había parecido frío y distante, ahora se sentía como la puerta de entrada a un nuevo mundo. La secretaria, Doña Elena Prieto, una mujer de uno
ña Elena le tendió una elegante carpeta de cuero negro, pesada y voluminosa. "Contiene
o el peso de la responsabilidad
, pero pocos con el brillo en los ojos que tiene usted." Sus ojos, bondadosos y llenos de una sabiduría tácita, se posa
de esperanza. Quizás no todo sería
cción de documentos: recortes de prensa antiguos sobre la fundación de Editorial Soler por el padre de Marcos, informes financieros de la empresa a lo largo de los años, algunas fotografías borrosas
los recortes de prensa, buscando cualquier indicio de un evento significativo, una crisis, un triunfo que pudiera haber moldeado su carácter. Se zambulló en los informes financieros, intentando entender la evolución de la edit
de la naturaleza humana", del "hombre que ha sido traicionado". Era como intentar pintar un retrato sin haber visto el rost
controlada. Artículos de negocios, entrevistas breves y formales donde hablaba de estrategias emp
e y realismo oscuro sobre un hombre del que solo conocía su faceta pública, su armadura de CE
nzar era acercarse a la fuente. C
mediata: "El señor Soler la
cina de Marcos. Él estaba sentado en su escritorio, trabajando e
Clara, sintiendo un
istantes. "Señorita Romero. ¿Algún prob
completo en cuanto a la historia de la editorial, pero... necesito más. Necesito conocer al hombre, no solo al empr
inescrutable. "Le proporcioné lo que
y realismo oscuro si no tengo acceso a la oscuridad. Necesito más que recortes de prensa y balances financieros." Clara se at
na barrera infranqueable. "Mi vida privada no es parte de este acuerdo, señorita Romero. Le
no me permite conocerle? Es como pedirle a un pintor que pinte un pa
ar. Utilice su imaginación. Para eso la he
e, señor Soler. Necesita la verdad para construir una ficción cr
ar. Había algo en sus ojos, un destello fugaz, que parecía
e concentre en el material que ya tiene. Y si no es capaz de enc
e no iba a obtener nada más de él por el momento. La frustración era abrumadora. Se dio la vuelta y salió d
cilla como había imaginado. Tendría que encontrar otras formas de desvelar el enigma que era Marcos S