da con Iván, pero él ni siquiera te ha toc
infierno personal: una cruel apuesta de 19 oportunidades para que mi esposo,
as, palabras hirientes como "Me repugnas" o "Tu desesperación es vulgar". Él me ignoraba, me trataba c
el bienestar de Sofía. O cuando me forzó a mentir públicamente para proteger la reputación de su amante, exponiéndome a una multitud que m
ó una y otra vez, que eligió a su amante sobre mí hasta la extenuación? ¿Po
me iría, y no sola. Al final, solo quedaban ruinas y cenizas