La seguridad que emanaba se desvaneció por un i
diji
esito", repetí, empujando suavemente el f
él mismo había escrito para esta noche, yo debía aceptar su limosna con lágrimas d
voz era melosa pero s
o quiere ayudarte. Entendemos que no a tod
mirándome con
. demandante. Pero no te preocupes, no es ning
"arquitecta de una constructora" estaba cargada de un desprecio sutil, como si fuera un t
siosos por quedar bien con la pareja
eas así. Ricardo
cerle, es una gr
alguien te ofrece
me instaba a aceptar mi papel de perdedora. Me sentí c
solo era un insulto a su ego, sino una grieta en la imagen d
r amable", espetó, su voz subiendo de volumen. "Si quieres segui
a mí, su voz un
do una terca. Quizás por eso
mano en mi espalda baja. Demasiado baja. Me giré bruscamente. Era uno de nues
as caso a este. Mejor
era empujarlo, una figura
Ricardo, empujando al borracho con una fuerz
que conocí al principio de nuestra antigua relación, el qu
n silencio incómodo. Ricardo me miró, y por un instante, vi algo
el control de la situación y que la atención
forzada, aferrándose al brazo de Ricardo. "¡Oigan! ¿Ya se enteraron d
salón. El ambiente ca
? ¿El dueño de Const
esario más importante d
uedo c
te la mención de un pez verdaderamente gordo. Ella miró a Ricardo, como diciendo "ves, nosotros jugamos en otra liga", y lu
la cuán equiv
-