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Embarazada por accidente

Embarazada por accidente

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¿Quién tiene sexo una noche de tragos y queda embarazada? Selena Thompson ¿Quién recuerda cada sensación que experimentó y su aroma, pero no su rostro? Selena Thompson ¿Quién va a terminar en la calle si no encuentra al padre de su bebé y este responde por el mismo? Selena Thompson ¿Quién va a ser despedida si el señor Nathaniel o su padre se enteran que estoy embarazada? Selena Thompson. Angustiada, termino de vomitar y camino hacia el lavamanos, donde enjuago mi rostro, intentando encontrar serenidad y calma ante una situación bastante complicada. Y todo por no haberme medido con el alcohol. Si lo hubiese hecho, por lo menos, hubiese pedido a la persona con quien estuve que se colocara un preservativo y así, no estaría en este problema. Pero, si yo no pienso muy bien sobria, ¿cómo podría pensar en eso ebria? Porque, si fuera inteligente, jamás hubiese ido a la fiesta de mi ex y mucho menos, habría tomado sin parar. — Que tonta fuiste, Selena. Una tonta en todo el sentido de la palabra — murmuro mirándome fijamente. Sabiendo que no puedo quedarme mucho tiempo en el baño o levantaría sospechas, me limpio el rostro y salgo para sentarme en mi puerta como mano derecha del de señor Reece, quien es el presidente y socio mayoritario de la empresa de entretenimiento. Una de la que seguramente no seré más parte por haberme quedado embarazada. Mi teléfono suena y yo respiro profundo, contestado al llamado y levantándome de la silla con los documentos que pide mi jefe, mientras imploro que mi vientre no sea notorio y que mis nauseas, no me delaten. Después de todo, necesito prolongar por todo el tiempo posible mi estadía aquí. Solo espero que sea tranquila y que el padre de mi hijo o el recuerdo de quien es él, aparezca pronto.

Capítulo 1 La invitación

31 de mayo de 2022

Sonrió observando fijamente la invitación de Maddox Powell, mientras mis dedos tocan el alto relieve de la invitación, como si fuera algo místico. Mientras Cataleya, mi compañera de casa y única amiga, dice todo tipo de insultos colombianos en una lengua que gracias a ella, sé manejar.

— Deja de caminar tanto de un lado al otro. Ya me tienes mareada. — me quejo intentando llamar su atención, cosa que logro.

— ¿Eso es lo que te preocupa? ¡¿Tu ex prometido, se casa con quien te dijo que era su prima cariñosa y tú estás tan calmada cuando el malnacido te envía una invitación del cumpleaños de él?! — grita Cataleya al borde de un colapso por tanta presión en su cuerpo.

— Cálmate un poco.

— No puedo calmarme. Necesito cortarle la polla para poder sentir que ha pagado lo que hizo.

— Cata, ¿por qué eres tan violenta cuando solo es una invitación?

— No es la invitación, es la osadía de él al mandarla. ¿Qué se cree él? Viene a jugar contigo por tres años, después, te pide matrimonio con la puesta de sol como testigos en la hermosa playa de acapulco y al día siguiente se casa en el mismo lugar que te lo propuso, como si nada pasara.

— Lo sé, no necesitas recordarme ello. Menos, cuando pasó hace menos de cuatro meses.

— Es que allí fue cuando debiste dejarme contarle los testículos. Si lo hubiese hecho, no tendría el atrevimiento de mandarte una invitación por su cumpleaños.

Debo reconocerlo, así como ella coloca la situación, tiene razón. Si le hubiese hecho algo, no se atrevería a tanto. Pero, entonces ella estaría presa y él aunque no llevaría la mejor parte, seguiría siendo parte de nuestras vidas, cosa que no quiero.

— Cata, recuerda que tu presión arterial se sube cuando te enojas demasiado.

— Si me dejaras cortarle los testículos, mi presión arterial mejoraría — murmura Cata sentándose o más bien, derrumbándose en el sillón a mi lado.

— Sí, estoy segura que eso haría. Pero, no vamos a enfocarnos en cosas sin importancia. El pasado, allá debe quedar. Así que, no nos preocupemos, la justicia divina existe.

— Y la terrenal también, así que, optaré por esa. Dime, ¿Dónde es la fiesta? Para saber a donde tengo que ir con el machete.

— Mujer, baja tres rallas a tu violencia. Tú no eras así. Tendré que bloquear Netflix y el cable. Estas viendo muchas series de mafiosos y locos que matan horriblemente.

— Como están las cosas, sería bueno tener un amigo así, para que le de un buen susto y que así, no se atreva a invitarte a sus malditos eventos.

— Sé como dejará de invitarme.

— ¿Cómo?

— Iré a la fiesta. — murmuro y eso ha e que mi amiga me observe como si me hubiese salido un tercer ojo o algo más terrorífico.

— ¿Estás loca? —pregunta después de salir del asombro.

— Posiblemente lo veas así, porque no crees que sea capaz de hacer que se arrepienta de lo que ha perdido. Pero, lo haré. Su intención es humillarme, recalcar que esta mejor con su esposa adinerada y que yo siempre quedaré como el mal recuerdo de su novia pobre con la que jugó a su antojo. Pero, puedo mostrar lo contrario.

— No tienes nada que mostrarle a él. No lo vale.

— No lo hago para que él me de el valor que crea es para mí. Lo hago porque yo también deseo restregar en su cara que dejarme de él, fue la mejor decisión de mi vida. Ahora tengo un trabajo en una de las empresas más grande de entretenimiento y eso, aumento mi sueldo.

>> Ya no soy la mujer que él dejó hace cuatro meses. Pueda que él este monetariamente mejor que yo, porque su esposa es adinerada. Pero, no me supera en fuerza. Porque todo lo que hasta ahora tengo, fue porque lo luché y con mi propio esfuerzo lo logré. Eso es lo que le voy a mostrar.

— Eres increíble, amiga — dice Cata aplaudiendo orgullosa — Tú no perdiste, él fue quien te perdió y gracias a eso, ganaste y mucho.

— Eso es lo que quiero mostrarle. Quiero que comprenda que no es para tanto. Quiero que comprenda que lo he olvidado y que estoy muy bien sin él y por eso, iré a la fiesta.

— Muy bueno tu argumento, pero, no creo que sea buena idea.

— ¿Por qué?

— Él es patético extraño. Porque, ¿quién hace una fiesta de disfraces en junio? — pregunta Cata y yo ruedo los ojos.

— En realidad, es una fiesta relacionada a una época en especifico. Esa donde usaban vestidos pomposos que los de la alta clase los diferenciaba de la servidumbre.

— ¿Es esa época donde usaban pelucas extrañas? — pregunta Cata y yo asiento — Vaya, si que buscan la manera de reclamar que es adinerado.

— Lo necesita. Los hombres sin buena herramienta, necesitan compensar sus faltas con dinero. Su urgencia en alardear es tan grande que te da una idea clara de cómo lo tiene. — digo encogiéndome de hombros y mi mejor amiga sonríe complacida por mi dato revelador.

— Bueno, analizando las cosas, ir no es tan mala idea. Es tu único medio para encontrarte con él y por ello, sería buena idea que te vistas radiante y causes muchos supimos a quienes puedas. Así, también golpearías su ego y todo lo que puedas.

— Si que quieres verlo sufrir.

— Es mi deseo antes de descansar y mi primer pensamiento en la mañana. Porque verlo sufrir causará mi alegría más grande.

— A veces me das miedo, Cata — pregunto angustiada.

— Soy bastante vengativa. Eso es todo. Ahora, iré a descansar, mañana me espera un día largo en el set. Pero, después de eso, iré a buscar el vestido más radiante que puedas usar. Porque si vas a ir, debes marcar la diferencia hasta en los accesorios que llevas.

— Cata, no es necesario.

— Soy embajadora de varias marcas, estoy segura que van a darme buenas prendas para la gran noche. Así que, no te preocupes, no será algo costoso. Solo debes cuidar tu piel y todo estará increíble.

— Cata, no creo que…

— No digas una sola palabra más. Ya está decidido, me haré cargo de todo y tú no tendrás que preocuparte por algo más.

— Pero, no hay que exagerar tanto. Si descubre que mi salario no me alcanza para llevar cosas costosas, quedaré en ridículo.

— No va a pasar. Te llevaras mi tarjeta ilimitada y podrás darte tu noche de chica adinerada.

— Sabes que no hablo de eso.

— Nadie más lo va a notar. Recuerda que en la tarjeta te dejan claro el tipo de ropa que vas a usar y que debes llevar antifaz. Además, dudo que alguien más sea conocido para ti, si es una fiesta tan fina.

>> Así que, puedes fingir un poco si lo deseas. Después de todo, ¿qué hay de malo en entrar en el juego del disfraz? Hasta donde sé, actuar no es un delito. Así que, no debe haber algún problema si disfrutas de una noche sin pensar en facturas o cuanto puedes gastar de tu salario.

— Cata, no creo.

— ¿Cuándo es la fiesta?

— Tres días. — murmuro al saber que no voy a ganar con ella.

— En tres días que veas cuan distinta te veras con lo que prepararé para ti. Ya después, volverás a ser tú. La cómoda y trabajadora Selena Thompson, ¿de acuerdo? — me pregunta y yo asiento.

— De acuerdo.

— Perfecto. Ahora, a dormir. Mañana tenemos trabajo.

— Esta bien — murmuro para después despedirme de ella.

En mi habitación, analizo todo lo que ha pasado y al no encontrar lógica, niego hasta que me calmó, recordándome que el que él no esté en mi vida, es lo mejor que pudo haberme pasado.

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