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tía, relojes de las mejores marcas, corbatas de diferentes diseños que le ayudaban a lucir un poco más elegante, el cabello bien peinado y una sonrisa de lado. Por mi parte, siempre optaba por usar trajes de of
que me parece que su nombre es muy especial —soltó sin previo aviso, logrand
l 17 de febrero —ni siquiera yo misma supe la razón por la que tuve que decirle algo tan personal como aquel
an me sonrió—Winter, me gustaría que m
usted era un hombre bastante egocéntrico y demás, se ha comportado exqui
sted es mi jefe, de una u otra forma, y yo estoy trabajando
—quizá, ni sabía cual era la edad de mi nuevo "jefe"—Me presento, esta vez fuera de la oficina y como una p
nía otra opción que presentarme de la
n mis padres y mis dos hermanas pequeñas debid
ría comenzar
tro de un tiempo, me vaya de casa, sin embargo, no creo que eso sea muy pronto —negué y me obligué a mí misma a darle
conocer. Mi círculo de amigos no era tan grande, pues, en él solo se encontraban; Hope, mi amiga de la escuela; Evangeline, una gran compañera y amiga cercana a l
va a ser de conocimiento de otras pe
pone que nuestra relación no debería dejar de ser profesional en ningún momento —es
para respirar—Sé que existen muchos rumores de mí, en los cuales se ha
iba a ser el momento indicado para averiguar mucho más acerca de qui
e entraba a un lugar. Si bien es cierto no fui ni el mejor empresario ni el mejor hombre la primera vez que estuve a cargo del lugar que continúo manejando hasta el sol de hoy, pero, si puedo as
amos, nos equivocamos y volvemos a le
, me he equivocado dos veces en la vida de una manera terrible. La primera porque me di
o ha querido así —tal vez mi vida jamás ha sido la más entretenida ni mucho menos porque como mencioné antes, inclusive mi círculo social se reducía a un pequeño grupo de personas. Y
que soy en realidad, me pregunto si de verdad sigue
su interrogante, sobre todo porque d
re que le hace honor a todos esos rumores que circulan y que no es la persona que creí en
e ellas. Tienes que darte la oportunidad de conocerlos y crear tu propia opinión, sin que los demás tengan algo que ver. T
mpo—También, debe imaginar que para cualquier persona es difícil entender o aceptar que uno cambia de la noche a la mañana. Debido
ras, te aseguro que voy a demostrarte que no soy un mentir
yo solo somos compañeros de trabajo y si este tema salió a relucir, se debe a que deseaba que nos conociéramos un poco más, supongo que para lograr un ambiente de trabajo mucho más ameno. No obstante, usted
l hombre que crees. Que, si te he dicho tod
más que una persona que acababa de comenzar a trabajar con él y no tendríamos que hablar de cosas que resulten ser personales—Mire, señor Reed, no tengo mayor interés en conocer ni una parte de su vid
que es algo que hago todos los días —me agarró del brazo y me enojé muchísimo más de l
o, cómo es que de un almuerzo formal entre un jefe y su escritora había terminado en un enfrentamiento de este tipo en el que había emociones y opiniones dis
de esta clase con un hombre...—Rió bajo y lue
ed? —Arrugué la nariz lista para per
aya confesado que despiertas cierto interés en él —sus ojos eran como un agujero profundo
ha salido de las manos y punto, eso es todo —sin querer, mi voz sonó entrecortada y temblorosa—Ahora, si usted está de acuer
N
ón? —P
que tengan que ver con el trabajo y nada más no veremos en nuestras horas laborales —acercó su rostro al mío, permitiénd
or R
de que yo fuese capaz de encontrar que decirle, sus labios rozaron los míos y cerré los ojos, esperando que continuara. Lo odiaba, aun más por todo lo que dijo recientemente, pero, el
e, me cuestioné a mí misma la razón por la que me encontraba sumamente nerviosa y el por qué no me atrevía a tomar las riendas de
estaríamos aquí ahora mismo...—se alejó un poco, aunque, aun podía senti
cina y he de admitir que no estoy dispuesta a que eso suceda. Si le doy la oportunidad de usarme a su antojo, pensará que soy una mujer que ni siquiera sabe lo que quiere debido a que hace momentos atrás le dije que no me interesaba ciertos aspect
é lentamente, aunque, una vez más,
dicho que no estoy
r está siendo cero profesional —de acuerdo, tienes que dejar de hablar de lo qu
a acorralarme cuando estábamos a cuatro cuadras de llegar a la
ndo los ojos. Se estaba convirtiendo en una maldita molestia, p
undo —prácticamente me rogó y yo no hi
as mujeres que se le cruzan por enfrente. Y le aviso, desde ya, que no pienso u
no soy esa clase de persona que piensa o que todos los otros
lo que conversamos en la editorial. Había una sección de artículos y revistas de farándula en las que se encontraban todas la
le cuente cómo surgieron cada uno de esos rumores? —Enarcó una ceja—Usted me gusta
—lo dije a la ligera y la expresi
re tú y yo que viva etern
rno vivirá todo aque