ist

nua. La primera gran llamada de atención fue Oliver. Una noche juntos y pensé que estábamos

juntos. Era la idea de él lo que me había encantado; la fantasía de encont

mi ciudad, en un trabajo sin futuro alguno durante varios años ant

ner una gran empresa constructora con mi nombre estampado en enormes letras en color plateado,

de mis padres. Fue la semilla que sembró la idea de las almas gemelas en mi mente. Su divorcio

lar las cosas con mi madre, me dijo que el amor duradero no

mi prometido. Había tenido que recalibrar lo que creía que era el amor, pero en Clark había encontrado una pareja

jando por todo el país. Como azafata, su empleo la llevaba a muchos lugares, pero por fin estaba establec

mudé hace seis años, visité muchos de los bares y clubes más modernos, pero ahor

s de madera oscura. Los libros eran de lectura gratuita para los clientes que paga

hombres ricos. Las mesas circulares salpicaban la parte delantera del bar y hacia

un club de lectura para gays y lesbianas una vez al mes y se preocupaban de tener lib

años que no la veía, aunque intentábamos —y a veces fracasábamos— mantener el contacto con

amisa masculina de manga corta con pequeñas anclas de color amarillo, y unos vaqueros pálidos de pierna recta. Su pelo cast

—dijo Ángela con

sin verte!— dije, levantándome

star con su novia. Su trabajo de azafata la había llevado por todo el país. Era buena en su t

rte de cabello,—dijo Áng

o y alisado y había adoptado mis rizos naturales. Me había cortado el pelo justo por en

l segundo vaso que había en la mesa junto al

!— dijo, tom

por fin te mudes aquí—,

ndo la lata con eso dura

a el amor para convence

tó su copa e

amor y la

la última vez que habíamos estado aquí juntas fue después de graduarnos e

a me sonrió.—¿Cuándo podr

e le encantará conocerte—, dije, ant

para la boda?— preguntó Án

iadas muecas. Clarke no dejaba de pedirme que f

versidad, aún podía reconocer su voz de, estoy tratando de ser casu

s—, supongo que el moment

a asi

que es el verdadero amor

n de mi vaso con el pulgar, —quiero a Clarke, por supuesto. Pero la forma en

vanté la vista para encontrarla mirándom

ista—, dijo finalmente Ángela—. Desd

scozor de una vieja herida. Ángela esperó a que hablara, dando un

hace mucho t

n su momento, probablemente demasiado, ya que yo tenía el corazón destrozado, pero habían

sé que es u

dez—, dijo Ángela

erimentado antes o después. Sentí que había encontrado a alguien que me entendía—, dije, recordando aquella noche perf

jo Ángela,

su apellido ni dónde vivía. Eso debería haber sido una señal de alarma, pero estaba tan atrapada en el supuesto romanticismo del asunto, pensando en el fondo que pod

rdos—, dijo Ángela, enfadada p

nte—, dije, —es prác

tó Ángela, —porque eso

erminar mi bebida, —Hablando de felic

preguntó, inclinán

en una empresa de turismo, pero no había sitio en la empresa para un ascenso. Había ascendido todo lo q

su clara alegría por mí, —¡

, le expliqué. —El lugar en el que estoy ahora está bien, pero no hay espacio para crecer. Además, estoy un poco harta de t

que te contrata por tu habilidad y conocimiento del negocio y luego

ar de derecho y arrogancia como azafata—. Así que, si esto funciona,

, vamos a por otra ronda de bebidas—,

uniéndome a ella, —toda

codazo en el hombro,— te