lía. Un dolor s
. Estaba en m
la cabeza. Tenía un vendaje.
lpe. El ruido s
alejándose mientras se ll
ño. La herida era fea. Me la h
s criadas, por orden de Doña Elvira. No por pied
is ojos estaban hund
me rec
eco
ocí. El "príncipe de Jerez". Guap
un tablao de Tria
me esperaba fuera con un ramo de fl
ate conmigo
o? Tú eres un Vega. Yo
mporta",
de patio de flores. Me compró vestidos que
e nuestro mundo era un a
una
opasarse conmigo a la salida del tabla
apareció d
olpearon. Le partieron una ceja y un lab
gullado, me miró con una
uier cosa po
e c
brazos. Caí
juntos, me tratab
nducía dos horas para traerme mi dulce favorito. Si una espina de pescado
ba. Me
era tan dulc
. Me reí y lloré al mismo tiempo, ag
de cinco hombres era el mismo que
una espina de pescado era el mismo qu
e había convertid
se abrió
. Alej
reocupación, pero su
bien?",
respondí, señaland
tocarme, pero me ap
stá muy sensible por el emba
subió por
que era solo nuestra! ¡Y tú la empujaste y te la
¡Mírame y dime que todavía confías en m
n destello de culpa en sus ojos.
eció tan ráp
o. El niño nacerá pronto. Y ent
ó a burla. "Pronto. Espera. Son la
eía. No pod
turo de esperas interminables,
ganta. Era el sonido de algo que s
te con tu mujer y tu
ido por mi risa,
fía
ete
n mi dolor y los fantasma