o de perfume caro y falsas sonrisas, era la fiest
brillaba bajo las luces de los candelabros, mientras que mi sencillo vestido de
levantó su copa de champán,
os a mis dos hijas, pero vamos
osó en mí, frí
Sofía no logra entrar a ninguna
invitados. Mi madre, a su lado, asintió con una sonrisa satisfecha, co
s bravucones en la primaria, se unió al festín. Se acercó,
camioneta a que Sofía no saca ni 300 puntos en el exa
eo. Se paró junto a Daniela, pasando un
ló por dentro. "Apuesto las escrituras de mis tres propiedades en el centro. Todo
de falsa modestia, pero sus ojos brillaban con un triunfo
portante es que lo intentes, ¿verdad?
evidente para todos, pero solo
ima y desprecio. Pero en lugar de encogerme, levanté la
r un instante. "Pero están apostando muy bajo. Porque no solo voy a entrar a la me
deró del salón, seguido de una carc
lágrima de risa. "¡La niña que apenas podía ha
e unió a l
nato porque sus verdaderos padres pensaban que era lenta. ¡No
icar por qué me habían enviado a una escuela pública barata mientras Daniela asistía a la escuela internacional
ndo del momento,
equeña simulación? ¡Vamos a estimar nuestras calificaci
acia un escenario diseñado para mi humillación final. Pero no sabían qu