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PUREZA 3. LAS DULCES ATADURAS DEL AMOR

PUREZA 3. LAS DULCES ATADURAS DEL AMOR

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64 Capítulo
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Después de la partida de Luka, Rania se aleja de Ethan quién decide aprender a adaptarse a ella para conquistala; Kya descubre dónde se encuentra Luka y decide acudir a él para ayudarle a encontrar sus raíces. Una nueva joven aparece en la vida de Luka ayudándole a sanar su alma y dejando una nueva enseñanza de vida.

Capítulo 1 1. HUYENDO DEL DOLOR

En el aeropuerto de Lille, Luka llegó con su pequeña maleta; una joven extrovertida con brillantes ojos azabache se acercó a él – Hola, soy Lucie Texier Costa, bienvenido a Lille – saludo ella con una simpática sonrisa – permítame llevarlo a donde desee – continuo ella y Luka la miro extrañado con la actitud; la joven tendría unos diecinueve años, llevaba un jean roto en las rodilla, una blusa blanca con un dibujo de conejo rosa en el pecho y una chaqueta café de cuero sintético, una gorra cubría su corto cabello negro; Luka suspiro y asintió – ¿a qué hotel? – pregunto ella, Luka no pensaba ho

spedarse en hotel, el investigador podría encontrarlo allí – necesito alquilar una casa – comento Luka inexpresivo; la joven asintió con enérgicos movimientos de su cabeza – ¿A dónde? – interrogo ella, él meneo la cabeza sin responder – ok, pensemos en el camino, necesito quitar mi auto – murmuró ella mientras abría la puerta del asiento trasero de un Renault seis negro, entendiendo que él no sabía lo que buscaba – ¿Dónde quiere la casa señor? – interrogo ella desde el lugar del conductor mientras ponía el cinturón de seguridad – no sé – respondió él mirando por su ventana – vivo cerca y están rentando una casa, si quiere lo llevo – continuo la joven y Luka asintió.

Tal como informo la joven, no muy lejos del aeropuerto llegaron a una casa frente a un gran parque, Luka suspiro sin apartar la vista del lugar mientras bajaba del auto; estaba dispuesto a tomar esa casa sin importar el costo, aquel parque le traía hermosos recuerdos con su rebelde – ya viene el señor Marc – murmuró la joven saliendo del auto, camino hacia la casa y abrió la puerta con toda autoridad; unos minutos después llego un hombre mayor - ¿Cuánto por la renta? – pregunto Luka - ¿no quiere verla primero? – interrogo aquel hombre y Luka negó – no importa, voy a cancelar un año de renta – la joven abrió los ojos como platos y el hombre asintió entregándole las llaves, Luka cancelo el valor del servicio a la joven dando una gran propina por la ayuda y ella continuo acompañando al dueño de la casa mientras cerraban la negociación – puedes irte – ordeno Luka y ella negó – no voy a dejar solo al señor Marc, usted puede ser un asesino o algo así – Luka suspiro y cerró la negociación cancelando el valor acordado por un año – fue un placer señor... – el hombre extendió la mano hacia Luka – Pierre Pasquier – se presentó Luka y entró a la casa – bienvenido – vitoreo Lucie acompañando a Luka hasta la puerta y él la cerro sin permitirle a la joven entrar; aquella casa estaba completamente vacía, por la cantidad de polvo que se veía podía asumir que llevaba mucho tiempo sola; respiro profundo mientras conocía su nuevo hogar.

Aunque parecía grande, no tenía muchas habitaciones al igual que su casa en parís, ésta solo tenía dos habitaciones, una pequeña sala, junto a lo que podría ser un estudio, una cocina separada por una isla de lo que podría ser un comedor y un enorme jardín que le recordaba a la casa de sus hermanas que al igual que Kya, amaban los grandes jardines; se sentó en el jardín bajo un enorme árbol encerrado en enorme piedras; cerró los ojos imaginando a su hermosa rebelde mecerse en un columpio que pendía de ese árbol, sonrió y salió de la casa en busca de un lugar donde podría comprar algunas cosas que necesitaba, después de todo pasaría allí un largo tiempo.

Frente a su casa aún estaba el Renault seis de color negro; busco con la mirada a la alocada joven y se alejó de la puerta con la esperanza de no encontrarse con ella; se acercó a un hombre que estaba frente a una pequeña tienda – ¿dónde puedo comprar una soga? – preguntó Luka después de saludar cordialmente y el hombre dio algunas indicaciones que siguió Luka llegando a una ferretería a unas cuantas esquinas retiradas de su casa – cincuenta sombras de Grey – lo sorprendió la voz de joven y él abrió los ojos al verla; ella sonreía con intimidante picardía – suicidio – respondió Luka llevando la soga y la joven se quedó estupefacta con la respuesta.

El resto de la tarde, Lucie había salido a trabajar en su auto, sin embargo, las palabras de Luka rondaban en su cabeza y ella había podido sentir la nostalgia en la mirada de él; preocupada por su nuevo vecino, llegó a su casa que quedaba a solo un par de casas alejada de la casa de Luka y habló con su padre de la preocupación que le aquejaba; el poder de convencimiento llevo al hombre y su hija a brindar la ayuda que según Lucie necesitaba, con la esperanza que no fuera tarde.

En la oscuridad de la noche, el jardín de la casa de Luka estaba iluminado por hermosos faroles, él lanzó la soga hacia una de las ramas del gran árbol y ubico gran roca en la que se subió para continuar su tarea – ¡espera! – escucho un grito desde la puerta y encontró a Lucie con un hombre alto de cabello castaño corto - ¿Qué demonios estás haciendo aquí? – pregunto Luka sorprendido y la joven corrió a él abrazándolo por la cintura – Pierre, no lo hagas, todo tiene solución – aconsejo la joven buscando la sorprendida mirada de Luka, quien busco con la mirada al hombre que acompañaba a la pequeña loca - ¿Cómo entraron? ¿Quiénes son? – interrogo Luka bajando de la piedra alejando la joven – mira, vamos adentro y hablemos – pidió ella con una forzada sonrisa ante la extrañada mirada de Luka – no tienes dinero para los muebles, no te preocupes, en casa tenemos algunos que no usamos ¿verdad papá? – pregunto la joven dirigiéndose al hombre que la acompañaba – la vida es hermosa y puedes hablar conmigo si necesitas hablar con alguien – continuaba hablando sin detenerse - ¿crees que me…? – intento preguntar Luka con el ceño fruncido, pero negó con la cabeza – solo quiero hacer un columpio – explico pausadamente Luka y padre de la joven soltó una sonora carcajada, Lucie miro a su padre avergonzada y levanto las cejas avergonzada ante la mirada de reproche de Luka – lo siento, es que tu dijiste en… - Luka levanto la mano para que ella se detuviera - ¿Cómo entraste aquí? – inquirió Luka y ella mordió su labio inferior – a la puerta no le funciona el seguro – respondió ella y Luka asintió – él es mi padre – presento ella - Rodolphe Texier – se presentó el hombre tendiéndole la mano a Luka, pudo notar los ojos verdes del hombre con una tierna mirada – lamento el mal entendido, mi hija es un poco impulsiva – se disculpó aquel hombre y Luka asintió – descanse, de nuevo lamento la intromisión – se despidió Rodolphe llevando a Lucie hacia la puerta y Luka asintió.

Sorprendido y aún sin entender lo que había ocurrido, Luka termino de armar su columpio y se meció en él un tiempo, imaginando a Kya; el frio de la noche lo hizo entrar a una de las habitaciones, se ducho y se vistió con solo el palón de pijama; se dejó caer en el suelo y poco a poco, mientras pensaba todo lo que había dejado atrás, recordando las distracciones que había dejado al investigador, reía esperando que le dieran el tiempo suficiente para encontrar su origen y reparar su alma; sin notarlo, se dejó llevar por los brazos de Morfeo.

Había direccionado poco dinero en ocho tarjetas; esos pocos fondos los había entregado a ocho hombres a quienes les había obsequiado viajes a ocho diferentes países y la única condición, era la ropa con la que debían viajar en caso que el investigador tuviera acceso a las cámaras de seguridad; uno de los tres cruceros adicionales que había adquirido, Luka se lo obsequio a sus vecinas, entre las claras instrucciones que tenían, debían viajar con un hombre que al igual que los otros, tenía su requisito de vestimenta; había retirado bastante efectivo que llevaba consigo en maleta en la que había empacado poca ropa porque había comprado ropa en línea y la retiraría en cualquier almacén de los lugares donde presuntamente había viajado, el día y la hora señalada en la que los otros hombres debían retirar la suya.

Al llegar a casa, Lucie se quiso alejar de su padre antes de ser regañada - ¿en serio me hiciste hacer ese ridículo? – reprendió Rodolphe y Lucie inclino la cabeza – te juro que me dijo suicidio cuando le pregunte por la soga – respondió ella y él negó con la cabeza – viste su mirada, es muy triste – continuo ella y el hombre asintió con leves movimiento de su cabeza – tal vez quiera estar solo – ella negó con la cabeza – nadie quiere estar solo papá, algunas veces querer estar solo es un grito desesperado pidiendo ayuda – explico ella y él se encogió de hombros – no quiero que te metas en problemas – pidió Rodolphe y ella negó con la cabeza - ¿y lo de los muebles? – interrogo ella y el asintió con la cabeza – ok, creo que empezaremos con una cama – continuo Lucie – el sofá cama no lo usamos, creo que será mejor eso – aconsejó él y ella asintió con enérgicos movimientos de su cabeza – en el cuarto de atrás esta la mesa plástica plegable y las sillas, servirán como comedor y para que ponga su computador si trabaja – continuo Rodolphe; un silencio incomodo los invadió cuando apareció junto a ellos una hermosa mujer con cabello negro largo y ojos color azabache - ¿se puede saber a dónde piensan enviar mis muebles? – pregunto ella poniendo sus manos en sus caderas – es el nuevo vecino, no tiene muebles y tu hija cree que se va a suicidar por eso – bromea el hombre besando los labios de su esposa - ¿Por qué alguien se suicidaría porque no tiene muebles? – inquirió ella y Lucie negó con la cabeza – no digo que sea por eso, solo digo que tiene una mirada muy triste y me gustaría poder ayudarlo – la mujer suspiro y asintió con la cabeza – eres la niña más dulce del mundo – alabo la mujer besando a su hija en la frente.

Temprano en la mañana, un perturbador golpe hizo despertar a Luka, después de reconocer el nuevo lugar en el que despertó; salió de su habitación preocupado y Lucie estaba en la cocina con su madre; Luka no pudo evitar que su mirada paseara por el sensual cuerpo de la mujer que llevaba un jean ajustado resaltando un tonificado trasero y una blusa blanca de velo que mostraba un brasier con unos firmes pechos para la edad que debía tener - ¿se puede saber que está pasando? – inquirió Luka, la mujer se acercó de prisa a él y le extendió su mano – soy Sandrine, madre de Lucie – se presentó la mujer con una cálida sonrisa y Luka hizo un pequeño movimiento con su cabeza - ¿Qué está pasando? – pregunto de nuevo Luka mirando a Lucie poner unos platos sobre una mesa plástica que él no reconocía en su casa – te trajimos desayuno, debes tener hambre, anoche no comiste nada – explico Lucie con una cálida sonrisa; al verla junto a la mujer pudo notar aquellos ojos idénticos a los de su madre; la puerta se abrió de nuevo y Rodolphe apareció junto a Marc, cargando lo que parecía un sillón - ¿Dónde? – pregunto Rodolphe y Lucie indico la puerta de la que había salido Luka, pasaron por él hacia la habitación y los vio abrir el mueble convirtiéndolo en una gran cama – eso sí, te dejo la ropa de cama pero tú la pones, no soy tu mujer ni tu empleada – murmuró Lucie poniendo su índice en el pecho de Luka y alejándose hacia la mesa – debo ir a trabajar, cuídate – se despidió Lucie y salió de la casa con su familia – ¡volveré en la tarde! – grito ella desde el otro lado de la puerta y Luka levanto las cejas, aún no asimilaba lo que había ocurrido.

Sorprendido por el extraño momento, Luka se sentó a desayunar, suspiró con resignación al ver que eran huevos revueltos y recordó a Rania; él solo había comido los horrorosos huevos que preparaba su hermana, sin embargo, sintiéndose obligado por la cortesía que habían tenido, los comió con lentitud.

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