ba el ronquido de mi padre en la habitación de al lado, oí un ligero rasguño en mi ventana. Me acer
ó Elena. "¡Estamos
con una barra de metal. Habían descubierto que los barrotes estaban vie
o tenemos mucho ti
dad, y apenas podía sostenerme. El aire fresco de la noche llenó mis pulmones
a salvo. Te llevarem
uridad. Miguel se quedó atrás para volver a colocar la reja y que no pareciera forzada. Nos llevaron a una pequeña casa de adobe aba
efugio. Había una colchoneta en el su
tarme. "Mis padres creen que estoy pasando la noche con una pri
tación estaba iluminada por la luz de una vela, y las sombras bailaban en l
cen esto. ¿Es solo por la boda? ¿T
ibro de cuentos. No tuve fuerzas para ex
complicad
apoyó su cabe
n ti, yo no podría hacer nada. Siempre has sido tú la fuerte, la que me empu
a mi alma herida. Lágrimas silen
mi única fam
a oleada de determinación. No podía rendirme. No después de todo lo que Elen
rlo, Elena. T
a confianza absoluta. "Desc
as como cuando éramos niñas. Su respiración tranquila a mi lado era el sonido
d, que ellos creían estar salvándola de mí, la "villana" de un cuento de hadas. Y en cierto modo, era mejor así. No quería que su corazón puro se m
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