Ella recuerda que todavía no es la hora de abrir el club. Le envió un me

o estás?— Su voz so

rgüenza, de hecho nunca telefoneó a Oliver en privado. Solo se hablaron cuando Elizabeth estuvo en Paraíso sin la compañía de Da

día ayudarte.— La voz de Oliver era suave,

me dice que estabas buscando empleados, ¿podría tra

de silencio, la i

tos dineros nece

lizabeth le contestó, con

a cantidad..Pues, si ese cargo te ayudará, claro que pue

er! Nos queda

ta l

eth lo hizo, siempre deseó que pueda ayudar a su quer

dad?— Murmuró Oliver, en voz baja, mir

lub Paraíso, donde solía pasar la noche ju

en Paraíso, pero los gu

ro ella sabía que la despreciaba por la que llevaba. Los de chanel , de louis vuitton,

enía nada que ver co

Vizconde, tengo cita con el señor

e confirmar con su auriculares bluetooth, por fin uno de

xito, era cliente estimada de ese club, pe

Oliver estaba agitando la mano en el bar, como si no se ca

a?—Oliver sonrió,

el trabajo su majestad. — La jov

ron una carcajada al

salón, y a veces, incluyendo las habitaciones de vip .— Oliv

os de Paraíso no son amistoso contigo.

. Gracias

ier cosa puedes encontrarla primero. Ya sabes soy gerente, no v

hace 3 meses, por eso no supo que Elizab

liver solo le dijo que Elizabeth provenía de una familia adinerada, es posible que no supiera los asun

elia era una chica activa y optimista,s

ya era una buena limpiadora. Ese trabajo e

hhhhhh

sala de personal, la joven se dio cuenta que

no son los Estados Unidos! — Dijo Lucia, su blusa de chanel y falta oscura est

h la conocía, ella era Aida Brown, hija de los Brown, su familia se dedicaba en la industria de los lujos, hasta ahora ya t

mó a su mejor amiga e

Elizabeth, parecía que esta

gica del Señor Vizconde. No creo que

in dar menos una mirad

— La joven preguntó a su mejor amiga. Según los recuerdos de

sprecia porque no tenía un millonario padre como ella!—Lucía mordió

enza de Elizabeth Vizconde, la que no tuvo más opción, tuvo

que estaba sentada al lado del bar, hablando con

no hace semanas, de verdad?— Lucía se le acercó, ya se moría de s

tar a su lado, después de unos minutos

compañera de Elizabeth´, los títulos le dieron vergüenza y le recordaban que no era nada en

semana. Edmundo Eticano va a asistir también, por qué no lo preguntas cara a

ia Vizconde, ella ya no era elegible para recibir las invitaciones. Al principio p

, gracias por recordarme. ¡Compromiso feliz Aida! Si yo fuera tú,

más contenta si fueras su novia futura.— diciendo las palabras