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¿Cómo esperas que yo confíe en ti?. Eres un monstruo, una bestia asesina. Él es un mounstro. Insensible y lleno de un orgullo que es imposible de vencer, por qué a mi me tocó esté destino. El ruido fuerte que se escuchaba por todo el bosque me hace marear por algunos momentos provocando que me detenga. ¿Cuándo nos convertimos en las presas de ellos? Es algo que nadie me a respondido porque nunca nos tomamos algo en serio, nos lo advirtieron y ahora estamos aquí. Sin fijarme tropiezo por unos carriles de trenes que no vi y caigo al suelo golpeándome, jadeo adolorida por el fuerte golpe y me muevo en el lodo, suspiro sintiendo ese pesado aire que solo está con su presencia y dirigió mi vista a él. ㅡ Pensé que te rendirías, pero creo que no comprendiste. ㅡAgarra mi cabello estirando mi cuero cabelludo, alza mi rostro con fuerza haciéndome gemir adolorida . ㅡN-no fue mi ㅡDebes de aprender a callar, te di tu tiempo y mejoraste, pero solo era una farsa para escapar. ㅡ Suspira pesadamente helándome por su fría mirada sobre mi.ㅡ Te daré otra oportunidad, corre tienes tres segundos de ventaja y si no te castigaré de una peor manera si no haces lo que te pido. Tiemblo, pero sin saber qué más hacer corro, caigo al suelo asustada cuando escucho su aullido temiendo de que esté detrás de mí como en toda mi vida lo estuvo sin que yo me diera cuenta. Estoy siendo cazada por un lobo y no cualquiera, soy perseguida por el lobo más temido de estos tiempos; el gran Alpha Axel. SE PROHÍBE LA COPIA DE ESTA HISTORIA. Así como también cualquier adaptación o distribución en PDF o otros formatos sin autorización de la autora.
Estiro mis brazos, observo mi alrededor viendo la habitación blanca en la que me encuentro nuevamente.
Maldición, ¿que sucedió? Rasco mi cuello sintiendo el dolor en mi brazo,
resultó el rasguño que esa bestia me hizo y un escalofrío me congeló en mi lugar.
Paso mis dedos por el rasguño sintiendo aún más fuerte escalofrío recorrer mi cuerpo.
Suspiro por el dolor que transmite al solo mover mi brazo y niego, frunzo mi ceño enojada recordando quién fue el maldito que me hizo esto.
Rastreadores; solo ellos se atreven a dañar sin importarles.
Me incorporo y camino hacia la puerta esperando que esté abierta, pero no, pateó la puerta cuando no logro abrirla.
Bufó enojada por haber vuelto al mismo lugar, se enojara por lo que hice.
Claro que lo hará, ¿me matará?Escape de la casa de reposo mientras hacían el procedimiento básico para mi ingreso al ministerio real, lo único que sé de él es que es alto ,rudo, y sádico.
¿No se habrá enterado de lo que hice?, es una persona ocupada no creo que tenga tiempo para mi.
- Esquivasté toda mi seguridad. - parezco gelatina de tanto temblar, nunca había estado en su presencia, pero tenerlo solo a mis espaldas me da miedo y me hace temer por mi vida.
Me giro lentamente temerosa de lo que pueda suceder, pero si le doy la espalda sería peor nos educan para ser obedientes en este lugar y no prestarle atención a un Alpha solo empeora la situación en la que estés, sus ojos me miran con desesperación, retrocedo silenciosamente mirándolo.
- Me dirás quien te ayudo a escapar o quieres que yo lo averigüe. - Trago la saliva atorada en mi garganta, niego
poniendo mis brazos como barrera entre él y yo. - Te cortaron la lengua.
- Y-y-yo sola e-escape.
Lanza la mesa al lado mío, gritó asustada abrazándome a mí misma pensando en que me hará algo, lo miro asustada mientras trato de respirar con normalidad, sus ojos se vuelven rojos aterrándome aún más haciendo que mi pulso incremente.
- Crees que soy estúpido.-Entrecierro mis ojos cuando se acerca más a mí.- Te di una oportunidad ahora ellos morirán por tu culpa.
- ¡No! -Grito asustada.
Me aferro a él cerrando los ojos, no quiero que nadie muera por haber intentado escapar, escucho un gruñido y me separo de él .
Bajo mi rostro intimidada y sus manos agarran mi mentón alzando mi rostro.
- Lo siento, Alpha fue mi culpa. - Murmuró.
Bajo mi rostro siguiendo las reglas , siento su respiración en mi cabello erizando mi piel por completo haciéndome sentir un cosquilleo extraño en mi pecho.
Si no hubiera sido por esa vieja hubiera escapado por fin, no estaría aquí temiendo por mi vida como en este preciso momento en el que mis piernas se vuelven débiles por la presencia de él.
De ese hombre guapo, que por su naturaleza extraña tiene unos genes irreales.
- Si tienes una falta más tú serás la que esté en el calabozo y no todos los que te ayudaron. Me has causado muchos problemas sabes cuanto tengo que arreglar para que tu aceptación sea estable y no duden.
- Yo no quiero. - Agarra mi rostro con fuerza, lo alza lastimándome obligándome a mirarlo.
- Alguien pidió tu opinión, eres mía eso te lo han dicho ¿eh? - Asiento levemente, me mira con su fría mirada. - No sabes cuanto espere para verte, serás una buena joya o no me servirás.
- Si, Alpha.-Susurro para que me deje en paz.
Nos fulminamos uno al otro el odio es más notable de mi lado que del suyo, pero eso no quiere decir que no haya nada de odio en su mirada para mi, le he costado mucho dinero, soy la joya de él y eso tiene un precio en esta academia de joyas humanas donde nos quitan la libertad.
- No pensé que la primera vez que te viera fuera de esta manera, y no es mi momento favorito. - Murmure con enojo, como sin saber que escape de él le enojara. - Estaré unas semanas aquí viendo tus mejoras y si no las noto yo mismo me encargare de tu castigo.
Sonríe cínicamente, pasa sus dedos por mi mejilla estremeciéndome por su toque cálido, algo que solo me hace sentir cosquillas, su dedo baja por mi mentón hacia mi clavícula, miro sus ojos admirando la oscuridad infinita en ellos algo que me da miedo.
- Tendrás cuatro semanas para cambiar tu forma de ser y portarte bien ante todos, te irás junto conmigo y mostraras una sonrisa. - Agarra mis hombros y jadeo por el irritante dolor en mi brazo causado por los rastreadores que mandó a que me buscaran.
Observa la herida y su fuerza incrementa de cierta forma, pero sin hacerme algún daño más, su rostro fruncido detalla el enojo puro a segundos de estallar, se aleja de mí y sale del lugar azotando la puerta con enojo y con eso solo me asegura que alguien morirá si se atraviesan en su camino.
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Observo mi alrededor y por cortos segundos miro la ventana espejo por donde siempre me observan, se que él está ahí y se que le enojo lo que me hicieron.
También, le ha enojado lo que he hecho y conocerlo por esto solo me congela la sangre.
Soy una de las pocas que tiene una etiqueta que dice peligro en la frente, suspiro un poco y miró mi brazo.
La puerta es abierta y por ella entran los científicos , un temblor aparece en mi cuerpo cuando se acercan a mi.
Soy una humana y para ellos soy su nuevo objeto de experimentos si mi dueño me deja aquí por no ser buena para él, esa es la única razón por la que trato de ser una buena joya.
Miro la jeringa y cierro los ojos asustada, siento el pinchazo sobre la herida y hago un esfuerzo para no gritar.
Definitivamente no fue la mejor opción escapar, puede que sea sencillo estar a su lado y terminar con lo que el destino me destino sin haber nacido aún.
La vida era un lecho de rosas para Debra, la hija del Alfa, hasta que tuvo una aventura de una noche con Caleb. Estaba segura de que él era su pareja designada por la Diosa de la Luna. Pero este hombre odioso se negó a aceptarla. Pasaron semanas antes de que Debra descubriera que estaba embarazada. Su embarazo fue una vergüenza para ella y para todos los que amaba. No sólo ella fue expulsada, sino que su padre también fue perseguido por los usurpadores. Afortunadamente, sobrevivió con la ayuda de la misteriosa Manada Espina. Pasaron cinco años y Debra no supo nada de Caleb. Un día sus caminos se volvieron a cruzar. Ambos estaban en la misma misión: llevar a cabo investigaciones secretas en el peligroso pueblo de Roz por la seguridad y la posteridad de sus respectivas manadas. Caleb todavía se mostraba frío con ella. Pero con el paso del tiempo, se enamoró perdidamente de ella. Intentó compensar el abandono de Debra, pero la chica ya no lo quería. Estaba empeñada en ocultarle que tenían una hija y también en hacer una ruptura limpia. ¿Qué les deparaba el futuro a los dos mientras viajaban por el pueblo de Roz? ¿Qué tipo de secretos encontrarían? ¿Caleb se ganaría el corazón de Debra y conocería a su adorable hija? ¡Descúbralo!
Cheryl, una huérfana ordinaria, logró casarse con el hombre más poderoso de la ciudad. Era perfecto en todos los sentidos, excepto en una cosa: no le gustaba ella. Tres años después de su matrimonio, finalmente quedó embarazada, en el mismo día en que su esposo le entregó los papeles de divorcio. Parecía que se había enamorado de otra mujer, y por alguna razón que ella desconocía, él creía que ella también se había encaprichado de otro hombre. Justo cuando ella pensaba que su relación estaba llegando a su fin, él no quería que se fuera. La mujer ya estaba dispuesta a renunciar, pero él le confesó su amor. ¿Qué iba a hacer Cheryl en esta maraña del amor y del odio, mientras estaba embarazada?
Olivia Abertton es dulce, divertida y cariñosa, la «niña de sus ojos» para su padre, Ernest Abertton, a pesar de ser hija de una relación extramatrimonial. Gabe Clifford es el director general de la mayor empresa farmacéutica del mundo. Inteligente, astuto, un hombre sin corazón, capaz de hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere. Pasó años preparando su venganza contra los Abertoon. Seguía siendo amable y alegre, incluso cuando todo a su alrededor parecía desmoronarse. Quería destruirla para poder saborear cada lágrima de Ernest Abertton, el hombre al que había dedicado su vida a ver sufrir. Ella estaba enamorada de su hermano. Él tendía la red y ella era la presa. De lo que Gabe no se daba cuenta era de que la venganza podía ser mucho más dulce de lo que imaginaba. Olivia, por su parte, nunca imaginó que pudiera existir alguien tan desalmado y sin escrúpulos como aquel hombre. Un deseo de venganza más grande que nada. Una mujer decidida a cambiar su destino. Un matrimonio tratado como un negocio. La utilizó como una forma de venganza contra el hombre que más odiaba. Sólo que no esperaba que conocerla sería su peor castigo.
Madison siempre había creído que se casaría con Colten. Pasó su juventud admirándolo, soñando con su futura vida juntos. Pero Colten siempre le fue indiferente, y cuando la abandonó en el momento en que más lo necesitaba, por fin se dio cuenta de que él nunca la había amado. Con la determinación de empezar de nueno y sed de venganza, Madison se marchó. Tenía por delante un sinfín de posibilidades, pero Colten ya no formaba parte de su vida. El hombre, por su parte, corrió a buscarla presa del pánico al darse cuenta de ello. "Madison, por favor, vuelve conmigo. Te lo daré todo". Sin embargo, fue su poderoso tío quien abrió la puerta y le dijo: "Ella es mi mujer ahora".
En opinión de todos, William se había casado con Renee bajo la presión. Ahora que su verdadero amor había vuelto embarazada, no podían esperar a que abandonara a Renee. Sorprendentemente, Renee fue sincera sobre la situación: "Para ser franca, soy yo la que pide el divorcio todos los días. Lo deseo incluso más que cualquiera de ustedes". Pero ellos ignoraron su comentario como un mísero intento de salvar las apariencias. Hasta que William hizo una declaración: "El divorcio está fuera de discusión. Cualquiera que difunda falsos rumores se enfrentará a consecuencias legales". Renee estaba confundida. ¿Qué planeaba hacer ahora este loco?
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