quería que vieran lo que venía. No
tenía
a segunda planta, más verde y vibrante qu
to silencioso se desgarró desde mi pecho mien
a un año después de mi rescate.
su escritorio, su rostro pálido y demacrado. Ha
añía minera a la que estoy demandando... tienen conexiones con el cartel de Rojas. Han fabri
abitación, su rostro l
re! ¡No dejaré que te
"Es demasiado peligroso, hijo. Est
co, impulsado por
scada. Varios hombres lo rodearon, golpeándolo sin piedad. Vi con horror cómo uno de ellos lerrió a la multitud. Mateo se tocó instintivament
de las cámaras. La reputación de la familia, construida durante un siglo, se hizo añicos en un
taba al borde
Doña Isabel llorando e
sollozó. "Mi esposo en la cárcel,
cuando tomé
ro, una que Don Alejandro me había mostrado en caso de emergencia. Den
todo y d
do en cama con la pierna rota, me maldijo por abandonarlos en su peor moment
fui la villana
a final de la memo
l iluminado. El aire
udad: el jefe del cartel, Rojas. Un hombre con ojo
ba s
e dinero y joyas sobre
voz temblaba en la memoria. "Es
un sonido ás
mienzo, niña. Pero mi re
a abajo, una mirada sucia que me
la Vega", dijo lentamente, "nec
días siguientes. No necesitaba hacerlo. El horror, la humillación y el dolor e
irada vacía y moretones apen
. Todas las pruebas en su contra se desvaneci
ión te
tamente. La sala del tribunal
lamó demon
reemplazado al od
en sus ojos había sido reemplazado por una tormenta de e
ormar una frase completa. "¿Tú
lado, su rostro una más
lo hace que todo sea más confuso, ¿no es así, mi amor? ¿Por qué una chica dispuest
paradoja era a
ano por el pelo, cl
e", dijo, su voz apenas un susurr
al gu
era dosi