img Maldito cuerpo traicionero  /  Capítulo 3 Alemania | 60.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 3 Alemania

Palabras:3216    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:39

que a ella le sienta bien-. Ok, respira, solo respira... No está funcionando. Miro a la salida y luego hacia donde se embarca, y vuelvo a mirar hacia la salida; en cualquier momento salgo corr

su embarque, chi

yan ya -habla Gaby, y s

y casi no respiras -nota Lucas

to de morir por asfixia involu

de ser convincente y fracasando

dicho? -me pregunta frotando mis brazos con la

testo en voz baja tratando de

hica -admira

enojado contigo por preferir llevar de viaje a esta desprolija antes que a mí -bromea señalando a Sole, ganándose que ella le sacase la len

el celofán rojo y un moño enorme -le contesto mostrando mi más hermosa sonrisa, fin

ión, Lina -sue

ción-, te traeré una alemana sa

ladeando su cabeza como si se lo imaginara-. Auch -chil

ginación tuya -lo acuso, m

a cabeza en su hombro-. Ella me maltrata -sigue habl

ores, ya se van y seremos libres -le sigue el juego,

ente nos mira -masculla, mirando para t

oriquea más fuerte, causando que

r, siempre tiene que hac

do de mi brazo para salir de la e

, corriéndolo para luego

ar, mi amor -mur

dieran venir con nosotras -decl

pode

que tienen -trato de ser más comprensiva, aunq

ero -me

ondo, separándome un po

y me insta a que m

la amor... No funciona; ahora quiero fumar. Necesito un cigarrillo con urgencia. Ojalá las pastillas que me dio

er Sole, observándome. Como si n

un calmante para dormir todo el

cansar -me insta pa

«a sacudirse mejor dicho», y las pastillas todavía no ha

gual de nerviosa que yo, pero se contiene para no chillar por la cantidad de gente «ella lo sabe y yo lo sé»; no íbamos a dar un espectáculo en medio del tumulto de per

para llegar al hotel -anuncio

-; estoy llena de papeles y cosas sin valor, esto es la caja de pandora. Para mi suerte, se me caen las llaves; me paró en seco y retrocedo... PUM,

sin siquiera mirarlo, ya que estaba rojísima por haberlo increpado tan brutalmente-. Mierda, mie

el avión con el

zules e intensos, mandíbula cuadrada. Ay, esos hombros grandes, ese pecho. Escucho que se aclara la garganta y es entonces cuando vuelvo a la vida, le acepto los papeles del hotel que me extendía con su mano; su mano grand

, Sorry -hablo

a, manteniendo sus ojos fijos en los míos, escrutándome con el

, me hace sentir desnuda

y busco a Sole, que ya estaba en

sexy? -A esta mujer

rer -respondo sin mirarla, todavía arreg

durito; parece que sí lo está. -Empie

ue ya se me está yendo el humor a l

te creo nada -declara, negándose a creerme. Hacía bien, porque no solo lo toqué, si

ndo cayó; por favor, deja de diva

para atarlo en la cama hasta año bis

; pero creo que es un idiota. Le pedí disculpas en dos idiomas y no dijo nad

idioma, o lo hablaste mal -a

sas dos palabras, como para hablarlas mal, o

oy a hacer suplicar por más -demanda pestañando. Ella me entrega las l

los "morochios" -mascullo al tiempo que n

barman, ¿no? -habla

an no es

lles arriba retomando la conversación; una conversación que me está m

do; estoy haciendo un esfuerzo enorme para concentrarme en el lugar, en ver los no

a boca por un momento, que esto se me

rfulla, recostándos

e lo que esperaba; estoy rezando en silencio para que Sole siga aguantando un poco más, hasta llegar a la habitación, para que pueda largar ese grito que está peleando por no dejar sal

uentro con una cama con dosel, enorme, y una mesita de noche en cada lado de esta. Dejo las maletas a un lado y salgo con

esde del cuarto que ya eligió, así que para no estar grita

.. Así es como yo hago

rita "miss ego" -azuza

curioseo, elevando una c

le disparada al baño, en donde empezó a

un poco emocionada y otro poco cansada

os bajar a comer algo, ¿no? -

eso. Me cam

esperaba en la puerta ya preparada; me observa por unos s

ados. Puedo jurar que le vi los corazoncitos latiendo e

mientras estabas haciendo

gan hasta por encima de mis rodillas; me las puse con una fal

r. -No me lo sugería; sino que, prá

dad que tengo hambre -le hago

S

ía visualizado por internet. Sole se encargó de buscarnos unas mesas, ya que yo estaba metida con la cabeza dentro del celular; el pesado de Lucas me estaba escribiendo para saber si habíamos llegado, cómo habíamos llegado, cómo estábamos, si encontramos el hotel. En fi

na en voz baja,

te pas

l aeropuerto? -me pregunta, señalando

era el mismo al que choqué y que solo

él -contesto, rest

us ojos azules, que ahora parecían más oscuros, no tan claros como cuando lo choqué en el aeropuerto. Mierda, me v

te vio -acot

qué di

esponde, demasiado c

a todas, debe ser su

ón; le sonrió a la ca

rlaba de mí; y desp

í vienen los carbohidratos que pedim

camarero con un "gracias" en alemán «fue lo único que aprendim

amos despué

este país -manifiesta, señalándome.

-ironizo, haciéndole saber que no son buenos modales hacer eso

ía fuiste tú -declara, nuevam

señor; las dos giramos a ver y, por el martillo de Thor, nos señaló al chico "ojitos de hotel". Creo que se me subió toda la sangre a la cabeza, porque me puse roja, más roja de lo que se ponía Tinkerbell cuando se enojaba, y para peor nos sonríe con suficien

no somos unas mochileras, y vinimos con el dinero suficiente como para poder manten

nada, solo me mira con su media s

había dado cuenta hasta este momento de lo hermosa y sexy que es. Me muerdo el labio inferior y pongo las manos en las caderas, esperando a que termine con su inspección visual y que al menos se disculpe; pero él solo sigue mirándome desde abajo hacia arriba hasta llegar a mis oj

ego espero y... nada. Él sigue con la mirada fija en mis o

ole y la hago caminar hacia fuera del hotel. Estaba enojada; no, estaba furi

do eso? -inquiere Sole, haciénd

reía y me observaba de arriba abajo, haciendo que me enfurezca ca

asó, como para que vayas a

ó -farfullo, bajando la mirada mient

porque nos pagó el almuerzo?

Mira si trabaja en eso de la trata de personas -explico, muy segura de lo que estaba diciendo. Comenzó a reír, con muchas ganas, y terminé riéndome con ella; no podíamos parar, estábamos dobladas

ma, carca

estup

la verdadera Lina quedó en Argentina -b

re me pone nerviosa, y no lo quiero

pero lo vas a negar hasta la muerte -declara

-me quejo, dejándo

hago -a

inas

emos. -

Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY