Mabel Romanov ansiaba superarse académicamente en su último año en la Preparatoria "Bradford". Sin embargo, la renuncia del profesor Raymond y la llegada del atractivo y desafiante profesor de física, el señor Burhan, trastocaron por completo su visión del año escolar. El encuentro con el enigmático profesor marcó el comienzo de una trama inesperada. Lo que comenzó como una atracción inevitable se convirtió en la perdición tanto de Mabel como del profesor Burhan Al-Mansour.
Mabel se levantó como cualquier día, pero la cotidianidad de su vida consistía en el mal hábito de despertarse tarde en la mañana, en consecuencia, siempre se ganaba el regaño de algún profesor.
El motivo de quedarse dormida más de lo debido era por estar despierta hasta tarde mientras repasaba algunos temas conflictivos de la física, antes ocurría lo mismo, solo que la razón de mantenerse en vilo era masoquismo suyo, puesto que se le iba el tiempo en tonterías.
Lo malo es que haciendo lo correcto o no, no le atinaba a abrir los ojos cuando su alarma sonaba, el gran problema es que sí sonó, pero le dio igual.
-¡¿Qué?! -exclamó estremecida por la hora que su reloj de mesa marcaba.
Era súper tardísimo, sabía que no era su día, ya tenía el presentimiento de que sería el peor de todos. Encima la primera clase era con el nuevo profesor. ¡Madre mía! Con suerte llegaría a mitad de la primera clase, y con un poco más de suerte este le permitiría entrar. Le pidió al cielo que el nuevo viejo no fuera tan hostil y estricto como Price.
Se dio una ducha con premura exigente, jabón por aquí, jabón por allá, dejó que la cascada de agua se lo llevara y salió tomando su albornoz blanco. Próxima parada: cepillarse los dientes y aprovechar de peinarse frente al espejo que acompañaba su lavabo.
-Parezco un zombie-musitó inflando las mejillas y dejando salir luego el aire en un resoplido.
Mabel se apresuró a tomar el uniforme de su armario, sí, la ropa que su madre se encargaba de mandar a confeccionar con una amiga de la familia, porque ella ni siquiera hacía el amago de tomar una aguja, su única especialidad era malgastar la fortuna de su marido. El pobre Nolan estaba tan cegado que ni reparaba cuando Giselle despilfarraba algunos miles en famosas y conocidas boutiques de la ciudad; no importa si esto le parecía a simple vista a su bolsillo una insignificante suma de dinero.
La joven consideraba esto una inversión absurda, porque en un par de días las compras eran olvidadas por una Giselle que adquiría cosas sin parar y ya luego ni volteaba a mirarlas. Era una compradora compulsiva, más allá de su adicción a lo superficial; no se daba cuenta de ello.
Estaría bien que una niña de los años veinte usara algo como eso, pero en pleno siglo veintiuno debía de ser un chiste. De hecho la convertía en el hazme reír de muchos, o esa "rarita" como le decían algunos compañeros en Bradford. Y aunque fingía no importarle, dentro de sí ese tipo de palabras le inyectaba una nueva dosis de inseguridad.
Una vez dentro de la ridícula falda y con la camisa horrible, todo le sentaba fatal, la tela gris de la falda y la camisa blanca era demasiada seriedad, se estudió. Verse en el espejo, aún sabiendo que iba contra el reloj, la puso furiosa. No ayudaba tener una tez tan pálida, la salpicadura de pecas sobre sus mejillas y ojos enormes de un ámbar extraño... Ni hablar de su liso cabello negro corto sobre los hombros, daba la impresión de haber salido de una película de terror.
De verdad que era odiada por su madre, esta tenía toda la culpa de su aspecto sombrío y patético. ¿Alguna razón? La joven sabía que el motivo por el que su progenitora le impusiera lo que debía usar era una forma de apagarla. Podía darse cuenta, cuando la miraba directo a sus ojos, cada vez que Giselle ponía sus orbes oscuros en ella, era posible dilucidar el venenoso brillo de la envidia; en la cabeza de Mabel, la mujer se convertía en la mala de Blanca Nieves, incluso se asemejaba a la madrastra de Cenicienta.
Ponía en duda la existencia de cariño en su alma, hasta se atrevía a decir que su madre no la quería ni un poco. Su trato, su manera de verla, de darle órdenes o dictar tontas y exageradas normas, todo ello le confirmaba una falta importante de ternura.
Tomó la mochila, ¿qué más daba? Su día a día era la misma mierda y tristemente se había acostumbrado a ello. Disparada dejó la habitación logrando bajar las escaleras con una rapidez increíble, antes habría caído rodando sobre los peldaños, ya era una veterana en andar a la velocidad de la luz. Por mucho que avanzara llena de prisa, nada impediría la riña del lunes, primer día de clases luego de un verano exhausto.
Gruñó.
Aunque su padrastro tuviera todos los millones del mundo, no se había preocupado en ponerle un chófer, mucho menos un auto le había dado. En el fondo sabía que su madre tenía la culpa. Sabría Dios cuántas falacias le habría dicho sobre ella al ruso. Aún así, Nolan no era ese malvado padrastro, en comparación con su madre con la que hasta compartía la misma sangre, él era un poquito más permisivo y comprensivo. Lamentablemente el europeo también era una marioneta y le permitía a su esposa tirar de todas sus cuerdas, enredándose en las garras de la manipulación.
Fuera de la propiedad corrió lo que sus piernas le permitieron, destacable que nada aún estaba en su estómago, pero pudo alcanzar el bus que pasaba, subió y de inmediato tuvo todas las miradas clavándose como filosas cuchillas en ella. La excesiva atención estaba ligada a su espantoso uniforme, ya se lo temía. Ignorando al montón de desconocidos sacó el iPad y se puso los audífonos. Todavía faltaba un poco para llegar a su destino.
Al avistar la imponente fachada de la secundaria Bradford sintió como los nervios la apresaban. El nudo en el estómago nunca fue así de gigantesco, tampoco la ansiedad que cada segundo rozaba los límites.
-¡Me quedo aquí! -exclamó al conductor.
Lejos de las miradas que la señalaban sin decir una palabra como un "bicho raro", y es que nunca se había considerado bonita, se encaminó hacia su salón de clases. En el fondo la tentación por saltarse esa clase se hizo fuerte, pero... ¿valía la pena ganarse una inasistencia? Suficiente con la tardanza.
Guardó el iPad y continuó con dirección al salón de clases.
Urgida caminó a través del largo pasillo, la extensión que solía estar inundada por estudiantes en pleno parloteo, se visualizaba exenta de chicos, en otra circunstancia cuando llegaba en pleno revuelo, se le hacía difícil conseguir meterse entre la multitud y evitar los codazos o golpes. Respiró al llegar. Tocó dos veces, desde allí, sin atreverse a asomar la cabeza por el espacio de la puerta que se consideraba una pequeña ventana, escuchó esa profunda voz varonil que le erizó la piel, aumentó el nerviosismo y le dio terror. Impaciente, porque ya había tocado como hace un minuto sin recibir respuesta, entonces empujó la puerta del salón de clase, pero frenó en seco. Sus compañeros no estaban solos, como ya sabía, delante de ellos un fornido y alto hombre dirigía la clase parado cerca de la pizarra.
Enzo Ivanov, un millonario que no tiene interés en casarse, se encuentra presionado por su padre para elegir entre varias candidatas, algo a lo que se niega rotundamente. Por otro lado, Celine Dubois es una joven que sufre abusos por parte de su padrastro. Un día, escapa de su agresor y busca ayuda. Encuentra a Enzo Ivanov, quien siente una conexión instantánea con ella. Enzo Ivanov la lleva a su casa y le permite quedarse allí. Impulsado por un deseo de proteger a Celine, Enzo le propone un matrimonio falso. Entonces, ambos se ven envueltos en una mentira que conlleva a sentimientos inesperados, poniendo a prueba su trato inicial y lo que verdaderamente sienten.
David King se ve obligado a casarse con la joven Nicolle, pero cuando ella queda embarazada, él la rechaza cruelmente y ella sufre un aborto espontáneo. Sin embargo, el millonario se arrepiente de su actitud y le suplica una segunda oportunidad. ¿Podrá Nicolle perdonar a su ex marido y darle una nueva oportunidad? El amor, el perdón y la redención se entrelazan en esta emotiva historia de segundas oportunidades.
En una historia de amor prohibido, Sofia se enamora de Alejandro, el hermanastro de su padre. A pesar de su compromiso con otra mujer, Alejandro se entera de que Sofia está embarazada. Ahora, el millonario enfrenta la difícil decisión de seguir con su matrimonio o aceptar su paternidad, desencadenando una serie de eventos que cambiarán sus vidas para siempre.
La tranquila vida de Jenna Miller, se convierte en un desastre lleno de drama y problemas, tras la llegada del hermano mayor de su mejor amigo Matthew. Durante todo el tiempo que lleva conociendo a los hermanos Hartmann, Jenna veía a Ashton, el pelirrojo que hacía revolotear las mariposas en su estómago, como su amor platónico. Pero esto dejó de ser así, cuando él tuvo que irse a la otra ciudad a vivir con su padre. Lo que ella nunca imaginó es que su regreso hará que Jenna se sienta confundida. Pues creía haber superado los sentimientos hacia él pelirrojo, sin embargo, sus caminos se cruzarán más de lo que a ambos les gustaría y despertará una turbulencia emocional que los llevará por un laberinto de enredos y momentos inesperados.
Annie, una joven atrapada en el mundo de la administración, se siente infeliz al tener que sumergirse en los negocios como la siguiente en la línea de mando. Sus tíos, siempre controladores, nunca han comprendido ni aceptado su talento innato para el arte, desestimando sus sueños como una pérdida de tiempo. Su pasión por el arte se desvanece entre los números, volviéndose una inclinación lejana y descolorida. Cansada de esta opresión, Annie escapa lejos de sus tíos en busca de un único objetivo: ser reconocida como artista. En su camino, se encuentra con Said Arafat, un arquitecto que la ayuda a construir una vida llena de giros inesperados. ¿Podrán Annie y Said trazar un destino juntos, a pesar de los secretos y mentiras que ambos guardan?
El millonario Paul Romano, obsesionado con preservar su reputación impecable, se ve obligado a ocultar un secreto oscuro que lo atormenta. Cuando contrata a Valeria Williams como niñera de su hija, Abril, su mundo se ve sacudido por la presencia de la joven y valiente estudiante de arte. A medida que Valeria descubre la verdad detrás de los muros del lujoso hogar de los Romano, se ve irresistiblemente atraída por Paul, a pesar de su naturaleza misteriosa y dominante.
La una de la madrugada aun no puedo conciliar el sueño siento un calor inmenso entre mis piernas que sube y me provoca calambres en mi vientre, no puedo dejar de pensar en lo que estuve a punto de hacer, ooooh corrección no puedo creer que no lo hice.! Lo necesito! Lo deseo tanto, debo aceptar que es mi deseo mas obscuro ser poseída completamente por el. Mi amor platónico el gran Alex Betta el hombre mas poderoso, rico y codiciado de la ciudad, el único hombre que con solo verlo hace que moje mis bragas. Siguen pasando las horas y yo sigo pensando en lo tonta que fui al no entregarme a el, si es lo único que he deseado en un par de años. Lo amo desde hace años pero siempre ganas mis inseguridades y no me atrevo si quiera a saludarlo, menos me atrevería a decirle las fantasias que tengo con el. Advertencia: Esta historia habla de: *Mafia *Sexo explicito *+21 *Secuestro
Era una doctora talentosa de fama mundial, CEO de una empresa que cotiza en bolsa, la mercenaria más formidable y un genio de la tecnología de primer nivel. Marissa, una magnate con una plétora de identidades secretas, había ocultado su verdadera identidad para casarse con un joven aparentemente empobrecido. Sin embargo, en vísperas de su boda, su prometido, que en realidad era el heredero perdido de una familia adinerada, canceló el compromiso, incluso la humilló y se burló de ella. Cuando las identidades ocultas de la chica salieron a la luz, su exprometido se quedó atónito y le suplicó desesperadamente que lo perdonara. De pie, protector ante Marissa, un magnate increíblemente influyente y temible declaró: "Esta es mi esposa. ¿Quién se atrevería a quitármela?".
Kallie era una muda. Su marido la ignoró durante cinco años desde su boda, no solo esto, ella hasta sufrió un aborto por culpa de su cruel suegra. Tras el divorcio, Kallie se enteró de que su exmarido se había prometido rápidamente con la mujer que realmente amaba. Sujetando su vientre ligeramente redondeado, se dio cuenta de que él nunca se había preocupado realmente por ella. Decidida, ella lo dejó atrás, tratándolo como a un extraño. Sin embargo, tras su marcha, ese hombre recorrió el mundo para buscarla. Cuando sus caminos volvieron a cruzarse, Kallie ya había encontrado una nueva felicidad. Por primera vez, él se humilló ante ella y le suplicó: "Por favor, no me dejes...". Pero la respuesta de Kallie fue firme y despectiva, cortando cualquier vínculo entre ellos: "¡Lárgate!".
Todos se sorprendieron cuando estalló la noticia del compromiso de Rupert Benton. Fue sorprendente porque se decía que la novia afortunada era una chica normal, que creció en el campo y no tenía nada a su nombre. Una noche, ella apareció en un banquete, lo cual causó una sensación a todos los presentes. "¡Cielos, ella es tan hermosa!". Todos los hombres babeaban y las mujeres se pusieron celosas. Lo que no sabían era que esta supuesta pueblerina era en realidad una heredera de una fortuna de mil millones de dólares. No pasó mucho tiempo antes de que sus secretos salieran a la luz uno tras otro. Las élites no podían dejar de hablar de ella. "¡Dios mío! Entonces, ¿su padre es el hombre más rico del mundo?". "¡También es esa excelente pero misteriosa diseñadora que mucha gente adora! ¿Quién lo hubiera adivinado?". Sin embargo, un montón de gente no creía que Rupert pudiera enamorarse de ella. Pero les cayó otra bomba. Rupert silenció a todos los detractores emitiendo un comunicado. "Estoy muy enamorado de mi hermosa prometida. Nos casaremos pronto". Dos preguntas estaban en la mente de todos: "¿Por qué la chica ha ocultado su identidad? Y ¿por qué Rupert estaba enamorado de ella de repente?".
Madisyn se quedó de piedra al descubrir que no era hija biológica de sus padres. Luego la verdadera hija de esa familia le tendió una trampa, haciendo que la echaran de casa y se convirtiera en el hazmerreír de todos. Creyendo que era hija de campesinos, Madisyn se sorprendió al descubrir que su verdadero padre era el hombre más rico de la ciudad y que sus hermanos eran figuras de renombre en sus respectivos campos. Todos la colmaron de amor, solo para enterarse de que Madisyn tenía un próspero negocio propio. "¡Deja de molestarme!", dijo su exnovio. "Mi corazón solo pertenece a Jenna". "¿Quién te crees que eres? ¿Mi mujer siente algo por ti?", reclamó un misterioso magnate.
Mi nombre es Alicia, y solo tres palabras han podido definirme durante toda mi vida: adicta al placer. Sí, soy una jodida ninfómana y no temo a decirlo. He vivido cientos de aventuras y he cumplido todas y cada una de mis fantasías más retorcidas, esas que nadie se atrevería a contar en voz alta. Nadie excepto yo. ¿Te atreves a descubrirlas? Eso sí, te advierto que necesitarás dos cosas: lo primero, una mente muy abierta y, lo segundo, un par de bragas limpias...