rada en esta cama que ya no distinguía los días de las noches. La televisión en la esquina, siempre encendida, hablaba de un che
staba en ruinas, a medio construir y con deuda
u lado, con una sonrisa de suficiencia, caminaba Ricardo Vargas
pero su voz no tenía ni una pizca de pre
uro desprecio. "Marco, no sé para qué venimos a verla, solo
El que m
un hilo, "las recetas... mi li
odo. "Sofía, de qué hablas. E
pero el dolor me lo impidió. "El libro de mi abuela, el
de garabatos? Fue la inspiración perfecta para mis nuevos platillos.
ada. Marco, el hombre que amaba, se había aliado con mi mayor rival para des
ágrimas mezclándose con el sudor fr
o me ofreció más de lo que tú jamás podrías darme, Sofía. Fama, dinero.
una vergüenza. Me endeudé hasta el cuello por nuestro restaurante, un sueño que creía compartido. Y
rática. Mi cuerpo, ya debilitado por la desnutr
irando del brazo de Marco. "Tenemos una vict
de oxígeno que me mantenía con vida, un hilo frágil que me unía a este mundo de dolor y traici
de oxígeno. El pitido del monitor se volvió un chillido constante y ensordeced
otra opor
eran jalando a través de un túnel a una velocidad increíble. E
l sol de la mañana entraba por la ventana. Miré mis manos, no estaban pálidas
lo rojo era de un año atrás. Era el día en que Marco y yo íbamos a firmar
a vu
o, no era una alucinación. Me habían dado una segund
e no sentía desde hacía mucho tiempo. Me vestí con r
hace tarde para ir al banco", l
sonrisa que me había engañado, la misma que escondía al traidor. Por un segund
, Marco", dije con una
gran día, mi amor. El día que emp
ndo hacia la puerta. "Voy a la oficina del
. "¿Divorcio? ¡Pero si ni siquiera nos hemos casa
prometida perfecta y devota que lo seguía a todas partes. La mujer que había dejad
rdo prenupcial que firmamos? El que decía que si la relación terminaba antes del matrimonio, t
ara poder pedir un préstamo más grande, poniéndolo todo a mi nomb
odos mis ahorros, pedir préstamos a amigos que ahora no me dirigían la p
e y tratando de acercarse. "Hablemos, por favo
debí tomar hace mucho tiempo". Abrí la puerta.
ara. Estaba viva y tenía una segunda oportunidad. Esta vez, "El Jaguar Dorado" no sería o