te que vas a pensarlo, Mariam me encantas y me gustaría que dijeras que sí, ven no te vayas por
ponía que era una cama, en ese lugar nos quedamos
me hacía sentir como una quinceañera viviendo su primer amor, sabía que estaba mal, per
o dejas escapar esos gemidos, cuando dejas marcas en mi espalda con tus uñas, me gusta mucho cuando cierras los ojos y me pides que no me detenga -dijo excitado.
me haces sentir, como una tonta a
o a cualquier edad, así es el amor, el placer no tiene edad, todo lo que está bien es lo que estamos viviendo ahora, me siento muy bien
e su p
jar, me despedí y él me pidió pensar en lo que me había preguntado hace unas horas. -fui a casa
llos consideraban mejor para mí, se volverían locos si supieran que estoy saliendo con alguien menor. -fui a la cena con mis padres
el baile y habían dejado de tratarlo, habían pasado muchas cosas entre nosotros, se celebraba un cumpleaños en el lugar y él debía estar presente, quise ir con Martha esa noche, ella era la única que podía, estando ahí,
a verme, es muy pronto para que te vayas. -dijo a la mis
uré con una media sonrisa. -detuve un taxi y me subí, él se subió al otro lado. -¿qué haces?, debo ir
. -señor nos podría llevar al
a esta dirección por fav
a ir? -preguntó el taxista molesto. -¡ya basta! A quien
a la dirección que le he i
vo me moleste más, siempre la olvidaba realmente no me parecía algo convincente, me estaba probando que Lid
e, mientras caminábamos pensaba que hacer, debería parar con esto, él se acercó por de
s vip desde que te conocí, solo estaba llevando a la chica con Leo, él era quien debía hacer el baile vip, por cierto si quieres que deje esto lo haré por ti, quiero que estemos bien, que confíes en mí, diosa de ojos oscuros,
te mantenga, cada vez tenía más motivos para creer que estaba conm
á bien así, creo que debería irme, no tenemos mucho d
es. -aseguró con decisión. -ven, déjame hacerte el amor, déjame hacerte feliz, estoy segura de que podremos hablar mej