img PEONÍA. rebeldía, nobleza, belleza, y amor.  /  Capítulo 4 Diamante Amiris | 44.44%
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Historia

Capítulo 4 Diamante Amiris

Palabras:5566    |    Actualizado en: 28/01/2024

cidad, por el contrario, caminaba cabizbaja y con los hombros caídos. Pues yacía sobre la joven desde hace ya mucho tiempo un peso, nadie lo podía ver, tampoco lo podían sentir

con emoción cuand

ue te extrañe.– rodeó sus brazos en el pequeño

ijo con un toq

quios para ti.– expuso

ras buscaba a Ma

ndo lo que buscaba.– le pedí que traj

ovencita muy curiosa y moría por saber

r traído el correcto.–

cientos de flores, traje unas para ti pero ya se han marchitado.– hizo una mueca.–¡oh!, también...–dijo para contarle sobre su trato

on gran extrañeza. Ella bien sabía que a A

a pudo notar en aquella sonrisita algo muy sospechoso.– Sabias, que

é?.– dijo aún

, sin ese almanaque no podría un marinero navegar, al meno

esante, alteza.– d

ido muchas cosas,–

puede aprender en tan

ió,– pero.. no recordaba que la señora R

e matemática abstrac

pidamente dirigió su mirada hacia Maria, ambas sorprendidas.– Q

dijo

no era de

ble,– Madre, Las clases con el señor Fontaine no son por gusto,

que comiences a interesar

cesa, es mi deber después d

ra.– dijo María, entregando un pequeño cofre

Este obsequio es para ti, mi querida hija.– es

al detallar el pequeño cofre,– ¿

isma.– animó dul

llaba como el sol. Era una diamante, pero no cualquier diamante, este era de color a

onunciar la joven prin

er la leyenda q

si.– cont

to mientras damos un paseo por

la idea.– di

los frutos de los árboles, las flor

ma,– comentó la reina. L

as sonrieron. Después de un tiempo se sent

detrás de esta valiosa piedra.– dijo la princesa

entras acariciaba el suave cabello de Alice,–...era hija de un humilde campesino que dedicaba su vida a labrar la tierra. Un día, su p

en bañándose en las cristalinas aguas del río, el joven era un gran guerrero, el mejor de todos, su nombre era Chapt. Cuand

, cada tarde se encontraban en el mismo lugar, ninguno de ellos faltaba un solo día, y dur

mpromiso, y no dudó en entregar su amor sin ninguna reserva. Cuando llegó el día del la boda, Chapt no puedo asistir a su cita diaria con Amiris,

e Amiris se pondría furioso y ordenaría sacrificar a

bandono de su amado, cada lágrima que derramó durante todo ese tiempo la guardo en un cofre,

r la que no había regresado, era la muerte, seguramente su amado había muerto en batalla. Un día, Amiris, no pudo soportar más el dolor, y decidió hundirse

encontraron su cuerpo sin vida sobre un roca en la orilla del río, también le contó lo mucho que ella había sufrido. Finalmente, el padre de Amiris le entregó a Chapt el cofre donde su hija había g

nte. Las lágrimas de joven Amiris se habían salificado, conv

ce con la mano en su pech

a la hija del rey, y ella cegada por la rabia, ordenó sacrificarlo por traició

ía muerto?.– preguntó

ese fue el nombre que le dió al

ria!.– suspiró,–¿C

– dijo la reina

graste ob

e mi estadía, dijo haberlo adquirido en el año 1.650, un comerciante

que inte

la interrupción, pero su majestad el rey la so

- susurro muy bajo la reina.– Di

el joven y dando l

padre.– Alice asin

acia el lugar donde había permanecido sentada junto a su madre, volvió a

voz cerca de ella.

emoción,– Tengo tanto por contarte, no imag

estoy muriendo de curiosidad, ¿cómo es que Lord Fonta

do durante su ausencia. Después de un rato le habí

ue a Lord Fontaine le gustaran las nov

ambién consiste en enseñarle a t

misma risita. Levantó la mirada y pudo ver al joven Fontaine

uál crees que sea la razón?.– dijo en voz alta, lo suficiente para que Alexandre escuchara. Alice, giró la cabeza com dirección al joven.– Ya veo la razón, ¡una lástima, que tan bello paisaje se vea arruinado por personas tan d

un hombre demasiado obstinado, ¿cómo era posible que no se cansara de seguir

amado y continuó su camino.– He terminado de leer el libro,–habló fuerte,–tenía razón usted en decir

ué cree que hace?.– preguntó mirando a su alreded

sted muy amablemente me pre

alguien puede oírlo,– dijo

ataque al corazón si se

clamo en voz alta,–estos libros no se le es permitido leer a una señori

pió Alice,–Quiere

cómo puede pensar eso de

n, usted gana, por el momento.– susurró,–Deme eso

ue gané exactamente.– dijo con i

a acostumbrado a hablar de esa forma, y no era para nada correcto en caballero, debía hacerlo; después d

, no intente imitar mi forma de hablar, sea más original, el ser sarcástico no va con usted. Y en tercer

er cortas, sin mucha importancia, en cambio, la gue

lara la diferencia.– Alice respiro profundo,– cómo estaba diciend

za.– dijo serio, esta vez

es ridícula.– dij

rdo.– concordó

e lo que estaba hablando.–

interrum

el libro que sostenía en su mano,–para ganar una bata

jado de responder a los

– insist

para decir, Lord?,– preguntó con ironía,– Por lo visto no, p

volvió a h

ó a Maria y su rostro palideció, cuando miró a el rey.–Padr

í?.– preguntó el

diendo de cuánto tiempo lleva

rd Fontaine ,– Si me lo Permit

scucho.– conced

versábamos sobre algun

conversación, más

reales, y complejos son los únicos espacios vectoriales, y es completamente falso. En este libro dice, que el espacio tridimensional con la suma de un vector

erto?.– Pre

e las clases, Alice no hacía nada más que ignorar sus palabras, canturrear, distraerse, y dormir.– Había olvid

e decir que haz aprendi

tido en una nueva pasión para mi, demasiado com

l tono en el que le hablabas a Lord

e usted razón, mi compor

el momento, solo quería que le di

una sonrisa.– Padre.. ¿no se supone que debía estar

n buen rato esperando.– reco

xhaló a

arse– dijo Alice roja de furia,– ten

d quien insiste en tener una ac

reclamó Alice,– Soy l

ordarlo con más frecuencia, altez

ó la boca

larme así!,–sobre actuó, p

co teatra

o talento.– habló antipá

tiene.–

culos.–Y Eso es un gran problema, así que, debemos darle una pronta solución. Últimamente he pensado e

sos.–Nuestra situación supondría ser un pr

los ojos tan

isfruta de esto?.– p

s debo reconocer que me divierte cuando se enoja sin ningu

trarle a la princesa, que no siempre es un hombre rígi

lice ofuscada,–¿haz escucha

n silencio, como testigo

o bien.– dijo Ma

ó con la boca abierta de asombro, es

Negó. Su actitud era relajada, y

de decir que

e hacer una tregua.

scucha lo absurdo que es.– dijo muy molesta, m

dad.– dijo con una sut

ice estaba tan furiosa que sus m

sted, alteza.– dijo,– y siendo sincero dudo mucho encontr

ofensa?.– dij

diferente a los d

, dio la espalda y se marchó con la cabeza erguida. Ma

pasillo. Es verdad que desde la un inicio le molestó su comportamien

ía decir que ahora le causaba gracia, y como se

o Maria siguiéndola

tar con tan mala

pregunto Maria casi cor

detuvo,– Acaso no estabas

res a Lor

re, no menciones a ese hombre tan odioso. Es lo peor

bre serio, pero también

ese hombre no tiene ni siquie

n hombre.–

ensó rápidamente que decir, pero no concebía

na mala persona?,

sas, so.. son..– tarta

de Lord Fontaine es muy real,

padeo varias veces para cerciorarse de que su visión estuviera en bu

e la sonrisa de Lord Fonta

cosa es?.– preguntó

re con mucha paciencia. Porque debes aceptar

a,– ahora mi mejor amiga me atac

a.– dijo María, c

berías estar de m

o de quien ti

o la tengo?.– pr

e ambos tienen razón en a

amó con sarcasmo.–En lo poco que lo conozco, no tengo nad

o se atrevía a tratar de cambiar la opinión errónea de la princesa, tratar de hacerlo sería toda una odisea. La mera posibilidad de que su amistad con La princesa se viera en riesgo

in embargo, él no era culpable, solo se limitaba a cumplir órdenes del rey. En fin, lo cierto era que ni

dado una labor muy importante a su querido hijo. Y también ha llegado al palacio

en Par para recibir a una pareja muy querida por el rey y la reina,

o la oportunidad de verlo desde la primavera pasada, cuando Lord Fontaine los visitó en sus vacaciones. A diferencia de su esposo, Louis, que sí tuvo el gusto de verlo hace poco, ya que había viajado a Londres, antes de que el jove

le llevo tanto regalos, espero le gust

o, ahora en un hombre.– dijo el marques

reja de marqueses y Marga, sobrina de la marquesa. También

á mi niño, m

y apuesto.– di

– dijo Louis acomo

un gesto cariñoso.–Me pregunto, ¿si extraña que le cu

le cuentas esas historias,

esas historias para él, cuánto me gustaría qu

s imaginar nuestro Alexandre se casará con una preciosa señorita, y t

lo, los niños corriendo por los jardines de Fontainebleau, y sus tiernas ris

querida.– dijo

ya este interesado en alguna s

– dijo la señor

momento le horrorizó imaginar a su hijo comprometido con una

e aún una señorita en su vida?, o, ¿por qué ya

en especial.— dijo el marqués

sabes lo que significa, pronto tendre

eíble, pero por favor, consérval

da, por supuesto, debo ser muy discreta, no quiero que se s

oda una vida para conocer

ieja, ¡peor aún!,– exclamó preocupada,– qué tal si para entonces Dios ha

ría terrible, tía. No podría conocer a nuestros hijos.– se lamentó. Él señor Fontaine

eso. Disfruta de las vistas.

isita que hizo María junto a la reina al palacio de Versalles. Uno

ta?.– preguntó Al

de Fontainebleau , y su esposa, la marquesa.– contestó,–

pareja de marqueses, y una señorita con vestiduras coloridas. La marquesa se alegró mucho de ver

anto a crecido, es us

e se sea presentada en

endrá muchos pretendien

, ¿qué cosas d

Font

entario, Pero no dije nada que no sea verdad,

a en absoluto

saludó.– Ilustres señor y señora Fontaine, su visita es muy agradable p

tanta formalidad por parte de la princesa, claro,

que ustedes hayan abierto las puertas de

o nunca tan cerca. Fue hace un año en el desfile que hizo por su cumpleaños, sabe, el pueblo la adora.– marga hablaba c

ya le quedó muy claro lo feliz que está

s no puedo guardar silencio y

funta hermana.– dijo la marquesa interrump

e paso, pero nunca se confirmó. La señorita Marga Charpentier, era una buena persona, pero su personalidad era bastante... peculiar, se podría decir. Toda la sociedad especulaba desde ya que sería una futura "solterona", porque no había tenido ni un solo pretendiente, La marques

ocerla, ¿eh?.

– contestó la señor

ntir.– Alice sim

eme Marga, por favo

poco la voz.– su

ida.– interrumpió el rey.– por favor

a, ambas rieron muy bajo, se burlaban la señorita

el salón del comedor real, donde seguramente ya estaban todos. Cuando entró al salón a la primera persona que

, sabía que dicho contratiempo no era más que una excusa, seguro se le había pasado el tiempo cotilleando

no hemos esperado tanto t

inó hasta su asiento, y sin

que combinaba perfectamente con sus ojos. Eso quería decir que Ali

en la mesa,– estar aquí, sentada, en el comedor real, con su majestade

o la reina.– además es

a, seguía con otros tres platos, mariscos, pavo, hasta terminar con cordero con bechamel

se le pueda llamar

o la reina. Alice lanzó u

creo que aquí en Luxemburgo hayan cenas informales, se nota que todo

Perfecto.– comen

uí nada es inform

rvó a su p

si

nta formalidad, después de to

s sociales. Y, sinceramente, estoy tan acostumbrand

mbre, especialmente si se es el rey.– Dijo el ilustr

ca se relaja–

es tan rígido, en eso se

blema, hijo.– dijo el marqués

í.– dijo Lo

una hermosa chica, casarte, y tener hijos, entre más pronto mucho mejor.– Lord F

indicado par

el rey.– Tiene toda

se le ha metido la loca idea de

para reparar en ella.– habló la señorita Charpentier, mirando

pentier eran tan evidentes, que no cabía duda de que estaba

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