Madre falsa para los hijos del CEO

cae al suelo por mi estúpida manía

ener peo

ductor para luego ir a sentarme a uno de los asientos desocupados. Saco los audífonos de mi mochila que parece la de una

ida. Llamarme como la canción

do de la poderosísima batería mientras pi

te con almendras y yo, estúpidamente,

misma confusión, y es

é carajos hace una mujer de veinticu

ni yo sé q

me por una carrera y tampoco podía darme el gusto de estudiar cual

ra en un supermercado.

n él. Nos abandonó cuando

hombro. Veo a la señora de edad que se encontraba en el asiento de a

o vomitó un ca

in poder creer la

o con una sonrisa falsa

antes de sentarme,

samientos nada educados. Esa señora no tiene la cul

ular en mi bolsillo para seguir escuchando música. Me pongo el audífono y m

espalda y espero a que el autobús comience a irse para sacarles

hermoso vómito

ión de me quiero morir y comienzo a caminar hacia mi

de correr hacia el baño para sacarme la ropa y da

a sucia y me dirijo hacia la lavado

ngo que ir al

i pijama corto, ideal para los tr

l refrigerador. Saco mi botella de Coca Cola y mis galletas con cobertura de chocolate qu

o para llegar hacia la mesa de centr

orpe, pero jamás tendría la personali

esta aplicación; me entretengo mucho viendo video

el tipo de video

para después comerme de un bocado una

n viernes en la tarde acostada en el sofá, co

algo que me apasione. Pero es triste admitir que rea

ni

i vida. Jamás he tenido una afición, jamás he sido demasiado buena para hacerme amigos y nunca pero nunca he tenido algún interés amoroso, lo que no s

sola par

ener problemas en mi rendimiento escolar. No me acomplejan mis dientes, no me acomplejan los rollitos de mi estómago ni las estrías de mis

vez

mi físico, o mi forma de ser. Suelen decirme que soy muy poco seria

AM

y delicada, pero tampoco creo que sea

es? No me malinterpreten, tampoco es como que conmigo no puedan hablar de algo serio ni que no sepa comportarme, sólo creo que

a “importancia” que les gusta. Y en realidad, creo que a lo que ellos no están acostumbrados

que me busque, y menos que me haga sentir especial, p

amás encontraré a