tocar. Ella estaba sentada en la cama, todavía con la ropa del día anterior, la mirada perdida en la pared. Él no le dirigió la palabra, simplemente caminó hacia el pequ
tó, encogiéndose,
de un desprecio que la hería más que cualquier golpe. "¿Creíste q
aban secos, sin lágrimas. La fuente
e qué hab
cualquiera, una perdida. Pensé que te habían corregido, pero veo que solo te enseñaron
esencia, la destrucción de la poca autoestima que le quedaba. Se quedó quieta, a
surros, el ritmo de la cama contra la pared. Cada sonido era una tortura, un recordatorio brutal de que él tenía a otra, de que ella había sido reemplazada, de que el amor que una
usa. Miró su antebrazo pálido. Con una precisión casi ritual, hizo un corte. No muy profundo, solo lo suficiente para que la sangre brotara, una línea roja y brillante. Luego otro, y otro. No sentía el dolor físico, solo una extraña liberación, como
yuno, Sofía notó cómo Elvira
o, querida?" , preguntó
una rama" , mintió
tió Sofía, tratando d
ó bruscamente.
evantó la vista, molesto por la escena. "Elvira, dej
fingida, pero sus ojos se abrieron al ver no una, sino varias líneas rojas, demasiado
jo, pero su tono era de triunfo. Había encontrado una
a reunión en la hacienda con algunos vecinos
encerrada en tu cuarto. Tu tío se preocupa" , dijo, poniendo una mano
spaldas. Sabía lo que decían: la sobrina rara de Don Ricardo, la que estuvo encerrada tres años,
invitados se habían ido, Sofía se le
ofía, su voz ya sin rastro de
confundida. "
ío. Con su rosario.
Se sintió desnuda, expuesta, si
én estás loca, cortándote los brazos como una demente. ¿Qué cree
, balbuce
acer tus maletas y te vas a largar. Si no lo haces, me encargaré personalmente de que Ricardo sepa que la loca de su sobrina no se ha cura
ofía y supo que era capaz de cumplirla. El terror la
ste?" , si
a. No tenía fuerzas para luchar. So
usurró.
i una palabra a Ricardo. Si in
es. Elvira se quedó sola en el jardín, bajo la luna, sintiendo cómo su úl