impaciente por continuar con el espectáculo.
zarra. Al lado de mi cero en Matemáticas, escribí otr
Cero
con los números casi perfectos de Daniela. El salón, que había estado riendo a carcaja
cuché a un invitado susurrar.
Cargar con semejante vergüenza. Menos
smitiendo en vivo mi humillación para que todo el mundo la viera. Los comentarios en la transmisión
la reina d
escondería debajo
se cree mucho
a mi familia, que ahora me mir
rmullo. "¿Unos cuantos millones, una camioneta, un reloj y
entrecerrados, su rostro enroj
nsinuando, moc
es duela perder," dije, mirándolos a cada uno a los ojos. "Ustedes, padre, madre... ¿qué tal el 10%
salón. Mi padre palideció. El 10
fía, ya basta de hacer el ridículo
j es bonito, pero sé que tienes un departamento en la p
Estás loca si crees que voy
tienes miedo de que
su mente superficial. La posibilidad de que yo ganara era nula. Po
l 10% de las acciones! ¡Para en
rtamento!" gritó Carlo
apostar, no se quiso quedar atrás. Se q
ar de la abuela! ¡Para
egado por la arr
apuesta! ¡Será un placer quitá
camioneta de lujo, un auto deportivo, un departamento en la play
ión en vivo estaba en shock. La apuest
nir de nuevo, con su fa
e. Sofía no está bien, no pue
ectamente y
vechando de mí," dije, mi voz dulce como el
a su máscara de inocencia. Sabía que algo no estaba bien,
Las apuestas estaban hech