ri
preguntó Deimos en cu
orar los planes, estaba iluminado por una tenue luz de neón roja y el aire frío hizo que abrochara mi chaqueta. Austros estaba junto a él en
uno de los vasos con ron que habían en la m
ón haciendo que las copas que tenía encima se tambaleasen. Estaba
gunté y pude notar el ne
atrás y recargó todo su peso en el espa
a la facilidad con la que todos podíamos comunicarnos con la mirada, saber nuestros
tros? -preguntó Elais co
había cruzado palabra con ella excepto para ordenarle limpiar o cocinar. Pero para Elais ya Bianka se había co
Ahora todo se va a p
otado, como hace mucho tiempo no lo estaba. La llegada de Bianka había traído demasiados problemas a los que tenía
mos haciendo esto? -pr
ía que en algún momento él iba a poner s
la clara intención de hacer
o en riesgo todo lo que hemos construid
lograba sacarnos a tod
eimos-. Sabes porque
No entiendo una mierda. ¿Por dinero
il -escuché a Austro
estaba comenzando a crecer en mi interior, no podía d
por ser el más pequeño debo quedarme callado y ve
ró de mi. La sangre hervía en mis venas, una mezcla de indignación y decepción que amenazaba con consumirme por completo. Me levanté de golpe y caminé hasta él. Todos se
me dijo c
es de ira, pero pasa suerte de Balios, este no era uno
y adoptados. Pero tenemos honor y palabra, antes de que destru
uestro lugar sin ser invitado a pasar. Sentí la tensión subirme por la espalda, odiaba a ese tipo y el no pod
hasta diez para calmarme y enfrentar al
itio en el que nos encontrábamos, inmiscuirse en nuestros negocios. Austros estaba cansado de sus actitudes y muchas
ow? -saludó con su soberbia-
ctive -le respondió Felis-. ¿A
y acomodó la guantera donde colgaba su arma. Sonreí, que
n cadáver en las af
sotros era porque sabía algo. Absolutamente nadie en la ciudad sabía de nuestra relación con la dueña del
-preguntó Balios con mal humor-. ¿Acaso no
, solo son preg
o caminé hasta él, le llevaba por lo menos dos cabezas. Note el n
puede hacer sus preguntas de rutina, sin embargo ha venido a nosotros, espero que no esté
seco y dio u
al -se excusó de inmediato-. Cualquier notic
na daremos una fiesta especial en nue
l, incluyendo la mía. ¿Qué carajos hací
ctive con sorpresa-. P
a puerta. Austros miró con enojo a Elais
onios le pedi
os tiene en la mira, tenemos que demostrarle que no
con la
stir -dije-. No podemos meter
aelus-. Dudo mucho que conozca
nuestro negocio en la ciudad y nuestros socios más importantes
con el estorbo?
eimos con enojo-. Ten un poc
solo tuve que mirarlo para
ron-. Por ningún motivo alguno de nuestros socios debe verla, sa
ijo Austros
Por ningún motivo, ninguno de nosotros debe relacionarse con ella, saben bien a lo que me
asin
listo con las
ran en la tarde-. Su
s -dijo Austr
que Austros era un caso
do, regres
onas que había en el bar, me despedí de Fauwn con la mano. Afuera ya la noche hab
el tema centra porque de ella dependían muchos de nuestros planes. Me detuve abruptamente cuando
ó-. ¡Llegaron m
a nosotros. Sus ojos estaban rojos e hinchados, había estado llorand
ijo Felis seña
en? -le pregunto El
e el vino sabía tan bien, es genial, teng
ue las cosas se salieran de mi control y ella insist
ije e intenté marcharme
es tan amarg
a incrédulo después de escuchar como me había llamado. Apreté mis puños
elis entré risas-. Hace t
tando mantener la calm
se cruzó de brazos mirá
rdaré que no tengo familia y la mujer a la que
a tratarla que a veces me sorprendía. Bianka me hacía sentir extraño, por momentos me molestaba su presencia en la casa y que fuera tan ingen
a -le dije-. D
ro
os-. Recuerda que eres nuest
ver su rostro sonrojarse. ¿
voz suave-. Estaré en mi hab
silencio. La botella de vino quedó encima d
contarle todo?
o -res
a toda la mierda que iba a venírsel