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La entereza de Darío

La entereza de Darío

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La pelea ha terminado contra aquél que quería muertos a todos los licántropos del mundo. Ya instalados en Grecia los hermanos Licaón y los nuevos integrantes de la manada poco a poco reinician sus actividades. Darío, relata la historia de su familia a su mejor amiga y nueva cuñada, narrando desde el día que fueron maldecidos por Zeus, su primer amor, cómo conoció a su eterno amante el vampiro Dédalo, al finalizar el relato se da cuenta que su lobo aúlla por otra mujer que no es su aún esposa Nereida. Convencido que es un error decide ir a recuperar a su lupa, sin embargo su lobo ya no la acepta, angustiado pide ayuda al único ser que le puede decir la verdad. El amor a su familia, a la manada , la lealtad a su rey, a su alfa y a su hermano será puesta a prueba .

Capítulo 1 Arcadia

Capítulo uno

Primera parte: Así fuimos maldecidos.

Por: Karonte Cáncer/Carmen Guadalupe Barriga Arzate.

Elián se encuentra pasando un momento tranquilo y en paz a lado de su esposa, bailando al ritmo de música suave, a pesar de la diferencia de estaturas la voz del griego era melosa solo hablando para ella, narraba la historia de su vida, o más bien desde el día que Zeus los maldijo, la pareja seguía moviéndose cuando la música fue apagada, el mayor alza la mirada se encuentra con su hermano menor, Darío asienta, el mayor rueda los ojos molesto.

_ Interrumpen un momento demasiado privado e íntimo.

_ ¿Qué pasa? - ella se iba salir del agarre, pero el griego se lo impide-

_ Será mejor que vayas a tu despacho.

_ Es mucho pedir paz. - suelta a su esposa- cuida de ella.

_ Ni siquiera lo tienes que pedir- él mayor le da un beso en los labios y una caricia en el vientre- Sabes, hace años que no veía a mi hermano así de feliz y todo gracias a ti.

_ Me alegra saber que lo hago feliz, él me hace feliz.

_ Se siente bien saber que ya eres feliz, por fin has dejado de ser una mujer rota.

_¿Lo crees?

_ Si, no me digas que tu no. ¿Mi Secu, no ves como traes a mi hermano? sintió celos de Fernando. Para ser sinceros hasta a mí me dan celos de ese hombre, sigo sin entender que le vistes.

_ No lo sé, supongo que fue la sinceridad de sus palabras.

_ Cual sinceridad es casado.

_ Nunca lo oculto - lo ve a la cara- no como otros que he conocido que mienten con tal de tener sexo.

_No entro en esa categoría, nunca quise tener sexo contigo.

_ No lo dije por ti, pero ya vi que te cayo el saco - ríe por lo bajito-

_ No te burles de mi Secu - la toma entre sus brazos- si te hubiera hecho el amor, en estos momentos estuvieras perdidamente enamorada de mí, hubieras dejado a Fernando, es más ni le hace caso a ese tonto y te aseguro que no te casas con Elian.

_ Y fuera tu amante.

_ Mi esposa. - la jala a el fuerte inhala su aroma, cierra los ojos, sus labios tiemblan, la abraza siente que una ola de placer-_ Fuera el padre de tu hijo.

_ Estás muy seguro de eso.

_ - Ambas miradas chocan- _ Créeme si Elián te hace gritar de placer, lo haría mejor porque me conozco sé de lo que hablo, te conozco se cómo hacerte vibrar.

_ Si, como no. Tú y yo nunca nos vimos de esa manera.

_ Mi Secu, soy hombre, tengo miles de años…

_ Cambia el tema. Lo que me gusta de ustedes tres huelen igual de rico.

_ Porque somos hermanos. -

_ ¿Solo fueron ustedes tres?

_ No, según Estrella éramos más, yo recuerdo a mi hermana Lucrecia, a los otros no.

_ Por qué eras pequeño.

_ Y porque entre Elián y Ciro se encargaron de ellos ¿Entiendes?

_ ¿Qué? ¿Por qué? – sin poder creer lo que escuchaba-

_ Según él porque lo quisieron matar y solo se defendió. A decir verdad, que él y Ciro no se hayan matado ha sido gran parte gracias a mí.

_ A ti, ¿Cómo?

_ A pesar de ser Alfa como mis hermanos mi comportamiento ha sido más como el de un omega.

_ No lo sabía

_ Vayamos a sentarnos. Verás cuando todo ese desastre inicio yo apenas tenía tres años no recuerdo mucho, lo que sí recuerdo es que a partir de ese momento mi vida no fue la misma.

_ Si, conozco ese sentir.

_ Hui con ellos, nos escondimos de mi abuelo, dejé a mis hermanos para enseñarme a ser hombre, conocí a Selene, mi primera esposa, con ella tuve a mis primeros hijos que por desgracia murieron, desde mis quince años conozco a Dédalo.

_ Una larga vida sin duda.

_ Con sus altas y bajas, algunas aun duelen. Acompáñame - le ofrece el brazo- Narrare lo que Ciro siempre ha contado.

_ Soy toda oídos.

_ Mi Secu, espero tengas buena imaginación.

_ La tengo mi Darío. - El griego la toma de la mano- siempre me han gustado tus manotas. - los dos ríen-

_ Bien, en ese caso viajemos a mi tierra natal, aquella que me vio nacer…en Arcadia…

Arcadia dos mil cuatrocientos cincuenta Antes de Cristo

El reino de Arcadia a pesar de ser pequeño en comparación con otros era prolifero, lleno de recursos, sus habitantes vivián tranquilos y en paz pero nada es para siempre, poco a poco fue decayendo, el rey Licaón al ver esto mando construir un templo a Zeus, pasaron los años y así tanto él como sus súbditos rezaban, hacían ofrendas, así poco a poco el reino volvió a su antigua gloria, y tanto el rey como los plebeyos su fe paso a ser fanatismos a tal grado que los sacrificios en vez de ser de animales empezaron a ser humanos, a la vista del Dios padre de los dioses no es bien visto, el canibalismo es de lo más aberrante aun así no hizo nada espero paciente, vio como levantaban la cosechas, veía los festejos, un vasallo suyo esparció el rumor de que iría a la fiesta para ser exactos al banquete principal, eso llego a los oídos del rey, en tono de burla mando cocinar carne humana, misma que Estrella preparo, se la dieron a comer en ese preciso momento se desato la ira del Dios, la festividad se volvió caos, rayos y centellas no pararon, todos los presentes vieron con horror como todos lo Licaón fueron convertidos en lobos incluyendo los niños. aterrorizados huyen del lugar Elián toma en brazos a Lucrecia y Ciro a Darío los dos corren lo más rápido que sus piernas se lo permiten pero no pueden correr más rápido que un rayo, el rayo alcanza a Elián dejando caer a Lucrecia un lobezno de color negro con gris de ojos rojos se hace presente, el rayo alcanza a la pequeña su pelaje eras completamente gris, fue el turno de Ciro el rayo lo impacta è se impacta contra un pilar Darío sale volando, para cuando Ciro recobra la conciencia es un lobo totalmente negros de ojos dorados, por el golpe que recibe por el impacto Darío sufre de una cortada en su mejilla derecha un pequeñito lobo gris de ojos azules llora sin cesar, ya sea por instinto o por un ápice de raciocinio los cuatro se agrupan agazapándose del miedo un solo rayo inunda el salón un destello, todo quedo en calma, aparente calma pues todos aquellos que no fueron cambiados les esperaba algo mucho peor, el rey y sus hijos no tardaron en darles muertes volviéndose así un mar de sangre. Para cuando amaneció ya todo había concluido los Licaón volvieron a su forma humana y ante ellos parado el gran Zeus.

_ Por tu soberbia de ahora en adelante y hasta el final del tiempo, tú y los tuyos serán maldecidos cada luna llena se transformarán en lobo sedientos de sangre – pasa la vista por todos los integrantes incluyendo los niños- los hijos pagan los pecados de los padres.

Dicho esto, desaparece del lugar. Todos con horror ven los estragos de esa noche, es el mismo rey que sin perder tiempo ya al templo a suplicar el perdón día tras día, noche tras noche, él y su familia suplican el perdón sin embargo sus súplicas jamás fueron escuchadas por lo contrario a partir de ese día el reino fue decayendo, el rey después de un tiempo dejo de ver la maldición como tal para verla como una bendición, así empezó a comer carne humana por placer carne de sus súbditos ya que en luna llena poco le importaba si era de niños, mujer u hombre él solo quería carne humana, cierta noche que estaba de cacería, vio a un lobo mediano comiendo carne humana le atacó dándole muerte a traición, no fue hasta la mañana que se dio cuenta que era una de sus nietas una chica de dieciséis años vio su cuerpo pudo reconocer sus propias mordidas pero en vez de darle remordimiento llevó su cuerpo desmembrado lo dejó caer en medio del salón principal.

_ Eso le pasara a todo aquel que se atraviese en mi camino.

_ Era tú nieta.

_ Cuando soy bestia no reconozco la sangre.

Estrella preocupada por el proceder del rey, toma a los cuatro más pequeños llevándolos con ella al templo de Zeus ya ahí ella empieza a rezar no por una cura ya sabe que no la hay sino por una arma capaz de detener al rey, día y noche rezo, suplico por ayuda, así paso un año, un años donde el rey ya por fin había dado fin a su reino, Licaón ya había perdido la razón empezó a comerse a sus propios hijos, viendo eso Estrella aprovecha un descuido del rey así como el manto de la noche sale de la isla con los cuatro niños.

La balsa era suficiente para los cinco acomoda bien a los cuatro los cubre con una manta se hecha a la mar un descuido de ella se queda dormida en su sueño una hermosa mujer se le aparece, esta hermosa mujer da caricias a los cuatro niños, dedica las hermosas de sus sonrisas, acaricia el castaño cabello de la niña alzó su azul mirada.

_ Plata, solo la plata pura puede dar muerte y también les puede salvar la vida, ustedes son inmortales.

Dicho eso Estrella despierta de golpe con la sorpresa de haber tocado tierra firme, al llegar a tierra amarra bien la pequeña embarcación , los cuatro niños despiertan y los cinco se dan cuenta que varias embarcaciones están por zarpar, la cocinera se atreve a indagar como respuesta varios soldados se disponían ir a matar a las bestias de Arcadia, eso asusta mucho a la mujer, toma a los niños y a paso veloz se marchan del puerto, gracias a las joyas “prestadas” puede comprar una carreta y un caballo esta por salir de la ciudad compra víveres para un mes, no pasa por alto el sueño va con el herrero en donde habla largo y tendido hasta lograr un trato unas cadenas de plata pura así como unas dagas de plata diez juegos de dagas, paga al herrero la encomienda dentro de un mes regresaría por el pedido, sigue su andar hasta lo más profundo del bosque lo más aislado hasta dar con una cueva, temerosos los cinco entran se cercioran de que en ella no viva ni un animal salvaje entre todos la hacen habitable, cierta noche sentados todos cenando.

_ ¿Qué nos está pasando Estrella? – pregunta el mayor-

_ Todos nosotros hemos sido maldecidos por lo tanto cada luna llena nosotros nos transformamos en bestias salvajes.

_ ¿Pero, por qué? ¿Qué hice yo? – pregunta asustado Ciro-

_ Nada, no hiciste nada – le da un abrazo- ni uno de ustedes hizo algo, solo ser nietos de su abuelo.

_ Si el hizo algo malo que el pague – dice enojado un joven Elián-

_ Yo no entiendo – dice Darío –

_ Ni yo tampoco- dice inocente Lucrecia-

_ Escuchen bien todos nosotros debemos aprender a vivir con esta maldición.

_ ¿Por qué? ¿Cómo?

_ Aun no sé cómo y porque es lo que nos tocó vivir. Cada luna llena nos transformamos en eso, pues bien, cada luna llena aquí nos vamos a encerrar así evitaremos muertes innecesarias.

_ Yo prefiero matar – dice Elián-

_ Yo también – dice Ciro-

_ No harán tal cosa o ustedes eran la cena de alguien.

_ ¡Oh! – dicen los dos-

_ Si ya terminaron de cenar vayan a dormir, mañana será otro día.

Los cuatro obedecen, los cuatro tardan en poder conciliar el sueño ya que ninguno estaba impuesto a ese estilo de vida, con el pasar de los días Estrella se hace de un poco de ganado bovino esto con doble propósito, pronto se llega la luna llena, con ellos las transformaciones de los cinco, siendo Estrella quien mata primero a unas ovejas, entre los cuatro pequeños le dan muerte a una para cuando sale el sol los estragos son pocos, dos ovejas, cuatro cachorritos regordetes, para cuando la luna deja de estar llena el plan de Estrella había funcionado, dentro de su ignorancia los estaba empezando a educar. Al pasar de los días fue con el herrero quien ya le tenía listo su encargo, cadenas de la plata más pura que ella pudo pagar así como las dagas, tuvo que ser muy paciente para comprobar su sueño y así un mes más paso para cuando la luna empezó a llenarse tanto a ella como a los niños les coloco la plata en efecto así como les calmó les hizo daño pues los eslabones se les quedaron marcados en los tobillos y muñecas cual quemadura de tercer grado, las cuales desaparecieron con el pasar de las horas, eso les dio tranquilidad a los cinco pasaron los día de luna Estrella y Elián bajaron al pueblo donde fueron al mercado ahí escucharon historias aterradoras de los soldados que fueron a Arcadia, la mayoría encontró su muerte en ese lugar y los que volvieron lo hicieron malditos, donde los mismos soldados mataron a sus familias, también se enteraron que el rey ofrece una generosa recompensa por sus nietos tres hombres, una mujer quien los entregue vivos o muertos. A toda prisa la mujer sale del pueblo asustada, el pequeño iba igual o más que ella a tal grado que no paraba de llorar no quería volver con su abuelo pues sabía que una muerte segura le esperaba, se aferra al brazo derecho de la mujer, esta intenta dar consuelo sin poder lograrlo al llegar a su “ casa” entra corriendo dejando a todos sin habla, no es hasta que ella entra que les explica lo que paso que entienden el proceder de su hermano mayor, Ciro va con el trata de calmarlo y lo logra un poco hasta que empiezan a pelear por que Ciro le dice niñita llorona a Elián, Estrella los deja pelear pero el pequeño Darío no, él se enoja así que se arma de valor y aun a pesar de su baja estatura y corta edad se interpone entre los mayores cosa que poco les importa y el pequeño se lleva un puñetazo por parte de ambos siendo el llanto de Darío quien detiene la pelea, los dos van a consolarlo entre sosillo y sosillo el pequeño los regaña asiendo que ambos se avergüencen por su comportamiento, para cuando el pequeño deja de llorar los mayores ya hicieron las paces incluso unieron fuerzas para idear un plan nunca jamás regresar a casa y mantenerse con vida, ese mismo día Estrella le dice a los cuatro que son inmortales y que al parecer la plata es la única que les puede salvar así como matar. Cual pingos descoloridos una sonrisa traviesa se les dibuja a los mayores toman de conejillos de indas a los menores y experimentan con ellos en efecto después varios “experimentos” se dan cuenta que en verdad no pueden morir y que sanan rápido, sin embargo, las heridas infligidas con plata tardan más en sanar les deja cicatriz.

Pasan los años sin ser descubiertos pero la plaga de licántropos se fue esparciendo, dejando la comodidad de la isla Estrella tiene que ingeniárselas para mantenerse con bajo perfil, viajando de ciudad en ciudad o mejor dicho de bosque en bosque siempre alejados de la civilización. Cierto día mientras ella terminaba de lavar la ropa observo atenta al pequeño ya de cinco años Darío, pergamino en mano sentado con la mirada clavada al horizonte, ella se acerca hace por hablar, pero él la calla ya retira del lugar para la hora de comida regresa a casa ahora es una cabaña en un claro del bosque al norte de Grecia, sentados los cinco comen tranquilos, cuando terminan Darío les explica a los presentes que lleva meses observando una manada de lobos que habitan cerca de su casa. Les explica que uno es quien manda le llamó “jefe” ese jefe tiene una pareja que también manda, pero a las hembras, hay otro que es quien sigue al jefe a ése llamo “el segundo” y algo curioso que cuando había peleas dentro de la manada el jefe los calmaba, pero quien calmaba al jefe era su pareja o un plebeyo.

_ Nos estás diciendo que somos como ellos. – dice bromeando Ciro-

_ No lo sé, tal vez.

_ Somos lobos también tal vez si seamos así.

_ De ser verdad ¿Cómo lo sabremos? – es Estrella quien pregunta-

_ Investigare más – dice alegre Darío- tengo una idea, pero no sé cómo lo vayan a tomar.

_ ¡Habla de una vez!

_Trataré de colarme en la manada esta luna llena.

_ ¿Cómo? Si no perdemos memoria de nuestros actos.

_ No lo sé, pero lo voy a intentar.

_ Iré contigo no me quiero quedar sin hermano menor.

_ ¡Gracias, hermano mayor! – corre a abrazarlo, pero lo aleja de un golpe-

Se llega del día esperado los cinco salen la cabaña, los ojos negros de Darío se clavan en la luna llena como si estuviera hipnotizado se tornan dorados, entre abre la boca, se lleva su manita al rostro empieza a desgarrar la piel al tiempo que las orejas le sobre salen, la mandíbula le comienza a crujir cada hueso del rostro truena como si se estuviera fracturando eso lo hace gritar de dolor del grito humano da paso a un grito aterrador, la boca se sobre sale el hocico, los dientes se caen para dar paso a los dientes y colmillos lobunos sus manos aun no son de lobo se las lleva al pecho con fuerza arranca la piel de su blanco pecho dejando expuesto su pelaje gris, cae el piso revolcándose del dolor el grito de dolor y terror pasa a ser un aullido de un lobezno pero no de cualquier lobezno sino de uno sediento de sangre y esa noche no tenían las amarras ni tenían prohibido nada aunque no lo sabía a ciencia cierta, y sin importarle nada salió de cacería y sí que cazo, mato a una familia completa no dejo a nadie vivo, dejo la comida al escuchar a los lobos aullar, su sed de sangre no estaba calmada quería más esta vez serian ellos y si era posible la manada completa, su fino odio lo lleva rápidamente a la manada, ya ahí sin perder tiempo se enfrenta a los lobos, estos al verse atacados son organizados por el alfa para defender y atacar y así da inicio una feroz pelea, el pequeño estaba dando una buena tunda hasta que rodeado, no había parte de su cuerpo que no recibiera mordida alguna eso lo hizo llorar de dolor y miedo, su llanto llego a los oídos de sus hermanos que aunque no estaban conscientes de ser hermanos si acudieron en su ayuda. El primero en saltar en su defensa fue Ciro fuerte, feroz se puso al tú por tú con dos era todo un espectáculo verlos pelear, el pequeño iba a recibir otra oleada de ataque esta vez Elián es quien lo defiende enfrentando al alfa de la manda, Ciro y Elián contra toda la manada, la pelea cesó cuando el hermano mayor le dio muerte a la pareja de alfa, aulló victorioso, la luna se ocultó los tres volvieron a su forma humana viendo con asombro los sobrevivientes a sus pies.

_ ¿Qué ha pasado? – pregunta asombrado Ciro-

_ ¿Acaso hemos sido nosotros? – ve sin poder creer la masacre que hicieron-

_ - Darío no deja de llorar pues su cuerpo, aunque es inmortal y fuerte no es inmune al dolor- Me duelen mis manitas, mis piecitos. – Elián se lo echa en la espalda regresan a casa acompañados por la manada-

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