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RESURRECCION: El Misterio de Victoria. LIBRO II

RESURRECCION: El Misterio de Victoria. LIBRO II

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Contenido

Es impresionante lo rápido que pasa el tiempo, y cómo se lleva consigo todo lo que va dejándose atrás.  Cuánta razón tenía mi abuela al decir:“El tiempo se disuelve como agua entre las manos”. En aquel entonces no lo creía así. Luego aprendería también con el tiempo, que el dolor y el miedo a lo desconocido te enseñan a ser fuerte.  Las sombras y los huecos en mi cabeza persisten, no planean abandonarme. Continúan ahí. Aun así, atesoro la esperanza de liberarme de este pesar, aferrándome al hecho de que nada dura para siempre.  La señorita Rebeca, mi psicóloga, me repite constantemente que todos necesitamos algo de tiempo para reencontrarnos. Pero es difícil tener un corazón dispuesto cuando hasta los amigos parecen herirte. Es ahí cuando me hundo y las penumbras regresan. Dejo salir mi espíritu de supervivencia y me aferro a la ilusión, de que, en medio del abismo, en un rincón de mi mente, podré verlo. Adrián, el hombre que solamente existe cuando me entrego a los brazos del sueño, solo ahí me vuelvo parte de un mundo alejado de la realidad, donde él renace, extendiéndome la mano para salvarme y repetir las palabras que, en un pasado lejano, en alguna otra vida, viví: Siempre estaré ahí. Él me muestra la luz a través de su mirada. En ese instante ya no me importa la oscuridad, Adrián logra sacarme ilesa de sus fauces; pero la paz dura poco. Se quiebra cuando vuelven las voces que me perturban, y amenazan con sus lúgubres designios: “Viviste tu vida como una bella durmiente, pero tu viaje final ha comenzado. Es hora de que veas tu verdadera realidad, sentirás filosas dagas envenenadas que caerán sobre ti sin piedad. Cierra tus ojos por última vez, de ahora en adelante serán noches de insomnio. Desde aquí, hasta la eternidad”. En ese instante me doy cuenta, que lo que yace en mi interior está luchando con más fuerza por emerger.  Me levanto de la cama y camino hacia la ventana, mis manos se aferran en el alféizar, mientras una cálida lágrima recorre mi mejilla; suspiro, y analizo, que esta es otra maldita noche fría en la que lucho por entender mi vida.   Victoria Montesinos. ¿Puede el amor traspasar las barreras del tiempo? ¿Existen las vidas pasadas y la reencarnación? Victoria es una joven hermética e insegura que desde pequeña tiene pesadillas vividas donde ve seres que ella describe como «ángeles y demonios»; sin embargo, no solo ve a estas criaturas, también contempla escenas de vidas pasadas, que le susurran la historia de un amor trágico. Las visiones logran que Victoria se enamore de este extraño caballero que la visita en sueños y dice llamarse Adrián Álamo; al sentirse incomprendida por su entorno y negarse a ir a psicólogos, su padre decide recluirla en un internado de prestigio en Vancouver Canadá, sin darse cuenta de que este será el detonante del despertar de la verdadera naturaleza que tiene dormida Victoria en su interior desde muchos siglos atrás.  Un océano entero de eternidades no me ha impedido llegar hasta donde estás.

Capítulo 1 ♣︎ PRÓLOGO ♣︎

♆ El Presente ♆

Es impresionante lo rápido que pasa el tiempo, y cómo se lleva consigo todo lo que va dejándose atrás.

Cuánta razón tenía mi abuela al decir “que el tiempo se disuelve como agua entre las manos”. En aquel entonces no lo creía así. Luego aprendería también con el tiempo, que el dolor y el miedo a lo desconocido te enseñan a ser fuerte.

Las sombras y los huecos en mi cabeza persisten, no planean abandonarme. Continúan ahí. Aun así, atesoro la esperanza de liberarme de este pesar, aferrándome al hecho de que nada dura para siempre.

La señorita Rebeca, mi psicóloga, me repite constantemente que todos necesitamos algo de tiempo para reencontrarnos. Pero es difícil tener un corazón dispuesto cuando hasta los amigos parecen herirte. Es ahí cuando me hundo y las penumbras regresan. Dejo salir mi espíritu de supervivencia y me aferro a la ilusión, de que, en medio del abismo, en un rincón de mi mente, podré verlo. Adrián, el hombre que solamente existe cuando me entrego a los brazos del sueño, solo ahí me vuelvo parte de un mundo alejado de la realidad, donde él renace, extendiéndome la mano para salvarme y repetir las palabras que, en un pasado lejano, en alguna otra vida, viví: Siempre estaré ahí. Él me muestra la luz a través de su mirada. En ese instante ya no me importa la oscuridad, Adrián logra sacarme ilesa de sus fauces; pero la paz dura poco. Se quiebra cuando vuelven las voces que me perturban, y amenazan con sus lúgubres designios: “Viviste tu vida como una bella durmiente, pero tu viaje final ha comenzado. Es hora de que veas tu verdadera realidad, sentirás filosas dagas envenenadas que caerán sobre ti sin piedad. Cierra tus ojos por última vez, de ahora en adelante serán noches de insomnio. Desde aquí, hasta la eternidad”. En ese instante me doy cuenta, que lo que yace en mi interior está luchando con más fuerza por emerger.

Me levanto de la cama y camino hacia la ventana, mis manos se aferran en el alféizar, mientras una cálida lágrima recorre mi mejilla; suspiro, y analizo, que esta es otra maldita noche fría en la que lucho por entender mi vida.

Victoria Montesinos.

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