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Todos creen que él es afortunado por ser joven, guapo y rico. ¿Crees que eso es ser afortunado? Pues para él no, de hecho él piensa todo lo contrario, se siente vacío a pesar de tener dinero. Ella, por el contrario, aunque no tenga dinero, siente que tiene suerte de tener lo necesario y una excelente amiga. Ambos creen que sus vidas están bien sin el amor y sienten que no les falta nada, pero cuando sus caminos se cruzaron todo dio un giro inesperado.
-Hola Sarah, ¿Cómo estás?
-¡Ah! Lili, hola. No me puedo quejar, pero dime, ¿Qué tal estas tú?
-Muy bien. Oye ya casi se acerca tu cumpleaños, amiga por favor dime que podremos ir por unos tragos, por favor
-Jaja... tendré que pensarlo Lili, ya sabes que no tengo a quien dejar de encargado de la tienda y...
Sarah fue interrumpida por Lili de inmediato al escuchar que Sarah pondría más excusas y le dijo
-Sarah por favor solo es será ese día, además puedes decirle a Jack, es nuestro mejor amigo y no creo que se niegue. Además tú le gustas, de seguro que si te hará el favor.
-¿Pero qué dices? Ni siquiera lo sabes, además sería muy malo de mi parte decirle que se quede en la tienda, mientras nosotros nos divertimos en el bar...
De nuevo Lili interrumpió a Sarah y le dijo con entusiasmo y en un tono de victoria
-¡Ya está! No abrirás la tienda ese día. Te quiero amiga, nos vemos luego cuídate.
Lili no dejo que Sarah dijera una sola palabra más y se despidió rápidamente de ella.
-Pero... yo no dije que iría...
Sarah susurro estas palabras y luego sonrió.
Lili es la mejor amiga de Sarah desde que tenían 8 años, mientras que a Jack lo conocieron un año después y desde entonces son mejores amigos los tres. Se apoyan en todo y salen juntos a todos lados, excepto cuando las chicas van de compras, ya que esto aburre a Jack.
Lili es una chica alta, de aproximadamente 1.60, es delgada, con cabello corto de color negro. Tiene ojos grandes y su piel es clara. Es alegre, carismática y le gusta salir de fiesta, cuando encuentra la oportunidad no la desaprovecha.
Mientras de Sarah es más baja que Lili, a lo mucho mide 1.53, tiene un cuerpo ni muy gordo ni muy delgado, su cabello es largo color negro, sus ojos negros son grandes y muy brillantes. Su piel es apiñonada.
Y Jack es alto como Lili, no un poco más de 1.65, su complexión es como la de un atleta, sus ojos son de color verde, su cabello es rubio y su piel es un poco pálida.
Al medio día...
-Hola Sarah
-¡Ah! Hola Jack
-¿Cómo has estado?
-Bien, o al menos no me puedo quejar. Y tú, ¿Cómo estás?
-Bien, bien
-¿Vas a llevar algo?
-No, no solo pasaba para saludarte. Y también como ya casi es tu cumpleaños estaba pensado en que tal vez podemos... ya sabes... ir a comer para festejarte
-Claro, de hecho hace unas horas acaba de venir Lili y me dijo lo mismo. La verdad es que no creo que sea una mala idea, podríamos ir los tres. Así que decidí que ese día no abriré la tienda.
-Bien. Eso está perfecto.
Jack sonó un poco desanimado por lo que Sarah trató de animarlo diciéndole
-Quizá después de ese día, podemos ir solo tú y yo, a caminar al centro y podemos comprar unos helados. ¿Vale?
-¡Sí! digo sí, eso estaría de maravilla.
Sarah estaba muriendo de la risa al ver la reacción de Jack.
-¿Qué te causa tanta gracia, Sarah?
Sarah agudizo su garganta y se recuperó de inmediato el escuchar la pregunta de Jack.
-Nada, nada. Jeje solo fue tu reacción, es que fue algo chistosa.
-¿Cómo que mi reacción fue chistosa?
-Jaja olvídalo
-Bueno si tú lo dices. Jack se encogió de hombros cuando dijo estas palabras.
-Sí jaja
-Bueno, Sarah ya me tengo que ir. Nos vemos después
-Claro Jack, no te preocupes nos vemos después. Que te vaya bien.
Jack se despidió de Sarah sacudiendo su mano a los lados y Sarah hizo lo mismo. Sarah continúo acomodando algunos productos de la tienda para que se viera más ordenada y mejor.
Ya era la hora de comer, así que Sarah decidió que esta vez cerraría la tienda para ir a casa y prepara algo. Después de ir a casa Sarah regreso a la tienda, eran aproximadamente las 5:00 de la tarde. Después de que Sarah abrió la tienda entraron un par de clientes y se compraron algunas cosas.
Habían pasado un par de horas, desde que Sarah abrió la tienda, pero como ya no había clientes, la calle estaba algo vacía y comenzaba a oscurecer, por lo que Sarah decidió cerrar la tienda e ir a casa.
Al llegar a casa, Sarah se dejó caer en la cama y dio un suspiro. Luego se levantó, fue al baño, lleno la bañera y tomó un baño con agua tibia. Después de haberse relajado, Sarah fue a la cocina, se preparó un sándwich y se sirvió un vaso de leche fría. Cuando Sarah terminó de cenar, se levantó de la silla muy contenta y se fue a su cama para descansar.
Al día siguiente...
Sarah se levantó como de costumbre, se dio una ducha con agua tibia, se preparó un café y se dirigió a la tienda a toda prisa para abrir. Sarah sabía que faltaban tan solo tres días para su cumpleaños, al pensar en ello se puso muy nerviosa y sobre todo al pensar que no sabía en dónde iba a hacer su reunión con sus amigos, pero los nervios comenzaron a cesar, al estar muy ocupada durante el día en la tienda de su abuelo. Era de costumbre que todos los días, por las mañanas, Sarah saliera a barrer la calle, para mantenerla limpia y sus clientes se sintieran a gusto al pasar o entrar a la tienda.
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