s con disgusto. Si antes se lamentaba por haberse emborrachado hasta perder la conciencia, ahora se lamentaba más puesto que había estado con Emma y ni siquiera recordaba si había usado pr

puras, por eso el jamás le propuso a Maite intimidar

cuando Graciela se le acercó,

y desahogando todo lo qu

as hace una semana llegué de París—, sonrió con amargura al mismo tiempo limpió las lágrimas —Y también me acusan

o hic

de soltera… todo estaba bien cuando ellos se retiraron… no sé en qué momento me emborraché si ni siquiera bebí más que una copa q

Replicó —Amigas como esa,

enti

d eres tonta? Es más que obvio que tu mejor amiga

haría eso, el

del pasado y ahora que lo pensaba con claridad, la mujer de cicatrices podría tener razón ya que Emma le había hablado del hombre del cu

uedo

a, en esta vida

ntó he intentó acercarse a las guardias.

r y marcó el número de Emma, esta última al ver número desconocido no contestó, la lla

ol

Quiero verte, ¿pued

ma al otro lado

padre tiene guardada sobre los desfalcos

upidez está

que esc

quieras—, seguido colgó furiosa, M

Es tan cobarde que

o Maite mientras se s

s te dieron? —P

contesto co

vida en prisión—, Ma

pudieron juzgar en este país, si

te metiste con un poderoso, como lo son los Heredia. Pero tu estate tranquila que estoy segura que en menos de lo que piensas saldrás de aquí—, la mujer Inhaló del

curiosidad —Por nada, solo que pienso que si er

formó una guardia. De inmediato, Gra

reto llegara a oídos de Marcos, estaba completamente segura que si eso sucedía el jamás se lo perdonaría. Sabía perfectamente cómo er

ad

pasando? Que me estés lla

n frialdad —Solo llam

eres sabe

n en desfalcos a la empresa de los Heredia?— Después de esa pregunta, el silenci

pensando en tú bienestar y el

inar mis planes de casarme con Marcos—, llena de rabia

levantó y sonrió de medio lado. A continuación, se dirigi

aballero, que por la ropa que vestía se podría decir que era de la alta sociedad, ya que el traje que lo cubría era de marca, ni siquiera parecía de clase media, puesto que sus prendas eran de la mejores marcas del mundo. Soltando un suspiro se dirigió a Emma, caminó hasta llegar a ella y se sentó, la antes nombrada la miró con r

qué no quiero saber más nada de ti. Me traes hasta aquí con amenaz

a, ha robado gran dinero en la empresa d

preocupa tanto el tener

se entera de esto me echará de la

mejor amiga y por lo tanto no puedes dejar

asó aquella noche, en su mente se avivaban las ideas, y era que Emma la había traicionado. Co

sto que soy tu mejor amiga pe… p

lo debes—, Emma sonri

ndé a revolcarte con un estríper y peor aún, que atacaras a Elisa hasta el

! Sabes perfectamente

todo para sepa

ar su cabello —¡Estás loca!

si me equivoco?. Emma tragó grueso al escuchar a Maite, se preguntaba, ¿como había descubierto que fue ella?, bueno, tenía que ad