img Maldito cuerpo traicionero  /  Capítulo 5 Las puertas de la victoria | 100.00%
Instalar App
Historia

Capítulo 5 Las puertas de la victoria

Palabras:3981    |    Actualizado en: Hoy, a las 12:44

uy ajustado, que me llega a los muslos, y mis magnificas botas rojas que sobrepasan mis rodillas

eres la última! -me grita Sole d

apurarme -entono,

. A ella le quedan muy bien los colores verdes y azules, ya que es pelirroja; t

n par de alemanes

o nosotras -replico, ante l

-pregunta, aunque

ios -le respondo, emp

igas. V

ya habían empezado a beber y ni habían salido del hotel; creo que va a ser una noche larga «y no e

preparadas para baila

stido blanco casi transparente y la otra, Lisa, lleva un strapless r

lla hace lo mismo. Sí, la dos pensamos lo mismo, som

e estamos listas para

listas. -Hago las señas

vamos a llevar

-asiente Li

scamos una mesa, pasando por entre la multitud. Unos enormes sillones de cuero color marrón con una mesa en medio, era lo único que podía visualizar por el tumulto de personas en la pista y en ese lugar fue en donde nos sentamos y pedimos nuestros tragos. La pista de

conocido hasta ahora -nos hace

a que no quiere ir

que si -concu

y; hoy pierdo a Sole. Si n

testa ella

da una de nosotras con la mirada y vuelve a hablar-. Es la primera v

de Lina y mía; ellas ya conocían el lugar -responde, señalando a las colombianas-. Son es

edes? -habla

ntinas y ellas colom

? -indaga Juaco, mir

ga alcohol-responde mi

chicas -anuncia, lo suficienteme

o, levantando la mano como s

hica de bonitos ojos -afirm

ás parece encantarles? Yo creo que las personas se dan cuenta que tal parte de tu cuerpo

de los chicos, y salieron to

ir a buscarlo por mi propia cuenta. Miro la distancia que tengo hasta la barra y por dond

ículamente ancho; agarrándome más fuerte empieza a hablarme, pero no entiendo lo que dice, ya que es alemán. Quiero soltarme de su agarre de nuevo, pero no me suelta; al contrario, me toma de la parte baja de mi espalda con más fuerza, queriendo

e mierda la mano; el desgr

a babeándome con su espalda; repito: se ve muy bien, al menos de atrás y... Inclino un poco la cabeza, para ver mejor su atributo trasero «su culito habla por sí solo». En un segundo se voltea a mirarme y me incorporo rápidamente, para que no se dé cuenta que le estaba mirando el culo; creo que no vio «espero que no me allá visto»; subo la mirada y... ¡¡Por los anillos de los gemelos fantásticos!! Es "ojitos de hotel". Me mira fijamente a los ojos, otra vez estaba haciendo con la mirada eso que me causa calor interno, y sonríe de costado. Creo que se dio cuenta de que le estaba mirando el culo, pero voy a hacer como si eso nunca ocurrió. No sé cuánto pasó exacta

e apoyar el culo? No necesito que me sienten; idiota. Le hace señas al camare

resa, señalando con

estúpida, haciéndome creer que no lo hacía, haciéndome cre

español? -apostillo, frun

aba español -responde, des

iste lo cont

osas y masculinas cejas doradas. Basta Lina, es un idio

no lo hacía -señ

eplico, imitando su tono. Se limi

to el camarero le dejó una cub

-me negué. Me niego rotunda

ticula con seguridad, sonriendo divertido, levantando ambos lados de las comisuras de su boca. P

, y no esta tan hinchada -sigo negándome, no

ocerme-. Dame tu mano y no discutas -exige, esti

nos otra vez sobre mi piel. ¿Qué te pasa, Lina? Podrías calmarte un poco.

ndón? -refuto, devolvién

r, mientras apoya el

frío del hielo, todo al mismo tiempo en mi p

ar con él. Suficiente tengo con aguantar su tacto, que bastante difícil se

me salvara del hombre malo como si fuera una doncella inocente en p

ligro vea que su caballero de armadura blanca llega, para salvarla

sola en el hotel, y que pensar

ponder, luego baja la mirada y vuelve a clavar sus ojos en los míos-. N

lo que te hablaba -lo acu

en las mías, y yo quedo sin aliento. Es imposibl

amente mi mano de la de él, ya que hacía rato hab

po bajo su intensa mirada; me estaba sintiendo

ombre? -pregunta, vol

spondo

, entonces escucho a mi queridís

como en este momento; observo a "ojitos de hotel" y estaba s

-le agrad

estaba ahí, se quedó mirándolo

o, levantándole la ma

tamudea, sin entender

am

a dedicarle una mirada más al pedante alemán. Regreso con los nudillos dañado

rdad? -me interroga con los ojos grand

r mi nombre cuando me busques -manifiesto, molesta por lo sucedido. No p

te llame... ¿Pandereta

No me llames, m

a acá -murmura, acomodándose nerviosa y divertida en

-habla, enfatizando mi nombr

eso. Y ya estoy odiando esa sonrisa provoca-dora que se dibujó en ese rostro dorado que tiene; su blanca den

ho caso e ir a Brasil -su

aís; este boliche, el hotel, t

gusta c

umbrar... ¿Y sabes lo que más m

rfectamente que va a salir con alguna ide

lo está promocionando para un comercial de detergente-, te hace alterar las hormonas -dicho esto se empezó a r

garrar mi cabeza por el dolor. ¡Maldita resaca! Voy hacia el baño y me preparo la bañera; cuando está con más de la mitad de agua, me dispongo a desvestirme para entrar. Después de casi media hora, salgo con un mejor semblante y c

ra alemana «la cual escribí con ayuda de mi nuevo amigo, el diccionario de idiomas», con la dirección del lugar que quiero ir; tenía que

íaca, por mi estado de inmovilidad en el sitio, pero me da tanta tranquilidad y paz que no quiero moverme; al menos, no por ahora. Necesito aclarar mi cabeza, y este lugar está haciendo un buen trabajo en ello. Anoche fue un poc

voz masculina que habla

diría una de mis escritoras favoritas. Sí, así: todo junto». "Ojitos

ya lo sé -articulo, con los

re saber, también con l

. Lo que no sé, es: ¿qu

no? -Ni caso tiene pelear, aunque venga solo p

a ese acento -dice de manera pensat

nos segundos nos miramos fijamente, y otra vez siento ese cal

o, para salir de s

historia, porque había oído hablar algo respecto a ellas, per

ich von Garther, bajo las órdenes del entonces Rey I, la construcción se basa en el conocido Arco de Constantino, ubicado en la ciudad de Roma. En esta oportunidad, el monumento construido rinde un homenaje al ejército bávaro que derrotó a Napoleón; para ello se realizaron detalles de este episodio en partes de la puerta -habla conforme me señala los detalles, los cuales eran muy meticulosos-. Entre ellos, bajorrelieves de batallas y escenas inmortales de dicho episodio de la h

nto, obligando a las pa

la: "Dedicado a la victoria; destruido po

ar de mirarlo. No iba a correr la mirada, él iba a tener que hacerlo. C

ué pien

maldito problema es que sus ojo

e acontecieron sobre el monumento, al reconstruirla la hicieron más fuerte, y no me

ervación -asiente, y se da l

, no sabía cuánto iba a du

ombre -me encontré

uyo -me esquiva con mucho est

le gustan l

no tanto con él, sino conmigo misma, por haber dado el pie para una conversación, o querer saber su nombre,

por ti

un poco la boca. Genial, el muy idiota se está aguantando para no reírse. Estoy a punto d

rme, no quiero arruinar la tranquilidad y la paz del momen

lo me quedo mirándolo como una estúpida, y seguro que tengo la boca abierta. En ese momento se voltea a mirar

a Ri

bería. No lo pude evitar; o quizá,

entras asiente con la cabeza

o que va a ser mejor que me vaya, antes que mi amiga se

a escrutándome y me ponga ner

lta para marcharme, lo es

olverem

estúpida-Lina; solo tú te pones ner

encontrarme -dicho esto, di la vuelta y me fui, si

e hotel" Bueno, mejor dicho, de Alex Betanckurt. Te está gustando, ¿no, Lina? De a poco estás cayendo. No le des importancia, que no te quedas por mucho tiempo; así que a comportarse. Estás en Múnich, lo tienes que disfrutar, y no pensar, ni mucho menos andar con hombres; no viniste aquí a buscar tipos, y ni hablar de los pedantes como él, a

Anterior
Siguiente
Instalar App
icon APP STORE
icon GOOGLE PLAY