a tierra húmeda, un olor que antes me recordaba a mi
puerta de roble, clavado por las muñecas y
entamente, manchand
mi esposa, me sonreía con sufi
ylvia. Cada clavo representa un euro del vino que derramas
lado de la videollamada, su rostro
Para que aprendas tu lugar.
z me susurró promesas de am
bajaba con dificultad, sus ojos
ró, con la voz r
í", le prometí, mi propia voz temblando
etaron con fuerza. Me obligaron a mirar, a ser t
fono, su tono era el de una empresar
una hora para encontrarlo. Considéralo un juego, Patrick. Una
mada s
hueca que resonó en el
x-campeón. El
el cerrojo fue como un martillazo en mi alma. Me quedé solo en la oscuridad, con