l ring. El camino de tierra hacia la finca estaba lleno de baches y barro p
nde Sylvia había dicho. Mis manos temblaban tanto que
abrió con un
or a sangre e
erta de roble. Estaba más pálido, su
hijo, est
os clavos estaban hundidos profundamente en la madera.
a sola barra. La bodega estaba construida con gruesos muros de piedra, un
o, abriendo los ojos con
ra fuerzas. Encontraré
Una pequeña sonrisa triste se di
viendo la cabeza hacia e
rrugado. Eran sus notas de la s
seguí. Quizás... quizás así se pon
mejilla, mezclándose c
a ir a la universidad y te convertirás e
ró los
cansado
dejó de
o consumió todo. Grité su nombre, una y otra vez, p
por sollozos que no podía controlar. Mi hijo
sino un intento desesperado por recuperar