/0/13351/coverbig.jpg?v=27bc59cde778efa86f6d6366f7325091)
Mmmm
Mmmm
Ella va a buscarlo y no tarda en volver. Le agradezco de nuevo y salgo de la tienda. El viento y los truenos se han intensificado. Es normal que llueva, pero es la primera vez en mucho tiempo que presenciaré una tempestad en formación. Cuando las primeras gotas de agua comienzan a descender, abro el paraguas y avanzo más rápido. Sin embargo, solo he recorrido dos cuadras cuando me tengo que detener debido a una espesa nube de niebla al frente.
«No... No es real... Es solo el estrés... Los monstruos no existen». Me repito esas palabras al ver una silueta extraña y deforme entre la niebla. Es una figura oscura que se mueve lentamente hacia mí. Parece una persona, pero algo no está bien. Es demasiado alta, demasiado delgada, y sus ojos brillan con una luz siniestra que hace que un escalofrío me recorra el cuerpo entero.
Sea lo que sea, una cosa es segura: no es humana. Lo confirmo cuando la entidad emerge de la niebla, dejando a la vista sus huesos salientes y descarnados, apenas cubiertos por una piel desgarrada. Sus ojos, brillando con una intensidad sobrenatural, reflejan un hambre insaciable y una malevolencia innata. Bajo la lluvia, su presencia adquiere un matiz aún más siniestro, con sus extremidades retorcidas moviéndose de forma inhumana.
Me quedo estática, convencida de que lo que estoy viendo es solo producto del estrés y de la multitud de problemas que me azotan estos días. Sin embargo, cuando está a pocos pasos de mí, eleva una de sus extremidades como si fuera a darme una bofetada y me ataca.
Los panes se desparraman por la calle mientras mi cuerpo choca violentamente contra la rigidez del farol. En ese instante, comprendo que no es un sueño, porque ningún sueño se siente tan real. Maldigo en voz baja cuando un dolor punzante me atraviesa como si tres costillas se hubieran roto y mi cuerpo se desintegrara por dentro.
Intento levantarme, pero mi cuerpo no responde. La criatura se acerca cada vez más, y solo puedo ver sus dientes afilados y sus garras largas. Sé que tengo que hacer algo, o seré su próxima víctima. Reuniendo todo mi coraje, grito lo más fuerte que puedo con la esperanza de que alguien venga en mi auxilio. Mi grito resuena en la calle vacía y la criatura se detiene en seco.
Pero no por mí...
Siento la tierra vibrar. Volteo el rostro y veo que el paraguas que la mujer de la panadería me había entregado se estremece y vibra. Sus piezas, previamente rotas por la embestida de la criatura, cobran vida de manera lenta. Sus fragmentos titilan y se fusionan, transformándose en una hoja reluciente. La lluvia resbala por la nueva forma, destacando la elegancia de la espada recién forjada. Su empuñadura adopta una tonalidad plateada mientras la luz de la lluvia refleja destellos en el acero. Cuando la espada completa su transformación, la convoco con un simple ademán y se desliza hacia mí como atraída por un imán.
Me levanto del suelo empuñándola con firmeza. La criatura ruge con furia y se lanza hacia mí en un ataque feroz. Sin dudarlo, asesto un golpe certero que le cercena una pata. La monstruosidad lanza un chillido agudo de dolor, pero no se rinde. Me golpea con su garra con tal fuerza que me lanza contra la pared.
Me retuerzo en el suelo por el impacto, aturdida y adolorida. Pero la adrenalina me impulsa a ponerme en pie. No voy a morir así. Tengo una familia que me necesita y no permitiré que estas criaturas de mis pesadillas me arrebaten la vida.
Agarro la empuñadura con renovada determinación y espero a que la bestia vuelva a atacar. Cuando está a punto de embestirme, la atravieso con la espada en un movimiento rápido y preciso. Su cabeza cae al suelo junto a su cuerpo inerte.
Mi respiración agitada se va calmando, pero a medida que la adrenalina se disipa, también lo hace mi lucidez. El mundo a mi alrededor comienza a girar y mis piernas flaquean, cediendo bajo mi peso. Caigo inconsciente en medio de la tormenta, empapada por la lluvia y el sudor.
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Después de dos años de matrimonio, Kristian soltó una bomba. "Ella ha vuelto. Vamos a divorciarnos. Dame un precio". Freya no discutió. Sonrió y expuso sus condiciones. "Quiero tu auto deportivo más caro". "Está bien". "La villa en las afueras". "Sin problema". "Y la mitad de los miles de millones que ganamos juntos". Kristian se quedó helado. "¿Qué dijiste?". Él pensaba que ella era una mujer común, pero en realidad Freya era la mente maestra detrás de su fortuna. Y ahora que se había ido, él haría cualquier cosa para recuperarla.
Sabrina tardó tres años enteros en darse cuenta de que su marido, Tyrone, era el hombre más despiadado e indiferente que jamás había conocido. Él nunca le sonrió y mucho menos la trató como a su esposa. Para empeorar las cosas, el regreso del primer amor del hombre no le trajo a Sabrina nada más que los papeles del divorcio. Con la esperanza de que todavía hubiera una posibilidad de salvar su matrimonio, le preguntó: "Tyrone, aún te divorciarías de mí si te dijera que estoy embarazada?". "¡Sí!", él respondió. Al comprender que ella no significaba nada para él, Sabrina finalmente se rindió. Firmó el acuerdo de divorcio mientras yacía en su lecho de enferma con el corazón hecho pedazos. Sorprendentemente, ese no fue el final para la pareja. Fue como si Tyrone despejara la mente después de firmar el acuerdo de divorcio. El hombre que alguna vez fue tan desalmado se arrastró junto a su cama y le suplicó: "Sabrina, cometí un gran error. Por favor, no te divorcies de mí. Te prometo que voy a cambiar". Sabrina sonrió débilmente, sin saber qué hacer…
Rechazada por su pareja, de la que había estado enamorada durante mucho tiempo, Jasmine se sintió completamente humillada. En busca de consuelo, se dirigió a una fiesta para ahogar sus penas. Pero las cosas empeoraron cuando sus amigos le propusieron un cruel reto: besar a un desconocido o pedir perdón a su pareja. Sin otra opción, Jasmine se acercó a un desconocido y lo besó, pensando que eso sería el final. Sin embargo, inesperadamente, el desconocido le rodeó la cintura con los brazos y le susurró al oído: "¡Eres mía!". Gruñó, y sus palabras le provocaron escalofríos. Entonces, le ofreció una solución que lo cambiaría todo...
Hace tres años, Avery quedó maltratada y sola por el hombre que más amaba, Dylan, pero ella completó valientemente la ceremonia de la boda mientras estaba embarazada. Tres años después, aunque estaban casados, con el tiempo se distanciaron. Avery se centró en su carrera y ya no creía tontamente en el amor. Pero su transformación instantáneamente hizo que Dylan entrara en pánico... ¿Y cuál es el secreto de hace 11 años que Avery siempre se ha mostrado reacia a revelar? *** "Fue a un bufete de abogados, se reunió con un abogado..." ¿Un abogado? ¿Avery está demandando a alguien? ¿OMS? ¿Existe algún litigio reciente contra la empresa? De repente, Dylan se rió entre dientes con frialdad: "¿A quién podría demandar? Soy el director ejecutivo de esta empresa. ¿Cómo es que ese asunto no me llega a mí primero?" La asistente tragó nerviosamente y habló en voz baja: "Señor, no hay ningún litigio contra la empresa. Se reunió con... un abogado de divorcios".
Casarse con su mejor amigo fue un sueño hecho realidad para Kelly, pero todo tiene realmente una limitación. Pierce es el primer amor de Kelly, pero como su mejor amiga, sabía bien que siempre había otra mujer en lo profundo de su corazón. Lexi Gilbert. La mujer que Pierce nunca podría olvidar incluso si ya hubiera acordado casarse con Kelly. *** Kelly finalmente se dio cuenta de que su feliz matrimonio de los últimos tres años era solo un hermoso sueño cuando Pierce pidió el divorcio solo porque Lexi regresó. Ella sólo podría ser su mejor amiga incluso si estuviera encinta de su bebé. *** Dado que su amistad se había convertido en una jaula, Kelly decidió dejarlo en libertad, así como a la miserable misma. Pero ¿por qué entonces fue Pierce quien se negó a seguir adelante? Para empeorar las cosas, su diabólico hermanastro también intervino de manera dominante al mismo tiempo, pidiéndole que fuera suya. *** ¿Su príncipe azul contra su hermanastro diabólico? ¿Cómo podría Kelly salvar su corazón en esta batalla de amor y odio?
© 2018-now ManoBook
TOP