rminado, el tiempo llegab

a Mariano a recogerte, estate lista sobre las 11:

ha pasado hoy”. Ella se rebelaba por dentro q

des decir que es indecente, cuando los dos acabamos de acuerdo en lo q

s convencido

como a una prostituta

itante este juego con el

rle en la cara, este tema la

o vestida, doña Manuela no puede ver nada q

ás salido”. Él se río a carcajadas haciendo que ella se sonrojase aún más, mientras él no la soltaba, y ella no deseaba soltarse. No sabía que hacer, aquel plan era mejor que lo que la esperaba en casa, pero

ro no sé qué podemos hacer, a parte

no más, pero él se quedó parado ante el ventanal. Ella retrocedió y le preguntó si pasaba algo, entonces él le pidió ayuda para l

abeza. Entonces ella salió del agua y se puso ante él con el cuerpo mojado y desnudo, a él le pareció una diosa que salía del agua. Ella se dio cuenta y se sentó a su lado, él la vio dudando sobre qué hacer o cómo comportarse y le facilitó las cosas, la acurrucó contra si en la tumb

tes de que fuese de noche, no había transporte público hasta

el regazo de aquel desconocido, bello desconocido, pero ni tan siquiera le había dicho su nomb

disfrutemos de nuestro anonimato, lo único que sé de ti es tu nombre, ni donde vives, ni a que te ded

tos de autentico miedo, y después casi has estado dentro de

bajó a su pecho y para terminar en sus muslos. “Vístete. Me estás echando a perder. Eres demasiado provocativa. No esperaba que fueses así”. Ella

lejado, ya no estaba a su alcance. “No me dejarás aquí toda la noche, ¿no?” El

sentido del humor, ¡qué maravilla! No podía dejarla escapar. Tenía que saber más

ne mi chica de compañ

cede. Me imagino que tendré que venir vestida p

star contigo, y han viajado al pueblo a ver a sus familias, pero a partir de mañana

ndo, y puede suce

gas tu bañador o bikini, o lo

uno de los días más extraños de mi vida, miedo, pánico, sorpresa, pero tus caricias han resultado ser el mejor elixir para el olvido.” Acariciándole la cara,

ba las bragas, el camino de vuelta se le hizo eterno. Cuando estaba llegando a casa se le acercó un joven, fuerte, y de aspecto rudo, la apoyó contra la pared, y le levantó el vestido, le dijo: “Luciita, si vas sin bragas, es para que yo disfrute de la vista, ponte de espaldas y no grites” Ella no se atrevió a gritar, aquel hombre, notó la humedad en su cu

obre aquel tipo, y Laura ayudó a Lu

ron a casa. No dejaba de llorar, cuando suena el teléfono de Laura, era

hizo perder el control, y lo que le ocurrió sentía que era su culpa. Laura se quedó con ella toda la noche, no quiso dejarla sola, Matías, fue a ver a Luis, para contarle lo que había pasado, cuando entró en el salón, vio a su amigo, con la ropa interior de Lucia en las manos. Se rio pícaramente, por un momento, el joven Luis le respondió con un guiño de complicidad. Y le dijo: “Laura y tú, sois los mejores amigos que se puede tener, me habéis hecho el mejor regalo posible, Lucia es increíble, nunca había disfru

sí, como pudo alguien hacerle algo así. Estaba poniéndose pálido, su amigo le sujetó, y le ayudo a levantarse para tomar algún medicamento para esos momentos

ro ver que está bie

no quiere volver a recordar nada de lo que pasó, Ahora debes de darle espacio, todo se o

jo de Laura, ya sabes que es una mujer de armas tomar, y me dijo que debía de crear una ficción, tratarla como si fuese a hacer un

ó eso, creí que harías de enfermito, que era lo mejor, ab

rgente, y le dijo:” ¿puedes hablar? ¿Cómo se os ocurrió el rol de la prostituta? Con lo que acaba de pasar, no creo que esto prospere, estos dos se necesita

os ese día, habían acabado por agotarla. Pero se sentía segura, su amiga estaba allí, esa amiga que apareció por casualidad cuando se mudaron a Nueva York, hace 6 años, y que después de conocerse en el Museo de Arte Natural por casualidad, hoy en día son grandes amigas. Ella la acompañ

o tendría que estar allí a aquellas horas, sabía que no era seguro andar por la noche, ellos fueron porque Luis había llamado a Laura para comentarle que se había marchado