img La entereza de Darío  /  Capítulo 2 Huyendo | 3.85%
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Historia

Capítulo 2 Huyendo

Palabras:3208    |    Actualizado en: 19/11/2022

tulo

ye

s adolescentes paran oreja al escuchar pisadas, sin pensarla dejan al menor recargado en árbol rodeado por varios cachorros para hacerle compañía el resto de la manada

encima para jugar, pero él lo aleja y le dice que no puede jugar por su condición física e i

des lo qu

vimiento

Tod

ovimiento

qué nos

os de vari

es su alfa ¡genial

loba que emiten di

rmanos son alfa por eso

rca a su rostro lo

todas direcciones. – ustedes derecha, ustedes izquierda – se inclina a tomar un palo para defenderse- ustedes al centro conmigo, por favor no me dejen solo- la respiración del pequeño se torna agitada, rápida e incluso no llega a respirar bien del miedo, temblando sujeta con ambas manos su improvisada arma sus ojos viajan a todas direcciones, se pone en guardia, de un salto ambos hermanos llegaron ante él c

Ciro, escucha muerde esto – el herido hace lo indicado- ¡no

e voy a dar la mano – pr

no le importa al mayor le

s adv

s del costado izquierdo de Ciro haciendo que ambos hermanos gritan de

nfoca en ver la mano dere

sa con mamá Estrella, ella te da

staños cabellos al menor- Disculpa

rta él nos n

dejar que muera

eso somos

je que no atacar

or q

u abuelo para darnos

– ve como su hermano carga co

nernos en marcha otra vez. No pequeño, ya no duele la mano. – ve

os – señala la mana

no yo? – pregu

llos son los que mandan es por es

como

Por si no lo saben po

ara infusiones calientes. El primero en regresar es Elián que, a pesar de tener diez años ya demasiado alto para su edad, Darío de cinco también era alto, pero no tanto como sus hermanos que gracias a eso se podían hacer pasar por ch

hecho de que estuvieran conscientes los hacían más peligrosos sobre todo a Elián quien era el más grande, y su sed de sangre era imparable, organizó a placer a sus herman

vos idiomas, nuevas costumbres incluso cambiando un poco la aparien

¡Se van a matar!

pelea cuerpo a cuer

ear en el vientre doblándose de dolor, Elian lo to

los puños empieza a p

e mete en medio de la pelea empujando a ambos hermanos a las trampas - ¡ haaaaaaaaaaaaaaa! - grita

como lo que son HERMANOS. – los dos desvían

rdad, se supone que usted

tienes razón, soy el m

de él- señ

me solo. –

cansado con esa actitud. Ciro ¿ya se te olvi

le pedí ayuda, sabe

saber que eres inmortal ¿Qué cre

tengo

do estar al pendiente de los dos si se van a

s palabras – asu

e, mamá Estrella, pero yo ya no puedo esta

pera, espera! Tu eres el pequeño y el más

a quien corta las sogas- ¡auch! – se escucha de los dos mayores- Dari, Dari – lo al

lcance el mayor- prometo

do, Lucrecia y yo en medio tomando partido – sale del

hacen las paces si se quedan callados sin poder emitir palabra alguna entran a la casa con una furiosa Estrella, nadie dice nada, no se necesitan palabras, cada

tuvimos

añana que despertemos estará ayudando

iempre. . .

nocer que es él quien mantiene

o hemos mimado mu

ano muy pequeño dudo

stro abuelo nos quiere muerto. - una fuerte c

ro estoy seguro d

Y s

buscarlo, no creo q

ran los dos, Estrel

con él o juro que les daré una tund

na parte a su amigo y la cena, después de cenar se ponen a buscar un refugio para pasar la noche, ya

s paciencia, los has visto, casi se matan a golpes. - el lobo le gruñe- es mi últim

ellos cuatros, tarda en poder quedarse dormido está por caer en un profundo sueño cuando escucha la voz de Darío gritarle “ despierta” abre los ojos justo a tiempo ya que Lucrecia estaba por cortar su cuello de lado a lado toma la

pasa? ¿E

metió volver a ser p

l asombro no se da cuent

r tu cabeza

escondiéndonos de él, lle

protegerme de él, es negarme

eso que vi

migo. Ya me cansé de f

har las palabras- Debemos ponern

na a besar su frente- perdóname por favor – toma la daga plata que Lucrecia llevaba

iro sin poder creer l

con sangre de su hermana - ¡la mate! – deja cae

las manos del quinceañero- o era ella o

el oro, Estrella los brazaletes, colo

A p

a caballo, debo avisa

asta que los lobos de todos lados se unen a su aullido, le está avisando a su hermanito que se mueven del lugar que cuide de su vida. Ya listos los tres hace que lo esperan el mayor entra a la casa espada en mano, llega al cuerpo de su hermana de nuevo pide perdón co

tos al norte, nos vemos en

Y tú? – se ac

ue Lucrecia murió irán por nosotros o por mí les daré caza primer

o Máximo mucho menos Heli

bemos f

cuida de ti conf

se pone a la altura de la loba, la toma de las orejas, los ojos negros del mayor se tornan blancos, d

niño. Por favor l

palabra ma

ía ir y

saben que tú eres mejor que yo cuerpo a cue

a matar con

ia. – dicho eso Elián golpea las nalgas del caballo para que ambos

o miedo entre los pobladores a la salida norte de Atena

ñido- al norte a Tesalia, debemos darnos prisa ¿crees poder seguir mi paso? – gruñi

ya ahí se comunica con los lobos de la zona. Exactamente dos días después de la muerte de Lucrecia llega un pelotón de nueve

arlos, los tre

la

olverá al servic

morir – prepara el tiro, cierra los ojos, sus

éntesis lo deja sin habla, una flecha de plata atraviesa de la

os siete restan

o mal herido a la mayoría de los soldados, sin poder moverse llega Elián quien degolló a cada uno de los ahí presentes para inmediata

e el pelinegro mientras corre a toda velocid

ando detiene su andar, se deja caer en medio de un húmedo pastizal a su lado Sombra, jadeantes sin poder

vamos a poder estar

gruñ

tierras, más allá del Egeo, all

gruñ

eres inmortal – lo abraza- prometo c

gruñ

ar porque para eso

ja

n, estoy solo

su cabeza en los

mo les digo que quiero aprender? Sabrán que no soy uno de ell

a. – los dos se ponen de pie e inician su andar- sabías tú que ellos son descendientes directos de Hércules. – ladrido- por eso son los más

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