hacia la sala mientras estruja sus ojos con pesadez. Al abrir, maldice mentalmente por estar en es

esfuerzo sobrehumano para no cerr

último de este mes —le recuerda

ible conseguir el dinero. Pero le aseguro que si me da dos días más puedo pagarle

piso—. De lo contrario deberás

uspira a

e prometo que tendrá su dinero —el hom

si no quiere quedarse sin su trasero. Aunque comprar un sofá nuevo le costaría seis meses de su

las piernas de la chica. Willow la carga entr

uir ese empleo, cariño —comenta acariciando la c

buscar cuanto antes un empleo. Y quedarse en casa de brazos cruzad

uvia. Se coloca sus botas oscuras y sale del apartamento no sin antes traer un paraguas consigo. No iba a arrie

pequeña plaza. Es el que más visita ese sitio puesto que alimenta a las palomas que invaden la fuente

conservando con ella y por alguna extraña razón no puede tirar a la basura o perderla. Llega en menos de

abardina —anunc

llama el s

íg

e de hombros—. Conozco a alguien que está buscando una chica para hacer l

do cuidadosamente, la ch

a sonrisa de boca cerrada y se di

a tranquilidad, apenas y se oye el murmullo de las pocas personas en la plaza. Pero el silencio no dura para siempre, ya que al ir ade

go que le resulta muy extraño a la chica

de piel oscura que ordena

ndo una sonrisa en su l

pasar por estos lares —dice

espuesta —. Hablando de ello

reprimiendo las enormes ganas que tiene de llorar. Sin embargo, trag

trabajo con

alza la

—la joven nieg

. La verdad me da igual, aunque me hubiera gustado

? —pregunta jun

a haciendo soplar los mech

unos

ra cómo su ex novio intentó invitarla a salir de nuevo. El muchacho de piel oscura la

este le llevaba cinco años, la diferencia de edades nunca había si

or fijarme en sus facciones más marcad

madamente apuesto ingresar a la cafetería. Oliver des

il

e de corte italiano color negro, color que resalta su tez bronceada. Debe medir al menos un metro noventa, piensa la jove

se aparta rápidamente. No dura siquiera un minut

a Willow —la voz de Ol

¿

eta —comenta su amigo reprimiend

rueda l

la cabeza en dirección al hombre que se ha sentado en

a el hombre y achica los oj

teresa? —inquiere tomando

a robado más de una mirada de sus compañeras de trabajo.

rar. Piensa la chica. Pero sabe que no es por hambre, ya que la sensación es diferente y es primera vez que se siente de esa manera al ver a un hombre como