Muchas mujeres son asesinadas en el mundo, pero cuando se trata de la mujer del mercenario más peligroso de todo el mundo las consecuencias pueden ser impredecibles Velkan Rottenberg es un muy peligroso mercenario entrenado para matar, había trabajado durante años para distintas mafias alrededor del Cáucaso, tan pronto prestaba sus servicios para la mafia rusa, como para la mafia turca, y también hacía trabajos aislados para clientes en el medio oriente y otras partes del mundo. Pero se había enamorado de una hermosa y dura mujer, hija de un mafioso Georgiano. La pasión que nació entre ellos era avasallante e intensa pero nadie viola las reglas de la mafia sin sufrir las consecuencias. Una historia intensa, llena de romance, pasión y aventura en un mismo relato.
Boga caminaba lentamente a no más de cinco metros del hombre al que seguía desde hacía más de una hora. Sonrió mostrando varios dientes de oro, tenía un aspecto feroz, no era demasiado corpulento pero se notaba que era fuerte, sus casi uno ochenta metros de altura eran suficientes para amedrentar a cualquiera.
Tenía mucha fuerza y por eso utilizaba ese apodo en turco, porque "boga" significaba "toro", no recordaba a nadie que lo hubiera vencido en una lucha a mano limpia, o con cuchillo. Era un experto con casi cualquier tipo de armas y era también sumamente ágil en cada situación, podía pasar desapercibido y matar silenciosamente si era necesario.
Por eso había podido matar a la mujer que le habían encargado un par de semanas atrás, en realidad había sido muy fácil y eso que, según le habían dicho, ella era muy diestra con las armas, pero la había sorprendido en la cama de su hotel, se echó sobre ella y aunque luchó con fuerza finalmente la sofocó con cierta facilidad. Salió de la oscura habitación por la ventana, como había entrado.
El hombre al que seguía tomó una calle que se dirigía a las afueras del pueblo.
«¡Tanto mejor! -se dijo a sí mismo»
Había pensado liquidarlo con una certera puñalada en la espalda, con la que lo dejaría inmóvil el tiempo suficiente para liquidarlo después, pero ahora sería más fácil, un simple disparo con su pistola, a la que tenía acoplado un silenciador, apenas estuviera fuera de la vista de cualquier mirón inoportuno.
Hasta se daría el lujo de llamarlo y dejar que se volteara mientras lo apuntaba, así vería el miedo en los ojos del sujeto. Sí, se podía decir que Boga era un sujeto sádico que se solazaba en el sufrimiento de los demás, hasta pensó en herirlo primero para luego disfrutar antes de rematarlo.
Pronto llegaron a un camino de piedras, era la salida de la ciudad de Ingiris hacia la población siguiente, no habían muchas personas circulando por allí, era fin de semana y pocas personas tomaban ese camino, normalmente salían por la calle principal que iba hacia la carretera que conducía a la capital de Georgia, pero estaba más cerca de las montañas del Cáucaso.
Boga caminaba como un gato y el sujeto que iba adelante no se había dado cuenta de que lo seguía, volvió a sonreír, ya no había nadie a la vista, sacó su arma y apuntó a la espalda del sujeto, pensó en herirlo en la baja espalda, eso le dolería. Quitó el seguro de la pistola y cuando iba presionar el gatillo sucedieron en rápida sucesión varias cosas.
Primero el sujeto que iba adelante dio la impresión de encogerse, porque se había vuelto más pequeño y eso que era más o menos del mismo alto de Boga, Segundo, el sujeto tenía un arma en la mano que no se dió cuenta de dónde la había sacado, si él le había visto las manos vacías hasta el último segundo, Tercero, sintió un leve golpe, como un pinchazo en el estómago, y Cuarto, sus brazos se aflojaron, haciendo que el arma cayera de sus manos sin haber podido apretar el gatillo de su arma.
Boga fue perdiendo fuerzas paulatinamente, cayó de rodillas y sintió como algo caliente le corría por el abdomen, puso una mano sobre su estómago y al retirarla la vio completamente llena de sangre.
Boga no entendía cómo había sucedido esto, miraba con incredulidad la sangre en sus manos y también al sujeto que se acercaba a él, sin mostrar odio o animadversión alguna, aún tenía una pistola calibre .380 en sus manos y le apuntaba con ella. Luego recogió su arma y lo empujó para que cayera de espaldas.
Se vio arrastrado hasta dentro del bosque que rodeaba la carretera por donde habían caminado. cuando estuvieron fuera de la vista de la carretera el sujeto lo miró desde arriba.
-El temible Boga -dijo con una voz suave y sin acento notorio- parece que te has vuelto lento, mi amigo. Lástima que tenga que liquidarte, porque me gustaría enviar un mensaje al que te envió.
Boga trató de hablar pero solo le salió un ruido gutural y una espuma sanguinolenta le subió a los labios.
-Es mejor que no hables, creo que no te diste cuenta que disparé dos veces -le dijo con toda la tranquilidad del mundo- Pero tenía que asegurarme de romper tu arteria aorta, así te quitaría toda la energía de una vez y no tendría que matarte de golpe. Como no puedes hablar yo te haré un par de preguntas y tú sentirás o negarás, ¿De acuerdo?
Boga asintió, aunque el dolor que tenía ahora se estaba volviendo insoportable.
-Bien, me alegro -le dijo con calma- Porque después de responderme entonces te haré el favor de librarte de tu sufrimiento rápidamente, ¿De acuerdo?
Una vez más Boga asintió rápidamente, sabía que se estaba muriendo poco a poco y dolorosamente así que prefería morir de una vez.
-¿Tú mataste a la chica en el hotel Blitz? -le preguntó y hubo un rápido asentimiento por parte de Boga.
-¿El que te envió a matarla es el mismo que te envió por mí? -nuevo asentimiento de Boga.
El sujeto asintió a su vez y preguntó de nuevo.
-¿Es el jefe Kadir quien te envió? -Un nuevo asentimiento de Boga.
-Gracias, Boga -le dijo mientras le apuntaba a la frente- Lo malo para tí es que a Velkan "la sombra" es difícil de matar. -Y diciendo esto puso una bala en el medio de la frente de Boga, quien dejó de sufrir de inmediato.
Velkan Rottemberg se irguió cuán alto era y le quitó el silenciador a su arma antes de colocarla de nuevo en la funda que tenía en la cintura, a la altura de su estómago. Tenía otra igual para su magnum 357 de cañón corto que llevaba en la cintura pero esta casi estaba a la mitad de la espalda.
Estaba tan acostumbrado a desenfundarlas con tal rapidez que casi nadie se daba cuenta de cuando tenía el arma en la mano, por eso era considerado uno de los mejores en todos los lugares por donde había dejado huellas.
Había trabajado años para varios contratantes como mercenario, se había enfrentado a grupos de Kurdos, a rebeldes en Afganistán y a cuanto enemigo le asignaran en su trabajo, pero luego había sido contratado para trabajos especiales por algunos "jefes" de la mafia, desde la madre Rusia, pasando por sus satélites e incluido en Turquía y Europa.
Llegó a ser conocido como "La Sombra" porque era capaz de realizar un trabajo y desaparecer como si nunca hubiera estado allí.
Pero ahora, tal como sospechaba, la mafia turca, de manos de Kadir Yildirim había puesto precio a su cabeza, y lo peor de todo esto era que no podría pedir ayuda a nadie. Ninguno de sus antiguos asociados estaría dispuesto a enfrentarse a esa organización criminal que tenía vínculos con los rusos y varios de sus satélites.
No le quedaba otro camino que buscar la manera de equiparar fuerzas, él solo no podría contra toda una organización, tenían que buscar la manera de conseguir un lugar donde ocultarse y llevarse con él a Tatiana, el amor de su vida.
Ella era la luz de su vida, por ella estaba dispuesto a todo, la amaba con locura. Se habían conocido hacía poco más de un año, él había estado trabajando para la mafia rusa y lo habían mandado a conseguir unos papeles que comprometían a los jefes de la mafia. Allí se conocieron e inevitablemente se enamoraron.
Brian y Charlotte se conocieron desde niños, su empatía fue mutua y desde el principio parecían hierro e imán, donde iba uno estaba el otro, pero sus familias, a pesar de vivir en la misma comunidad era de estatus muy diferentes. Charlotte venía de una familia rica y Brian era hijo de un trabajador de las minas, en las cuales la familia de Charlotte tenía acciones. A ella le habían arreglado el matrimonio y aunque trataron de escapar juntos los alcanzaron y finalmente los separaron, aun amenazando a Brian y a su familia... El día de la boda de Charlotte, Brian se fue del pueblo, luego de pasar por la iglesia donde se casaba la mujer de su vida, con una mirada triste se despidió y se fue a buscar fortuna... Años después regresó, hecho un hombre diferente, apuesto, de mundo, multimillonario, y venía con toda la intención de reclamar a la mujer que siempre debió haber sido suya.
¿Cómo podría enamorarse? Los miembros con el "legado" en la familia siempre habían permanecido solteros y generalmente eran solitarios. Su don los hacía apartarse de todos, no eran como los demás hombres, y él no era común. Pero se había enamorado. Y era un lobo diferente. Clyde Magnus Alastair McCallum era también un hombre diferente, pero él mismo no lo sabía. A sus veintitrés años era bastante alto, como un metro ochenta y algo de centímetros, aunque un poco delgado. Clyde, era un joven nacido en las tierras altas de Escocia, descendiente de una antigua familia que gobernó la zona siglos atrás. Había decidido salir de su tierra natal para ir al Canadá para continuar sus estudios de historia antigua y arqueología. Pero Clyde estaba lejos de ser un hombre común, sus ancestros procedían de un antiguo clan que sufrió los feroces ataques de tribus nórdicas. Y uno de sus antepasados se refugió, luego de ser herido, en un viejo bosque con ruinas druidas. Allí se le apareció un viejo sacerdote-hechicero quien le dió una pócima mágica que lo ayudaría a él y a su clan a resistir las hordas bárbaras. A partir de ese día, el viejo Angus McCallum se convertía en un ser alto, poderoso, con apariencia de lobo humanoide, con una fuerza y destreza sobrenaturales. El "don" era hereditario, pero desde el bisabuelo McCallum, nunca se había vuelto a manifestar, hasta que su bisnieto lo necesitó para salvar a la mujer de la que se enamoraría.
¿Qué harías si en una venganza injusta tus enemigos asesinan al amor de tu vida y a parte de tu familia? Los cuentos de hadas generalmente terminan con la frase: “Y vivieron felices para siempre” Pero en la vida real la maldad no descansa y las bajas pasiones del ser humano superan en mucho a los cuentos. Ivonne Coleman está presa en una cárcel federal, al igual que Dereck, su sobrino. Pero la hermosa historia de amor entre Rachel Anderson y Patrick Hamilton estaba lejos de ser como en los cuentos de hadas, porque un nuevo y poderoso enemigo surge de las sombras. Alexander Grassman, quien había sido el novio de Ivonne en su juventud, y a quien tuvo que rechazar por orden de su padre para casarse con Randall Hamilton, era ahora un malvado y poderoso multimillonario. Grassman había amado con locura a Ivonne y nunca había dejado de amarla a pesar de que hizo su vida con otra mujer, nunca tuvo hijos, y su carácter se había vuelto amargo al perder al amor de su vida. Por eso, al enterarse de que ella estaba presa y que se había separado de Randall Hamilton, decide visitarla en la cárcel, para saber qué había sucedido para que terminara en esa prisión federal. Allí Ivonne le cuenta su desventura y él le ofrece vengarse y ella, con todo el odio que anida en su malvada alma, acepta gustosa. Allí comienza una historia de venganza y supervivencia para Rachel y Patrick que nos conduce a un final completamente inesperado.
Robert Landon luchó por años contra organizaciones criminales en Nueva York, hasta que mataron a su esposa, esa vez se volvió como loco y mató a muchos antes de caer herido por múltiples disparos que hizo que lo consideraran muerto. Pero logró sobrevivir y fue ayudado por los médicos y su jefe, quienes lo ocultaron y declararon que había muerto. Cuando despertó de su coma tenía nuevo nombre, el rostro cambiado y una vida nueva, de allí se mudó a Los Ángeles para olvidar y permanecer en el anonimato. Ahora se llamaba Steve Lonergan anticuario de la ciudad de San Francisco, California. Pero por avatares del destino un día , paseando por el muelle ve a una joven en peligro rodeada de tres hombres que pretendían lastimarla. Steve los lastima a ellos y salva a la chica, luego se vuelven a encontrar y conversan, se hacen amigos y a pesar de la diferencia de edad la chica derrite el hielo del duro corazón de Landon y se enamoran. Pero el destino tenía otro amargo trago para Robert Landon, Bridgette Reynolds es hija de un poderoso mafioso neoyorquino, quien seguramente está involucrado con el grupo que mandó a matar a su esposa y lo dejó a él, mortalmente herido.
Rachel Anderson era una tímida pero hermosa muchacha, criada por sus abuelos y un hermano mayor muy sobreprotector. Quería ser independiente, por lo que se decide a buscar empleo y lo consigue por su títulos y excelentes referencias. Pero su jefe directo, Patrick Hamilton, es el CEO de Hamilton's Corp. una enorme corporación financiera, es un hombre duro y amargado, que detesta a las mujeres en general, pero en especial a las bonitas a quienes nunca contrata. Su padre, Randall Hamilton, un hombre duro también, viejo y con altos principios morales y familiares, le impone una condición inviolable para que pueda heredar el vasto imperio familiar: Debe casarse y tener un heredero en el plazo de un año. Si no lo hace el setenta y cinco por ciento de su fortuna iría a parar a su madre y ésta prefería a su pedante y egocéntrico primo, Derek Coleman, quien además es mala persona, pero está casado y tiene dos hijos, y con toda seguridad sería el nuevo CEO de las empresas. Entonces en medio de su apuro se le ocurre una idea: pedirle matrimonio a su tímida e inteligente asistente, quién en secreto se ha enamorado de él, aunque él la menosprecia y la trata mal como a todas las mujeres, al menos al principio. Pero la chica resultó tener un cerebro sobresaliente y va escalando puestos en la empresa por mérito propio, y quizás también, en el endurecido corazón de Patrick Hamilton.
Scarlett se casó con un hombre al que nunca había visto antes. Un año después, finalmente solicitó el divorcio a su misterioso marido, con la esperanza de llevar una vida pacífica como mujer soltera. Pero aparentemente el destino siempre tiene sus propios planes. Se decía que Elias, el gran jefe de una empresa millonaria, era un hombre que no tenía ningún interés en las mujeres. Curiosamente, prestaba mucha atención a Scarlett. No pudo soportar tanta pasión del hombre, Scarlett le mostró su certificado de matrimonio y le dijo: "Soy una mujer casada. ¡No puedo salir contigo!". Este tomó el documento y sacó una foto mientras sonreía. "¡Aún mejor! Ya es hora de que me presente. ¡Hola, soy Elias Roberts, tu querido marido!". Scarlett estaba conmocionada. ¡No podía creer que su misterioso marido fuera en realidad el CEO de una importante empresa! ¿Cómo sucedió esto?
Rena se acostó con Waylen una noche cuando estaba borracha. Y como ella necesitaba su ayuda mientras él se sentía atraído por su belleza juvenil, lo que se suponía que sería una aventura de una noche se convirtió en algo más. Todo iba bien hasta que Rena descubrió que el corazón de Waylen pertenecía a otra mujer. Cuando esa mujer regresó, dejó de volver a casa, dejándola sola por muchas noches. Finalmente, un día, la pobre chica recibió un cheque y unas palabras de despedida. Para sorpresa de Waylen, Rena solo sonrió y dijo: "Fue divertido mientras estuvimos juntos, Waylen. Pero espero que no nos volvamos a ver nunca más. Que tengas una buena vida". Sin embargo, por voluntad del destino, los dos se volvieron a encontrar. Al ver que Rena tenía a otro hombre a su lado, los ojos de Waylen ardieron de celos y gritó: "¿Cómo diablos lograste seguir adelante? ¡Pensé que solo me amabas a mí!". "¡Es pasado!", Rena se burló, "hay demasiados hombres en este mundo, Waylen. Además, tú fuiste quien pidió la ruptura. Ahora, si quieres salir conmigo, tendrás que hacer cola". Al día siguiente, Rena recibió un anillo de diamantes y un mensaje del banco de que alguien había transferido miles de millones a su cuenta. Waylen apareció, se arrodilló frente a ella y dijo: "¿Puedo saltarme la fila, Rena? Todavía te quiero".
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
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