rsona herida y la creciente irritación que le provocaba la presencia de Alessandro. No era fácil para ella controlar su desconfianza, espec
, sin mirarlo, intentando dejar claro
ación y diversión, como si todo esto fuera un juego. Ellis no se lo tomaba a la ligera. Para ella, no era más que un recordatorio de lo qu
tras se reajustaba la chaqueta de su traje, como si fuera una cortesía de buena vo
sorprendida por la audacia de la propuesta. La situación no era ni un poco cómica, pero Alessandr
u voz cargada de incredulidad, mientras le daba una mirada fulminante-. ¿Te crees
todo esto era solo una distracción, un pequeño juego para entretenerse. Sabía que la mujer frent
ando el peso de su cuerpo en una pierna, como si la conversación fuera lo más na
o que más la molestaba era lo familiar que todo esto le resultaba. El tipo estaba en el mismo nivel de arrogancia que los hombres co
a de brazos-. No quiero tener nada que ver contigo, ni ahora n
na persona fácil de derribar, y si algo le gustaba, era provocarla. Sin embargo, a pesar de su ac
ba para marcharse, consciente de que el tiempo se le estaba agotando-. Pero, quéda
. Ellis se quedó observando, sin mover un músculo, hasta que la puerta se cerró detrás de él.
a dejado de vuelta en el mundo que había intentado dejar atrás. Un mundo de poder, dinero y violencia. Había escapado de todo eso, había hecho su vida lejos de la mafia, lejos de los hombres como él. Su padre y
recostaba en la pared, intentando despejar su mente de las sombr
echo y lo que aún podía ser. Rogó para no volvérselo a topar jamás,era demasiado parecido
capí