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Madre falsa para los hijos del CEO

Madre falsa para los hijos del CEO

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El multimillonario Marcello Greco tiene a sus mellizos preguntándole por qué la madre los abandonó. ¿Quién querría romperle el corazón a sus hijos diciéndoles que ella simplemente no los quiso y prefirió irse con otro hombre cuando ellos sólo tenían dos meses? Greco haría lo que fuera para hacerlos a ellos feliz, y por eso es que se le ocurre contratar a una mujer para que se haga pasar por la madre de ellos. Sólo tiene que cambiar la historia del abandono, entregarle momentos felices a Aubrey y Noah y llenarlos de amor por un tiempo, pero ¿qué pasa si esa mujer se termina enamorando tanto de sus falsos hijos, como del padre de ellos?

Capítulo 1 ¿Puedo tener peor suerte

Chillo enojada cuando mi helado se cae al suelo por mi estúpida manía de correr para alcanzar el autobús.

¿Puedo tener peor suerte?

Sigo corriendo y maldigo por lo bajo cuando mi pie se dobla al llegar a la escalera. Subo al transporte y le pago al conductor para luego ir a sentarme a uno de los asientos desocupados. Saco los audífonos de mi mochila que parece la de una niña pequeña y pongo Arabella, mi canción favorita por dos razones; amo Arctic Monkeys y mi nombre es Arabella Williams.

Lo único que me gusta de mi vida. Llamarme como la canción que escucho siete veces al día

Muevo mi cabeza de arriba abajo disfrutando de la poderosísima batería mientras pienso en lo desagradable que fue mi día hoy.

Un señor me pidió un helado de chocolate con almendras y yo, estúpidamente, confundí las almendras con las nueces.

Siempre he tenido la misma confusión, y eso que ya tengo 24 años

Y Ahora deben estar preguntándose qué carajos hace una mujer de veinticuatro años trabajando en una heladería.

Pues bueno, ni yo sé qué hago allí

Tal vez nunca supe qué podía hacer con mi vida. Jamás pude decidirme por una carrera y tampoco podía darme el gusto de estudiar cualquier cosa, puesto que mi estatus social no es el mejor que digamos.

Mi madre, Rita, es cajera en un supermercado. Mientras que mi padre….

Ni idea de lo que pasa con él. Nos abandonó cuando tenía tres meses de edad

Miro a mi lado izquierdo cuando siento que alguien me está tocando el hombro. Veo a la señora de edad que se encontraba en el asiento de al lado, y me saco los audífonos para saber qué es lo que está diciendo.

—En ese asiento vomitó un caballero ebrio.

Cierro los ojos sin poder creer la suerte que tengo.

—Muchas gracias —respondo con una sonrisa falsa antes de ponerme de pie.

¿Por qué no me avisó antes de sentarme, maldita vieja canosa?

Muevo mi cabeza de un lado a otro esfumando mis pensamientos nada educados. Esa señora no tiene la culpa de que mi viernes esté siendo un completo fracaso.

Me afirmo de uno de los asientos para poder mantenerme de pie y dejo mi celular en mi bolsillo para seguir escuchando música. Me pongo el audífono y me voy parada por casi media hora hasta que llego a mi tan preciado paradero.

Bajo del transporte sintiendo las carcajadas de las personas a mi espalda y espero a que el autobús comience a irse para sacarles el dedo de al medio por si alguien seguía con su mirada sobre mí.

Debo tener un hermoso vómito en el trasero

Tiro mi cabeza para atrás y miro al cielo con expresión de me quiero morir y comienzo a caminar hacia mi casa, la que se encontraba a solo unos dos minutos.

Al llegar, dejo mi mini mochila en el sofá antes de correr hacia el baño para sacarme la ropa y darme un baño, el que dura alrededor de diez minutos.

Envuelta en una toalla, tomo mi ropa sucia y me dirijo hacia la lavadora para ponerla a lavar de inmediato.

Al menos no tengo que ir al trabajo mañana

Subo a mi habitación y me pongo mi pijama corto, ideal para los treinta grados que hay en California.

Voy hacia el primer piso y camino directo hacia mi mejor amigo desde que tengo memoria; el refrigerador. Saco mi botella de Coca Cola y mis galletas con cobertura de chocolate que guardo ahí para que no se derritan, y me voy directo al sofá grande para tirarme en él.

Alcanzo mi celular estirando mi brazo para llegar hacia la mesa de centro y me pongo a ver videos de TikTok.

Puede que yo sea un poco inmadura y torpe, pero jamás tendría la personalidad para hacer videos así de ridículos

En realidad, tengo un sentimiento de amor-odio con esta aplicación; me entretengo mucho viendo videos, pero a la vez, me da demasiada vergüenza ajena.

No sé, depende del tipo de videos que me aparezcan

Tomo bebida directo desde la botella para después comerme de un bocado una de las cuatro galletas que me quedan.

¿Qué tan fracasada debo ser como para estar un viernes en la tarde acostada en el sofá, comiendo comida basura y viendo videos en TikTok?

Me encantaría que mi vida fuera distinta, que tuviera algo que me apasione. Pero es triste admitir que realmente no soy buena para nada, sólo para servir helado.

Y ni eso

Dejo la bebida y el paquete de galletas en el suelo y suspiro con pesadez. A veces, me pongo un poco sentimental cuando me pongo a pensar en cómo es mi vida. Jamás he tenido una afición, jamás he sido demasiado buena para hacerme amigos y nunca pero nunca he tenido algún interés amoroso, lo que no significa que siga siendo virgen todavía. Y aunque eso no me importa demasiado, a veces me viene una pregunta a mi cabeza que me pone un poco nerviosa.

¿Estaré sola para siempre?

No me considero alguien deslumbrante. De hecho, solían hacerme bullying en el colegio por mis dientes de “conejo”, pero eso jamás me hizo tener problemas en mi rendimiento escolar. No me acomplejan mis dientes, no me acomplejan los rollitos de mi estómago ni las estrías de mis piernas. Me gusta el porte de mi trasero y soy fan de mi cabello largo y rubio, pero sé que en comparación a otras chicas yo soy un 4 de 7.

Tal vez un 4.5

Siendo completamente sincera, no sé si lo que aleja a los hombres es mi físico, o mi forma de ser. Suelen decirme que soy muy poco seria, un tanto idiota y que les cuesta verme como algo más que un amigo.

Sí, AMIGO

Tal vez no soy la mujer mas femenina y delicada, pero tampoco creo que sea justo que me traten como a un amigo.

Parece que yo no soy el tipo de chica que a los hombres les interesa. ¿Es que caso tener mente de niña es demasiado matapasiones? No me malinterpreten, tampoco es como que conmigo no puedan hablar de algo serio ni que no sepa comportarme, sólo creo que a los hombres no les gusta demasiado cuando una mujer sabe vivir y divertirse sin la necesidad de tener a uno de ellos al lado.

Muchas veces me dijeron después del sexo que no se les hacía atractivo que yo no les diera la “importancia” que les gusta. Y en realidad, creo que a lo que ellos no están acostumbrados es a que no les prestes la atención que necesitan para hacerlos sentir el centro del mundo.

Ya saben, jamás le he rogado a un hombre que me hable, que me busque, y menos que me haga sentir especial, porque eso no se pide, eso nace de la persona correcta.

Pero creo que yo jamás encontraré a la persona correcta

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