se diplomático y aprende a escuchar, y a elegir los buenos consejos que tu gente te da ―l
ealmente crees que estoy listo
s presentes, salieron de la habitación. Ese día era la primer reunión que tendría con el viejo
os los reyes tenemos nuestras dudas, pero sabemos expresarlas frente a la persona adecuada. Y sí, hijo mío, sé que estás listo para a
pretó los hombros del flamante rey con afecto y luego se alejó de él hacia la mesa en donde un sustancioso des
reino necesita ―continuó con sus consejos Eduard ―. Sé que elegí relegar mi puesto antes de mi muerte, pero eso lo hice para asegurar tu lugar en el trono. Muchos hombres que pertenecían al consejo y a la junta de tribunales, apoyaban la idea de que quien tomara mi lugar fuera
r hombre a luchar una guerra en su nombre, un rey siempre debe tener hombres de confianza. Y y
tomar la decisión de volver a encerrar a su hijo en esos muros. Sin embargo, William había mostrado por primera vez una determinación y valentía en el momento que se negó a seguir esa orden real, así que al final, el padre le había permitido elegir su camino. Ahora aquel niño, tenía treinta y ci
se lo pida. Pero mejor, de esa manera, podré demostr
vez, él tomó recientemente el lugar de su padre fallecido, sin embargo, mi consejo es que no lo hagas. Tenerlo te traería más complicaciones que soluciones, su meta es dejarte en ridículo. No quiero que él manche tu imagen, así que deja que se encarg
, y justo en ese momento, la
ala principal ―le dijo su ayudante de cama pr
eino que estaba en constante enemistad con su reino y que, a toda costa, siempre intentaba invadirlos. Ellos pertenecían al reino del Este, era rico en sus tierras gracias a los pozos de agua dulce que jamás se secaban
venían visitantes, la verdad es que apenas eran un puñado de habitantes. Obviamente la familia real, conformada por cinco personas: el ahora rey, William; su padre Eduard; su primo Antonio junto a su mujer Estefanía e hijo Alonzo y obviament
res que se encontraba en ese momento, se levantaron de sus asientos e hicieron una reverencia a medida que él iba pasando por el centro
s inicio a la audiencia ―di
protocolos, los temas relevantes que se debían tratar y cómo debía actuar el rey. En esas reuniones, solo participaban el miembro masculino de más de edad de las casas más ricas, así que había diez hombres presentes, cinco a su izq
stra posición. Así que teniendo en cuenta que hay nuevos señores con riquezas y recursos que podrían aportar a nuestro reino, presentábamos una lista de quince candidatos, con nuevos señores y con herederos nues
mente le indicaba, que iba a ser
inanzas. Tiene un patrimonio de más de tres millones de monedas, una herencia de más de diez millones de monedas y un título nobiliario de duque al fallecer su padre ―<<¿un futuro duque apenas tres millones de m
al igual que él, estaba dudoso. Pero nuevamente, el hombre tampoco dijo nada. Luego tendría una charla con él en privado. Grinpot continuó con las demás presentaciones, hombres q
e millones de monedas gracias a las minas de carbón que han descubierto en sus tierras. Al parecer, son ricas y tienen futuro prometedor. Pero no saben mucho sobre política y j
que los puestos del consejo, también son heredados. Pero quería ser un rey sabio y justo, como siempre le aconsejaba su padre. Al final del día, también era cierto que decida lo que decida, los hombres presentes, debían aceptarlo sin miramientos. En medio de esos nombres, estaba su pr
dos hubieran presentado su surgencia. Aunque obviamente, hablaron solo de sus fa
ñado de Mario. Una vez se cerraron las puertas, y estuvo lejos de la vista de alguien que n
una voz inaudible para que solo
igo por sus hombros. Lo sostuvo fuerte y ambos caminaron lo más rápido que podían a la habitación
u pecho y comenzando a toser. Mario no estaba de acuerdo con eso, pero n
sano. Ni recordaba cuándo había comenzado sus malestares, aunque podía llegar a confirmar, que fue consciente de eso en
ía visto médicos en secreto, pero ahora ya no podía hacerlo más, ya que las personas reconocerían al rey y por más monedas que les diera, corría el riesgo de que otro ofrecier
estado por el mismo Mario, diciendo que lo recibiría a la mañana siguiente muy temprano. A los demás, les había dicho que
ué importa lo que digan los demás? Tu título está por encima de los demás, y si quieres, puedes mandar a cortar la cabeza
lquier error que cometa, puede sentenciarme. Antonio está molesto porque al final, la corona es mía y nada me asegura que no esté conspirando en mi contra. Él es amigo de los hombres del consejo, no me puedo arriesgar. M
tu p
mento en que firmó su retiro, ya nada le co
y el vapor les daba cierto alivio a sus dolencias. Eso
uas bien calientes. Dicen que es curativo, ha ayudado a los enfermos que van a ese lugar. Deberíamos ir al me
iremos. Por el momento, debo permanecer aquí ―le
ien llamaba a la puerta, Ma
á ocupado y no puede ser interrumpido por nad
oy nadie! ¡Soy Evangelina! ―Empe
mbrada a casarse entre primos, y ella se había mantenido soltera aún en sus treinta con esa intensión. Pero la verdad, no le agradaba nada su p
o firme, y pudo imaginarse cómo le cerró la puert