rancó del sueño co
bres con rostros cubiertos por sombras, sus ojos brillan
a señora Elena, la que siempre me regalaba mangos, caer junto a su pue
uelo de la plaza, con
te meses se movía suavemente, ajeno a mi terror. El aire de la madrugada en
un sueño.
ndo el parachoques con un orgullo infantil. A su lado, Camila le ofrecía un vaso de agua
mblorosa. "No podemos ir al
l ceño, su v
Es nuestra oportunidad de mostrarles a esos
an a atacar. Atacarán cuando el pueblo esté vací
da, una risa amarga que
? ¿Ahora ere
por el hombro de Mateo. Su perfume
que yo la oyera. "Solo está celosa. No soporta que vayamos a divertirnos, a
mirada de Mateo se endureció. Su inseguri
ca. No vas a arruinar esto. Es important
liqué, el dolor afilando mi voz. "Él nunca habría d
ionarlo!", gritó. "¡Yo
es de la guardia, jóvenes y ansiosos por impresiona
, agarrando la puerta del cami
brusquedad. Su rostro era
rán bien. Deja de
a mirada triunfante desde
levándose a todos los hombres armados, to
s para enfrenta