del Capitán Alejandro Vargas, tres años inten
ía como la hija rebelde que debía ser domad
ue colmó el vaso
o, con el pelo revuelto y los labios hinchados, fue la pru
e, las humillaciones se
baño, y él me castigó con severidad, m
bas, pero Alejandro no dudó en dar el único antídoto a Lucía, qu
e, la última conexión que tenía con ella, y Alejandro, ciego ant
día ser
quien siempre lograba arrebatarme todo, desde la at
rtable, el sentimiento de
tomé la decisión más
rme, llamé
arme con un ranc
para mi boda, sino para no v
ierto, con un desconocido, solo