, ética y moralmente que se le ocurría hacer. Por lo que llamó a Aye para avisarle que
da. Sonaba serio y angustiado. La puerta se abre dejando ver a un Mateo con el ceño fruncido, afligido y triste. Eso hace que el corazón de Aye se retuerza dentro de ella. Sin decir una palabra, ella se abalanza sobre él y envuelve su cuello con sus brazos. Mateo al reacci
a seguro si ella iba a aceptar la propuesta de él, pero mientras la tuviera cerca en ese momento, la iba a besar y abraza
rra Aye cuando Mat
ura él con la voz p
erra los ojos inspirando profundo
oy aquí
s aquí -sec
damente. Se perdieron en el tiempo estando así. Ninguno de los dos hablaba, no decían nada, solo se acariciaba
a preguntarle como estaba él, ya sabía cómo e
go de un suspiro decide que ya es hora de hablar. Se sienta y se
indaga Aye sen
o. No sé cómo expresar
salga -expresa A
asimilar todo lo que él le está diciendo-... Es lo único que queda de la familia de mi mamá, es un legado que si lo hago a un lado siento que el apellido de mi mamá se perderá... olvidará y, no quiero eso. Es un trabajo de muchos años y no se siente bien perderlo. Sé que a mi mamá no le importa, pero por al
u lugar en la empresa? -Vuelve a asentir-. Vas a dejarme -musit
dejarte -a
ent
irte que mantengamos nuestra relación a distancia; sé que será difícil, pero tambi
funcionar
ertenecemos, los dos somos uno; siempre f
epite Aye ahogada y de
cia la puerta para salir de allí, no obstante, Mateo
reja provocando que una corriente eléctrica recorr
irando profundo, se gira y
ra luego cerrar ese j
agarrados con fuerza, sin temor a romperse. Mateo con cuidado la comienza a llevar de nuevo hasta la cam
casi inaudible, pero esta vez
¿Q
Quiero entregarme a ti -e
nes que
o, quiero que s
l último -interv
e que te vayas quiero darte como regalo y recuerdo
os despacio-. Pero no quiero que lo hagas porque te sientas
a y clava sus ojos en los de
Seg
egu
la noción del tiempo dejando en ese beso to
piel, perdiendo la conciencia con el aroma a vainilla que emana de su cuerpo. Con sutileza la despoja y se despoja de la ropa. Por primera vez, ambos estaban desnudos y expuesto
o -le susurra con dulzura-. Eres
on timidez y él l
e para sacar un preservativo y colocárselo. A pesar que ella no tenía experiencia, él sí la tenía. Un año antes de que ellos comiencen su relación, él había tenido varias oportunidades con chicas que solo se le entregaban porque era el más popular de la escuela y además la ba
ad. Ella tenía los ojos abiertos, muy amplio
. No pares -entona con
te y la besa
a medida que se va introduciendo dentro de ella con lentitud para no h
os ese dolor se vuelve placer y comienza a gemir. Sus caderas cobran vida movié
que. Así -ja
uería que su virtud fuera un regalo y recordatorio de cuánto lo amaba. Él quería que para ella fuera especial y que también reco
a vida en ese lecho. Ambos respiraban de manera entrecortada y sus corazones estaban acelerados. Sus pieles brillaban por e
que la acomodó a su lado y la envolvió c
na lágrima se escapa
reocupación, pero ella se limita a negar con la cabeza-. ¿
rra los ojos respirando hondo-. Sé que no es noble que te lo pida, que soy una egoísta, pero te quiero aq
extrañarte. Pero es mi deber, tengo que hacerlo -Ella solo llora, quizás ni si
la voz ahogada por tener la
a mujer, decía estar seguro, pero ahora lo reafirmo. Eres la única mujer para mí. La única -Ella lo mira y le dedica
e anclando todo su a