también fuera de este, por la hora que era, estaba seguro de que la encontraría en su casa y

lla vivía. Se quedó un par de minutos ahí parado, hasta que decidió

cio y lo encontró en un joven repartidor de pizza que llevaba su pedido

que hubiera querido, pero gracias a eso, ahora, no solo se

se dignara a abrir la puerta, la cual ya h

Dylan terminó la copa del vino que había abierto para calmarse y caminó hasta

quería que un desconocido pudiera ver sus lágr

de la cocina y luego volvió sobre sus pa

ate el

ada — respondió él en

y darle la puerta a un hombre? ¿Es que no tenía

actuaba así siempre, con lo fácil que había sido para él, cualquiera de los

antar la vista y toparse con los ojos azule

onocido?— le preguntó ya adentro del apartamento, cerrando la puerta tra

o, sobre todo que se considerara con el derecho de tratarla como lo hizo y llegar como si nada, o que le dijera como debía comport

asta el liguero que tenía en el muslo. A pesar de estar solo cubierta por una camiseta vieja que le llegaba a mitad de los muslos, ella acost

ya había herido superficialmente el cuello de Phantom con el filo del arma blan

, lo que se puso fue muy duro, ver qué no era solo

a la joven de la cintura, era tanta su excitación por esa mujer que ni s

resumió Dylan muy cerca de su rostro, tanto que sus labios y los de él casi se rozaban al ha

l pequeño hilo de su herida se hizo un poco más grueso, cuando él tomó la muñeca de la mano donde ella sos

en su mano, al igual que el

oso puñal a la diana que la joven tenía en el muro de la p

r tomar del cuello para besarla y así evitar, que ella se alejara cómo estaba seguro de que planeaba hacer. Así, enojada y llena de rabia por é

y molesta por lo que ese hombre había hecho horas atrás, había idealizado y esperado

rame co

cababa de ocurrir y que la humedad entre sus piernas había vuelto, estaba caliente, pero

s marchando de mi casa — hizo una llave que la liberó de su agarré