la mujer que decía amarme, conspirar con el médico para que mi pierna nunca se recuperara, para que quedara permanentemente lisiado e infértil. Descubrí que era solo un peón en su gran plan para heredar la fortuna familiar, mientras ella ocultaba a su verdadero amante, un torero, y a su hija, la que pretendía adoptar "conmigo". ¿Cómo podía una mujer de la que creía estar tan enamorado desear mi destrucción total, arrebatarme mi arte y mi futuro, con una crueldad tan calculada? Así que, con el corazón roto y la rabia como combustible, decidí que si ella quería un hombre muerto, se lo daría, pero a mi manera: orquesté mi propia desaparición, dejando atrás una fachada de dolor para renacer de las cenizas y asegurar que ella, y solo ella, pagara el precio de su traición.

Felicitad Es La Mejor Venganza

Felicitad Es La Mejor Venganza

Gavin
5.0

El día de mi boda, estaba muerta. Mi vida anterior había terminado con la puñalada de mi hermanastra, Érica, en la bodega que con tanto esfuerzo construí. Yo, Catalina, lo había perdido todo a manos de ella y de mi malvada madrastra: mi negocio, mi felicidad y, finalmente, hasta mi propia vida. Mientras expiraba, el dolor y la traición me consumían, dejándome con un último aliento de incomprensión y rabia por la injusticia. Pero al volver a abrir los ojos, me encontré de nuevo en el día de mi boda, justo antes de que se repitiera la farsa, y supe que había renacido para cambiar mi destino y el de aquellos que me hicieron daño.

No Más Pobreza, No Más Sumisión

No Más Pobreza, No Más Sumisión

Gavin
5.0

Morí ahogada en el Atlántico, un mar que ya me había arrebatado a mi hijo y a mi suegra. Mi esposo, Javier, me había abandonado en la pobreza de Andalucía durante cuatro largos años, viviendo una vida de lujo con su amante y la hija de esta en Canarias. Mientras malvendía mi sangre en el mercado negro para las medicinas de mi hijo enfermo de talasemia, él celebraba cenas de marisco y vivía en una villa. La noche que regresé con el dinero para el medicamento, encontré la tragedia: una ola gigante se había llevado a Carmen y mi pequeño Mateo había muerto por falta de su dosis. Javier apareció para el funeral, reprochándome mi inutilidad y elogiando la "gratitud" de su nueva familia. Me divorció en una semana para casarse con "la viuda de un compañero caído", una sonriente Isabela. Esa noche, con el corazón destrozado, me tiré al mar cargada de piedras. Pero entonces, abrí los ojos. El olor a sal y pobreza me asaltó, Carmen tosía débilmente y Mateo, aún con labios azulados, respiraba a mi lado. Estaba viva. Había vuelto. Tres días antes de que murieran. No más mercado negro, no más sumisión. Iré a Canarias, lo enfrentaré y recuperaré lo que es nuestro.

Vino, Traición y un Segundo Destino

Vino, Traición y un Segundo Destino

Gavin
5.0

El aire de la residencia de ancianos se llevó mi último aliento, dejando solo el amargo sabor del desinfectante y la soledad. Yo, Roy Castillo, sentía la vida escurrirse, no por la vejez, sino por el veneno que mi esposa, Luciana, me confesó con una frialdad glacial en su lecho de muerte. «Roy, nuestros hijos, esos dos muchachos que criaste... no son tuyos. Siempre amé a Máximo. Entiérrame a su lado.» Máximo, mi primo, mi rival. El amor de su vida. Después, los hijos de ese traidor, a quienes llamé "mis hijos" durante décadas, tomaron la herencia de Luciana y me dejaron solo en este infierno, con el peso de una vida de engaños. Cerré los ojos, deseando con toda mi alma no haberla conocido jamás. Entonces, la oscuridad se rompió con un olor familiar a roble y uva fermentada. Abrí los ojos. No estaba moribundo en una residencia. Estaba en la sala de catas de Bodegas Castillo. El calendario marcaba 1992. Mi corazón latió con una fuerza que no sentía en cincuenta años. ¡Estaba vivo, joven y recordaba absolutamente todo! Mañana era la votación para el Enólogo Jefe, el día exacto en que mi vida se desvió. Y justo entonces, la puerta se abrió. Luciana, tan joven, tan hermosa, tan letal, entró. «Roy, cariño, tenemos que hablar.» La vi, no como la prometida que adoraba, sino como la mujer que me destrozó. «Máximo lo necesita más que tú. Deberías retirar tu candidatura por él.» Su voz, la misma manipulación que me condenó una vez. Pero esta vez, mi respuesta no fue de amor ciego. «No.»

La Elección de Javier: De Sirviente a Heredero

La Elección de Javier: De Sirviente a Heredero

Gavin
5.0

El día del divorcio de mis padres, el aire en la sala del tribunal era tan denso como la mentira que vivía. El juez, con voz monótona, soltó la pregunta que me heló la sangre por segunda vez: "¿Con qué progenitor desean vivir?". Mi hermano menor, Mateo, no dudó un segundo; eligió a mi madre, Gloria, una ranchera con la gloria ya marchita, pero que él creía que pronto se casaría con un magnate rico. Él quería esa vida. En mi vida anterior, también la había elegido a ella, cegado por un amor filial que pronto ella explotaría sin piedad. Fui su asistente, su chófer, su saco de boxeo emocional, me obligó a dejar la universidad para perseguir una fama inexistente, solo para ser apuñalado por la espalda por Mateo, consumido por la envidia. Morí solo, en un callejón oscuro. ¿Cómo era posible que el destino me diera una segunda oportunidad, pero frente a la misma elección, con las mismas personas prediciendo su futuro sin saber el infierno que me esperaba? Pero esta vez, mi corazón ya no se engañaba. La elección era cristalina.

La Venganza de La Dríade de Olivo

La Venganza de La Dríade de Olivo

Gavin
5.0

Yo soy Isabela, la dríade de un olivo milenario, y durante mil años, mi vida estuvo atada a la prosperidad de la familia Montero. Protegí su viñedo, fui su bendición silenciosa. Mateo, el joven heredero, creció bajo mis ramas, prometiendo cuidarme siempre. Pero llegó Sofía, una "influencer" de vinos que envenenó su corazón con ambición y modernidad. Para calmar el arañazo insignificante de una rama y por complacerla, Mateo ordenó lo impensable: "¡Arranquen este árbol! ¡De raíz!". Sentí cómo mi esencia vital se congelaba, mi cuerpo marchitaba en un instante. Pero la crueldad no terminó ahí. Mateo, con una sonrisa fría, decidió usar mi madera para barricas y ¡quería mi savia dorada para un \'elixir de dríade\'! Mientras me arrastraban para ser torturada, el niño que juró protegerme me apuñaló con un cuchillo, extrayéndome la vida. ¿Cómo pudo Mateo, el niño que me abrazaba y me llamaba alma de su viñedo, convertirse en un monstruo tan vil, capaz de deleitarse con mi agonía? ¿Cuándo su corazón se pudrió tanto como para olvidar mil años de devoción? Justo cuando mi vida se disolvía por completo, en ese instante de traición absoluta, la deuda de mil años se rompió: mi cuerpo se convirtió en luz, y renací. Ya no era una esclava; era una fuerza imparable de la naturaleza, lista para desatar una plaga que consumiría todo lo que Mateo una vez amó. Su promesa de amor se convirtió en mi condena, y ahora él pagaría el precio.