do entró en la habitación. Sin mediar palabra,
nte en su mejilla, Iván
ahora solo le quedan los puños?". Su voz era un murmul
tionado por la ira. "Mi única tolerancia hacia ti ahora es porque Máximo nece
bre deberían haber muerto en ese accidente hace años. Solo te salvé porque s
aliento. No era un hijo. Era una póliza de
a pedirle perdón a Máximo". Dos guardias de seguridad apar
la habitación de Máximo
dón!", orden
na expresión de falsa debilidad y preocupación en el rostro. Per
timera. "Estoy seguro de que no quería que su perro me at
eso, apretó con fuerza el brazo de Iván, justo donde tenía las heridas de
dose de él. "No voy a disc
a, tropezando hacia atrás y caye
olpeándolo una y otra vez, estrellando su cabeza contra el suelo de
la crueldad de Don Ricardo y la sonrisa
n. Su cuerpo estaba cubierto de moratones.
a casa. No se despidió de nadie. Su pr
inero que le quedaba en su cuenta bancaria a l
ombre amable que conocía su historia y lo miraba con
los ojos llenos de tris
ndo la cabeza de Bruto por última ve
nca más volvería a ver a su único amigo. Era