ó la pantalla con una mezcla de ira y pavor, no quer
álida cubrió la suya y tomó el teléfono, era Gael, habí
el dorso de la mano de ella, su mirada era seria, protectora.
idiar con él," c
nzada de culpa, Gael era tan bueno con ella, y ella todav
ojos se llenaron de una tristeza profunda
un susurro, "no me dejes fuera, déjame
y seguro de sí mismo parecía herido por el dolor de ella. Se s
anhelo que la tomó por sorpresa, no era como los besos de Ricard
en el calor de su cuerpo cerca del suyo, por un momento, olvidó a R
fuera, el teléfono de Ximena volvió a sonar,
mena? ¿Crees que
ensaje llegó
rdad? ¿Escondiéndote con
había intentado complacer a Ricardo, las cenas que le había preparado y que él apenas probaba, los trajes que le
na pizca de afecto, y él siempre la había rechazado con una
er rastro de dolor. Le respondió c
y ni con quién, estamos d
instantánea, ya no era una preg
a las 10 en punto, n
ía con fuerza, sabía que no podía evitar
estaba sobre la mesita de café, lo había olvidado. Era un llavero de cuerel metal estaba frío al tacto. Por alguna razón, la imagen del león, fuerte y protector, la hizo pensar en Ga