/0/17568/coverbig.jpg?v=9676305a127eb91fc9d642b2f7e62ee6)
En la hacienda de los Castillo, mi amor secreto, Máximo, y yo nos abrazábamos a escondidas, jurándonos un futuro juntos. Pero esa pasión, esa promesa de matrimonio, resultó ser una elaborada farsa para destruirnos. Él me atropelló, dejando mis piernas destrozadas, y oí su risa helada confirmando que todo, cada beso, cada caricia, fue pura venganza por una mentira sobre mi madre. ¿Cómo era posible que el hombre que amé y con el que compartí seis años, me hubiera odiado con tanta ferocidad mientras fingía amarme? Con el corazón hecho pedazos y la esperanza rota, juré no solo curar mis piernas, sino también desenterrar toda la verdad y asegurarme de que Máximo pagara por cada lágrima.